Suspiro mientras sentía su corazon retumbar en sus oídos, el zumbido, el frío, la inminente necesidad de un toque de calor era sofocante en la completa ironía del frío. Su cuerpo instintivamente se acomodo sobre el suyo, mientras aquel joven rozaba con su nariz, aquel cuello delicado y suave, con ese olor potente de mujer, dulce y sensual.
—Ya no puedo alejarme de ti, no me lo pidas, porque no lo haré, no permitiré que ates tu vida a alguien a quien no amas, Lola cometes un grave error —Giro su cuerpo, musitando aquellas palabras casi sobre sus labios, la chica perdió su mirada en la suya mientras esas lagunas verdes se volvían brillosas y melancólicas.
—T-tú...tú no entiendes, el y yo tenemos planes —Murmuro suplicante.
—Lola no lo amas, y el tampoco a ti —Quiso gritar pues la sangre hervía dentro suyo. La miro negar mientras se alejaba.
—¿Y si solo soy un capricho para ti? ¿Y si no me quieres? —Pregunto al borde. El se acerco tomando su mano.
—Lola estoy seguro de todo lo que siento, de lo que hice por ti —Ella lo detuvo colocando sus dedos sobre sus labios, negó mojando sus labios fríos.
—No sabes cuantas noches llore, cuan culpable me sentí por mucho tiempo, no sabes todo el dolor por el que pase, lo mucho que te necesite, no puedes venir y esperar que sea todo como antes.
—Solo dame una oportunidad.
—¿Tú me la diste cuando la pedí, cuando la necesite? —Aquella pregunta basto para que sus músculos cayeran abatidos en la desesperación, ella tenia razón, el se había portado como un idiota por años y hasta el momento solo se había dedicado a pedirle que renunciara a su vida, cosa que le había costado años construir, el no había sufrido solo, de hecho podría apostar los dedos de sus manos a que ella lo había hecho mucho mas. Sus ojos aun cansados se alejaron en la penumbra de la noche, aquel vestido negro de espalda descubierta se alejo junto a su portadora a través de las grandes puertas del salón.
—¿Donde estabas? —El repentino apretón en su mano la saco de toda la maraña de pensamientos a los que se veía sometido su mente.
—Quería tomar algo de aire y...
—Vamos ya que los dueños de la fiesta quieren hablarnos —Sentencio entrelazando sus dedos, la guío a través del salón donde personajes que había conocido por tanto tiempo, por tantos años, personajes que la habían visto crecer se divisaron el la sala. Esa mujer de cabello corto que pudo asegurar mas de una vez cambio sus pañales sonrío abriendo los ojos al verla.
—¡Lola! —Chillo rápido al verla, sus brazos largos se acercaron envolviéndola en ese calor materno que siempre la había caracterizado. Miro a so prometido quien la miro con el ceño fruncido en reproche. —¡Que grande estas mi niña!
—Marcy...que bueno verte —Susurro entre la alegría que sentía su corazón.
—No sabia que te vería aquí, a pasado tanto tiempo, Richard estará encantado de verte —Pronto el joven mencionado apareció al lado de su padre, sonriendo fingiendo demencia ante la situación. El señor Rogel, un hombre alto, fornido y con rasgos casi idénticos a los de su hijo se acerco sonriendo, abrazándola con fuerza.
—Lola, hace mucho, la ultima vez que te vi tenias unos...—Su mirada divago buscando entre sus memorias.
—Tenia diez años —Recordó, esa trágica edad donde, el padre que la había engendrado se había ido con otra mujer, para unos meses después vivir la misma tragedia con Rick, cuando el hombre que hoy de nuevo la abrazaba se había marchado en busca de sus "Sueños"
—Rick, saluda a tu vieja amiga —Hablo la mujer haciendo que el joven se acercara con esa sonrisa maliciosa entre sus labios.
—Ya nos habíamos visto antes —Su corazon se acelero mientras entrecerraba sus ojos, no podía mencionar lo del beso, nunca.
—Si —Musito aceptando su mano.
—¿Quien es este adorable jovencito? —Su mirada se fijo en el rubio a su lado, quien había permanecido en silencio. Carraspeo mientras se aferraba a su brazo.
—El es mi prometido Matt.
—Ya lo conocemos, es uno de los chicos nuevos que trabaja para nosotros. —El hombre hablo extendiendo una mano.
—No entiendo, ¿Como están aquí? si trabajaban para España —Pregunto curiosa, ignorando las miradas lascivas.
—Abrimos aquí, de hecho nos trasladamos aquí con una firma nueva —Soltó Rick con ambas mano dentro de sus bolsillo. —Tu prometido es un buen abogado. —Sonrio extendiendo una mano para el —Ya nos conocimos pero un contexto diferente, mucho gusto soy Richard, tu jefe. —Su tono, su sonrisa macabra, ese apretón de manos todo provoco ansiedad en ella
—Matt, un gusto...Me temo que nos veremos seguido —Respondió su novio.
—Muy seguido —Exclamo mientras la miraba, casi fijo.
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Un amor en septiembre
Genç KurguEl amor prohibido duele, pero uno que no es correspondido destroza el alma en mil pedazos. ¿Que pasa cuando haz de vivir con ese sentimiento a boca cerrada? Es momento de que esta hermosa historia, donde una simple chica conoce lo maravilloso que es...