Capitulo 6

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Unas ligeras caricias se sentían en su cabeza, que poco a poco la sacaban de su mundo de sueño, abrió los ojos lentamente y somnolienta, soltó un pequeño bostezo mientras su cuerpo ante la idea de despertar se mostraba reacio, pesado como una piedra, sus músculos estaban contraídos y el deseo inminente de permanecer como estaba seguía allí. Miro a su madre quien se encontraba al pie de su cabeza dejando en su cabellera oscura ligeros toques con sus dedos.
—No quiero despertar —Murmuro bajito, tallando sus ojos, como solía hacer de niña.
—Pues no creo que sea sano que duermas tanto —Señalo su madre mientras dibujaba una sonrisa en su boca.
—¿Que hora es?
—Ahora mismo son exactamente las 2:00pm —Hablo mirando ese reloj de plata que adornaba su muñeca.
—¡¿Que?! —Pregunto exaltada, sentándose de golpe —¿Como es posible? Ayer me quede dormida cerca de las siete de la tarde.
—Lo se, llegue a esa hora y te vi dormida, no quise despertarte.
Bufo, cubriendo su rostro con sus manos, agradeció que fuera sábado y que su madre comprensiva.
—Lamento no haberte ayudado en casa —Profiero mirándola.
—No te preocupes, se que la Universidad te cansa, además lo de Rick se que también te a agotado —El escuchar su nombre irrumpió en sus oídos y todo esfuerzo que había hecho su mente se veía derrumbado antes las palabras y recuerdos del día anterior, donde una persona sin lugar o titulo le había arrebatado toda esperanza, todo sueño toda razón de ser, el sentimiento de culpa la hacia sentir tonta, pues había dejado que la situación se volviera su mundo, había dejado que la ilusión gobernara en su corazon pues si bien decían que "Soñar no cuesta nada" Eso era una real mentira porque ella había soñado y el precio a pagar por eso era un profundo vacío en su pecho y salado sabor en sus lágrimas ante el dolor de saber que su sueño era imposible.
—Hija... —Su madre llamo acunandola entre sus brazos, ella no lo había notado pero de su mejilla había bajado una lágrima silenciosa.
—Mamá, no te preocupes por mi ¿Si? Se que saldré de esto —Afirmo esperanzada, su madre soltó una risa irónica llena de sentimiento, apretando entre sus brazos a esa chica que aun veía como su niña
—Lorelay...—Llamo por ese nombre que poco se había pronunciado, pues la joven desde chica siempre odio siendo llamada Lola como un sustituto. —Lorelay se que no estoy siempre para ti por el trabajo pero quiero que sepas que siempre seré tu madre y nunca sera una molestia para mi escucharte y ayudarte —Musito con la voz quebrada, sintiendo todo el dolor que sentía su hija, la tristeza amarga que llevaba dentro
—Nunca vuelvas a llamarme Lorelay —Río la jovencita haciendo que su madre la acompañara en carcajadas. —Gracias mami. —Susurro entre ese calor materno que siempre disfruto.

Ya la tarde caía hermosa entre colores anaranjados sobre el cielo, se encontraba en el patio trasero en su árbol favorito con un libro en su mano, dejo por un momento la lectura que disfrutaba y se concentro en el paisaje que se le era regalado desde esa altura, el techo de las casas y los arboles danzantes en esa brisa otoñal daban el escenario perfecto agitando su cabello.
—¡Lola! —Exclamo su madre desde abajo —¡Baja tienes vistas! —Grito por ultimo sacándola de su trance. Frunció el ceño bajando del lugar.
Dentro se encontró de espaldas con esa piel morena que tanto conocía.
—¡Julia! —Grito abrazando a su amiga.
—Lorelay —Musito recibiéndola.
—Oye no me llames así, ya han sido dos veces este día. —Menciono fingiendo molestia.
—Tu nombre es muy bonito no se porque no te gusta, dejando eso de lado, que bueno verte de nuevo —Julia, una gran amiga que había conocido hacia un par de años se había ido de viaje hacia ya un año dejando de lado la Universidad por un tiempo, ahora se veía de vuelta sonriente.
—Lo mismo digo, no sabia cuando vendrías
—Bueno, ya que he terminado mi año vacacional he venido a comenzar las clases de nuevo en la Universidad.
—Me alegra tanto que estés de vuelta —Había melancolía escondida entre esa frase pronunciada entre dientes y una sonrisa triste una que rápido la chica noto.
—¿Que ha pasado Lola? —Pregunto sin evitar, esta se encogió de hombros ladeando su boca restando importancia al posible problema. —Anda ya, que te conozco y se que te pasa algo además si no se lo has dicho a Rick entonces no se lo has dicho a nadie, se nota en tus ojos que tienes mucho que decir.
—Julia yo... —El timbre de la puerta sonó, interrumpiendo la conversación y si bien era lo ultimo que quería al abrir la puerta aquel ser que la había mantenido casi enferma por mucho tiempo se veía sonriente y feliz delante de su puerta.
—¡Rick que bueno verte! —.

Un amor en septiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora