Se levanto mientras sentia el agua bajar por sus mejillas, paso la delicada tela por su rostro quitando las gotas frias que se llevaban segun ella los restos de sueño, sus ojos se fijaron momentáneamente en el espejo donde estudio sus facciones ahora un poco mas marcadas, sus pomulos pronunciados, sus ojeras, sus dedos frios se guiaron cerca de su frente que aun tenia las cicatrices de aquella terrible noche, que le había arrancado su vida en un mínimo instante.
—¿Lola estas bien? —La voz de aquella mujer sonó tras la puerta de madera, hasta ese momento fue consciente de todo el tiempo que estuvo encerrada en aquella pequeña habitación de hospital.
Abrio la puerta con cuidado, mientras que Marcy le sonreía débil —¿Estas lista? —Pregunto, se detuvo en su mirada triste y entendió todo el dolor que vivía esa madre justo en ese tiempo.
—Si —Respondió encaminándose de nuevo a aquella habitación tétrica, que si bien siempre estaba iluminada para ella siempre permanecía oscura, porque no había luz mayor a aquellos ojos que aun no se abrían, había despertado tantas veces a mitad de la noche llorando, buscando en desespero a aquellos ojos que tanto amaba, luego solo seguía llorando al darse cuenta de su realidad cuando lo veía acostado en la camilla, con los ojos cerrados, con aquella maldita maquina dando un ensordecedor pitido que gritaba para ella que "Nunca despertaría" mas aun, debia admitir que aquel sonido la llenaba de paz al saber que aun había vida.
Abrió la puerta entrando, viendo como la habitación permanecía igual que antes, como no había cambiado nada, los sillones seguían igual, las ventanas también dejaban ver la luz del día mientras que la brisa se encargaba de mover las cortinas y el...el seguía en la misma cama, en la misma habitación.
—Buenas tardes cielo —Se acerco rápidamente a el, dejando un beso en su mejilla acariciando su cabellera oscura que ahora estaba mas larga. —¿Abrirás los ojos para mi hoy? —Pregunto sintiendo la voz rota, el nudo en la garganta con lágrimas que amenazaban con salir.
—Deseo escuchar su respuesta —La voz de Marcy sonó tras ella, permanecía apoyada en la puerta con su abrigo en la mano.
—¿Saldrás?
—Quiero un café, puedes quedarte con el —Asintió mientras la veía salir de la habitación.
Devolvió su mirada al ser que aun sentían sus manos, se guío por sus facciones, su nariz respingada, sus labios pálidos debajo de aquella mascarilla, sus pestañas seguían igual de oscuras que siempre incluso ese pequeño lunar debajo de su barbilla, ese que era tan claro que pocos conocían, sonrío notando como una lágrima caía en su mejilla pálida.
—Abre los ojos para mi amor...por favor —Acuno su mejilla con impaciencia mientras sus dedos temblorosos se aferraban a su rostro —Te amo Rick...no me dejes —Suplico al borde, lágrimas ya bañaban sus mejillas y el rostro el de el.
—Buenas tardes —Se dio la vuelta sorbiendo su nariz, encontrándose con la mirada preocupada del doctor, su bata blanca seguía tan impecable como siempre, sus manos sostenían papeles mientras que una sonrisa a media linea cubría sus labios.
—B-buenas tardes doctor, y-yo...lo siento, estaba
—No tiene que explicármelo señorita, lo entiendo muy bien, son tiempos difíciles —Asintió entendiendo —¿Se encuentra la madre del chico?
—No ella fue a tomar un café ¿Pasa algo? —Frunció el ceño mientras se acercaba, acunandose así misma entre sus brazos.
—Bueno necesito que este la madre del chico.
—Estoy aquí ¿Que pasa? —Macy apareció, con su actitud tan frívola como siempre, la mujer odiaba el hospital y a pesar de siempre haber sido tan amable y cariñosa hoy parecía estar repulsiva a todo lo que no le devolviera la felicidad a su hijo.
—Deben saber que hemos hecho todo lo posible por mantener a Richard en un buen estado, pero...—Ese silencio momentáneo que se formo fue suficiente para acelerar su corazon haciendo que su sangre hirviera debajo de su piel débil, sabia lo que vendría, pero aun así quiso ignorar el dolor —Ya han pasado dos meses y Rick no da indicios de despertar, hemos hecho todo lo posible en nuestras manos pero creo que es momento de...desconectarlo —Sus palabras escocieron como dagas dentro de su corazon, como si una flecha fuera enterrada en su hígado, el dolor fue pronunciado en todos sus huesos que se sintieron quebrar.
—No esta hablando en serio doctor, Rick despertara estoy segura —Marcy fue capaz de hablar.
—Aunque me gustaría decirle que es así, no puedo darle falsas esperanzas —Su voz era grave, de hecho la sintió quebrarse en algunos momentos, no habia conocido a Rick claro estaba pero...había conocido a su familia y había visto el amor que todos sentía por ese chico postrado en una camilla de hospital. —Les dejare estos documentos donde podrán hacerlo legal, es su decisión —Entrego las hojas que contenían el punto de dolor, la miro tomarlas arregañadientes mientras que sus ojos derramaban lagrimas llenas de angustia de dolor, de desespero, ese que siente una madre al perder a su pequeño.
—¡Quieren que asesine a mi bebé! —Grito ella, haciendo que soltara un respingón, aun seguía pegada al suelo de aquel lugar, su rostro seguía llorando mas aun su corazon comenzaba a latir débil, se arrodillo en el frío suelo mientras aun lágrimas salían de sus ojos, sostuvo su corazon en un intento de que este no se detuviera.
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Un amor en septiembre
Teen FictionEl amor prohibido duele, pero uno que no es correspondido destroza el alma en mil pedazos. ¿Que pasa cuando haz de vivir con ese sentimiento a boca cerrada? Es momento de que esta hermosa historia, donde una simple chica conoce lo maravilloso que es...