Conseguí alcanzarlos, así que la dirección no me hizo mucha falta. Los seguí con sigilo, guardando las distancias.
Salva y sus amigos pararon en una especie de plaza enorme derruida por el paso del tiempo. Nunca había oído hablar de esa plaza. Estaba abarrotada de gente. En cada esquina había un grupo de moteros.
Serían bandas que se enfrentaban entre sí. Visualicé a Pablo en una de ellas sobre su moto. Llevaba unos pantalones pitillo negros, unas converse rojas y una camiseta gris oscuro. Se estaba riendo con los chicos que había allí. Aparqué mi moto y cogí mi casco. Caminé en dirección a él. Todos me miraban cuando pasaba por su lado. Cuando Pablo me vio se le borró la sonrisa de la cara y se puso serio. Me paré enfrente de su moto.
-Hola.- Le miré y observé como me miraban los chicos que estaban con él.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado?- Su voz era dura, tan dura que dolía.
-Es importante. Tenemos que hablar.- Me miró de arriba abajo.
-¿Importante? ¿Por eso vienes así vestida?- Toda su pandilla se río ante su torno burlón. Hice un esfuerzo por no cruzarle la cara.
-Estaba en una fiesta. Cuando me he enterado he venido a buscarte.-
-Verás, esto es ilegal. No va contigo. Pírate antes de que se te tiren al cuello.- Se cruzó de brazos mientras seguía sentado. Me acerqué a él y le susurré: "Tu tío está en el hospital y Salva quiere matarte." Me separé y lo miré directamente a los ojos.
-Bueno, solo quería que lo supieras. Pero... Eres un tío duro de modo que no te preocupes, tampoco era tan importante.- Me di la vuelta y empecé a caminar. Noté como se me humedecían los ojos. Había ido a avisarlo y a él le dio igual. Una lágrima se deslizó por mi mejilla antes de que llegara a la moto. Me la limpié con el dorso de la mano y me monté en la moto. Llevaba el móvil en el bolsillo interior de mi chaqueta. Lo saqué y vi cinco llamadas perdidas de mi hermana pequeña. No había oído el teléfono. La llamé y me contestó un chico.
-Hombre, hola... Tú debes de ser Alexis.- Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Pablo me estaba observando.
-¿Quién eres? ¿Dónde está mi hermana?-Se río. Su voz me resultaba familiar.
-A tu hermana le gustan mucho las carreras de motos ilegales. Es el mejor modo de sentir la adrenalina en el cuerpo, ¿no crees?- Me puse tensa.
-¿Qué quieres?- Apreté los dientes mientras miraba a Pablo. Parecía que se había percatado de que tenía problemas.
-Quiero que Pablo pague...-Mi mente se nubló.
-Salva...-Dije en apenas un susurro.
-Anda, si me conoces... Eres lista además de guapa. Por ciento, hoy vas preciosa. Con tu blusita roja, tus pantaloncitos...- Me puse en alerta y empecé a mirar cada uno de los grupos de moteros que había en la gigantesca plaza. Después de una rápida ojeada lo vi. Tenía a mi hermana agarrada del brazo mientras lloraba. Iba a pagar por esto.
-Vas a pagar por esto.- Noté como me hervía la sangre.
-Ven a buscarla.- Colgó. Me guardé el móvil en la chaqueta y me bajé de la moto. Pablo seguía mirándome preocupado. Pasé por su lado y me dirigí hacia Salva.
-Aquí me tienes, capullo.- Me planté delante de Salva. Me sacaba una cabeza y media. Era un poco más alto que Pablo, pero no mucho más.
-Estás preciosa. Una pena que Pablo haya pasado de ti, una pena... -Me miró de arriba abajo. Apreté mi mandíbula y oí el ruido del motor de la moto de Pablo. En fracción de segundo estaba a mi lado.
-Salva, dejala en paz.- Pablo no sabía que la chica que lloraba era mi hermana y que por eso estaba yo allí. Aproveché que Salva no me prestaba atención y le golpeé con el casco. Le hice una brecha a causa de la fuerza que empleé. Le volví a atizar. Otras motos aparecieron. Le pegué una patada en el pecho con los tacones y lo tiré al suelo.
-No. Vuelvas. A. Tocarla.- Repetía lo mismo a cada puñetazo que le daba. Noté como Pablo gritaba mi nombre. Me agarró de la cintura y me separó de Salva, antes de que este me clavara la navaja. Mi hermana corrió en mi dirección y la abracé. La coloqué detrás de mí.
-Alex, vete.-Pablo me daba la espalda. Salva tenía la navaja en la mano y ya estaba en pie.
-No me voy sin ti.- Pablo apretó los puños.
- Si, si te vas. Te veré luego. Te lo prometo.- Cogí a mi hermana y fuimos hacia mi moto corriendo. El latino que estaba siempre con Pablo apareció detrás nuestra cuando llegaba a mi moto.'
-Alexis, espera, espera.- Le di el casco a mi hermana, me monté en la moto y ella detrás.
-Eres amigo de Pablo, ¿no?-
-Sí, soy Marcos. Toma mi número por cualquier cosa. Escríbeme cuando estéis a salvo.- Apunté su número.- Iros, ¡ya!- Arranqué la moto.
-Gracias.- Le dediqué una sonrisa y salí corriendo en dirección a casa. Mis padres no llegarían hasta bien tarde porque tenían una cena, lo cual era perfecto, no tendríamos que pensar una excusa.
Cuando llegamos dejé a mi hermana durmiendo en su cuarto mientras yo me duchaba después de enviarle un mensaje a Marcos diciéndole que estábamos en casa, sanas y salvas.
Pablo no me escribió ni vino a casa, me prometió que vendría... Me dormí con el móvil en la mano esperando noticias suyas.
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Buenas tardes, mis amores!! Espero que no le cojáis mucho asco a Salva, pronto os desvelaré más secretos. Hasta el próximo capítulo:)
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Orígenes
Teen FictionAlexis era una adolescente normal hasta que conoció a Pablo, un chico que se dedicaba a ser un inocente universitario de día y un temerario corredor de carreras en la noche. Tras comenzar a entablar una relación personal con Pablo, Alexis sufre un a...