Fulmino con su mirada a ese ser que se encontraba a su lado, encendió el auto rápidamente para de nuevo solo huir de ese lugar, no quería verlo, tenerlo cerca o algo que se le pareciera a la sensación de cercanía.
—¡Hey, hey, hey! —La detuvo, pasando su mano a través de la ventanilla apagando el auto, quitando así la llave.
—¡Dame! —Chillo tratando de atrapar el objeto que la sacaría de allí, pero su esfuerzo fue en vano al ver que su ponente era mas rápido y veloz, lo miro sonreír triunfante mientras agitaba las delicadas llaves molestándola. Salio del auto tratando de alcanzarlas.
—Creo que no, no voy a dártelas ¿Puedes explicarme porque rayos estas llorando en medio de la nada? —Pidió con voz calmada, respiro hondo y exhalo en un suspiro.
—No tengo porque decirlo —Respondió calmada.
—Lola eso no esta bien.
—¿Quien eres tu para decirme lo que esta bien? —Replico en tono sarcástico. Este la miro serio, frunciendo el ceño abatido.
—Yo solo quiero saber que es lo que te sucede.
—Pues, digamos que soy una novia algo exigente, las flores que quiero no llegaran a la fecha y mi boda debe ser perfecta —Mintió cruzando de brazos frente a el, el sudor bajaba por su cuello, aun así un olor demasiado masculino roso sus fosas, haciendo que cosquillas la recorrieran.
—¿En serio vas a casarte? —Su miradas se encontraron, y casi sale corriendo al ver la oscuridad que sostenían sus lagunas claras, no pudo descifrar bien que emociones había en estas, ¿Odio, rencor?.
—Si. —Quiso acercarse al ver sus ojos tan...amargados. El la miro unos segundos mas, buscando, estudiando sus ojos en esa tarde clara que aun estaba presente, la nieve blanca, la brisa fría, eso había quedado en un segundo plano al momento, solo eran dos cuerpo, estudiando las melodías de sus cuerpos. Lo miro negar, mientras una mueca se dibujaba en sus labios.
—¿Lo amas? —Pregunto mirando al suelo, la pregunta la descoloco haciendo que retrocediera en un intento de huir, pero el la sujeto con una mano. —Solo responde —Levanto su vista, clavándola en la de ella, haciendo que un grito ahogado se alojaba en sus cuerdas, había demasiado energía viajando por su cuerpo, muchas ideas, muchas preguntas.
—S-si —Musito asintiendo.
—Mientes —Espeto, apretando su mano.
—¿Que sabes tu de mi? —Murmuro abatida.
—Mucho Lola, se mucho...Estoy seguro de que incluso mas que el.
—¡Eso no importa ya! —Grito ante la presión que comenzaba a forjarse detrás de su cabeza. —¿Que importa si me conoces mas que el? ¿Que importa cuanto me ama? ¡No es tu problema si estoy mintiendo! —Vocifero al borde, el negó accediendo a su agarre, acercándola lentamente a su cuerpo.
—Lola el no sabe lo dulce que eres, lo sentimental que puedes ser, lo divertido de tu risa...estoy seguro de que no lo sabe —Murmuro para ella, haciendo que se erizara ante sus palabras, haciendo que su corazon latiera rápido como aquella vez, como en aquello tiempos, mordió su labio inferior reprimiendo las lágrimas al sentirse tan vulnerable.
—¿P-porque...porque habría de saberlo? —Pregunto en su susurro, sintiendo como sus manos rodeaban su cintura, como su calor de pronto la envolvía.
—Porque así podría amarte como lo hago yo —Tomo su rostro entre sus manos y la beso, sus labios se rosaron en un instante para luego presionar fuerte sus sentidos, la saboreo delicado sintiendo sus nervios, su respiración acelerada, su corazon descocado, los suspiros que soltaron su boca, temblorosa accedió, dejando que explorara su boca, sus labios, su piel descubierta a través de su suéter. El invierno estaba en su pleno apogeo pero aquellos cuerpos ardían, en un calor irradiante de luz, de amor, de deseo. Sorbió una lágrima que bajo por su mejilla silenciosa mientras su respiración bajaba, el aire era el único enemigo y dejando pequeños besos la dejo ir, viendo como sus ojos tristes comenzaban a mojarse de nuevo, como esa tristeza de nuevo la invadía, quiso acercarse, abrazarla, arrullarla entre sus brazos por todos esos años que paso sin ella, porque en todo ese tiempo se había dado cuenta de lo idiota que había sido, de lo mucho que la había amado siempre y nunca se había dado cuenta de ello, hasta que todas sus noches se volvieron películas en donde solo aparecían sus ojos, o su olor dulce de mujer, había llorado tanto por haberse ido, por haberla dejado, por extrañarla tanto sin poder volver, se había dado cuenta de ella había sido lo que siempre espero, incluso había sido mas. Había decidido volver con sus padres para buscarla, para hablar, para salir, para intentarlo con ella pero el darse cuenta de su compromiso solo hizo que explotara, que las ganas de tenerla cerca solo aumentaran con el pensamiento de ella y otro hombre.
—Lola... —Quiso tocarla, parar sus lágrimas pero ella solo retrocedió alejando su mano.
—Te fuiste Rick...Yo hice mi vida sin ti, ¿Porque intentas arruinarlo? —Pregunto entre lágrimas.
—No intento arruinarlo, solo quiero decirte todo aquello que nunca pude —Suplico tratando de acercarse, pero ella solo retrocedía ante su inminente deseo, el auto fue su paradero pero esa mirada asustada que le dedico solo hizo que retrocediera.
—Lo...Lo amo —Musito sintiendo como las palabras escocían en su boca, llenándose de una sensación repulsiva —Voy a casarme y no lo evitaras —Sentencio arrancando de su bolsillo las llaves que reposaban, subió al auto y con esto arranco dejándolo helado, frío, pegado al suelo de aquel parque cubierto de blanco, como el posible vestido que usaría pronto.
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Un amor en septiembre
Teen FictionEl amor prohibido duele, pero uno que no es correspondido destroza el alma en mil pedazos. ¿Que pasa cuando haz de vivir con ese sentimiento a boca cerrada? Es momento de que esta hermosa historia, donde una simple chica conoce lo maravilloso que es...