Capítulo 26: RANGE ROVER

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Aparcamos en frente de un bloque de edificios en la Avenida Constitución.

Saqué mi iPhone y le envié un mensaje a Javi a través de FaceTime para saber si había averiguado algo.

Al segundo me llegó una respuesta: "Nada nuevo, sigo intentado conectarme al servidor." Mientras le contestaba a Javi "Javi, si averiguas algo, llámame." me entró un mensaje en Whatsapp de Alejandro. Tras enviar el mensaje me cambié de aplicación para leer el mensaje de Alejandro: "Michelle me acaba de decir que un Range Rover negro, con la misma matrícula que memorizaste, está aparcado en el Tontodromo." Me tensé y miré a Pablo. Le pasé el móvil y cuando lo leyó arrancó la moto.

-¿Vienes?- Me puse el casco y me subí. Cuando llegamos al Tontodromo vi a Michelle vestida con un chandal de Adidas negro y la mochila para irse a la academia de baile justo en frente de la heladería Sirvent. Me acerqué a ella disimuladamente seguída de Pablo.

-Hola. Alex me ha dicho que has visto el Range Rover.- Michelle me miró y se  dispuso a responder.

-Llegó hará uno diez minutos. Desde que lo he visto no me he movido de aquí, estoy tanteando el terreno.- Llevaba puestas unas gafas de sol, lo que me impedía ver hacia donde estaba mirando.

- ¿Has visto al dueño?- Negó con la cabeza.

-Aunque creo que es ese moreno que se está fuera, pero tengo dudas, como está esperando la cuenta. Está bueno el cabrón.- Pablo y yo la miramos con desgana y enfado.- Vale, perdón, perdón. ¿Cuál es el plan?-

-Este es el plan: Tu te acercas al todo-terreno para distraerlo, mientras Pablo le golpea y yo le cojo las llaves y lo metemos en el coche antes de irnos.- 

-Estamos en medio del Tontodromo, no me seas kamikaze.- Pablo me miró.

-Vale, ¿qué propones? – Vimos como el chico pagaba.- Date prisa, se acaba el tiempo.- Comencé a ponerme nerviosa. El chico guardó la cartera y se despidió de la camarera.- ¡Mierda! Sigue al coche.- Salí corriendo en dirección a la moto después de darle las gracias apresuradamente a Michelle.

Seguimos al todo-terreno cuando se puso en marcha. Fuimos bastante discretos.

El Range Rover aparcó en un edificio pasado el puente dónde murió Salva atropellado, por él. Me bajé de la moto y me colé en el edificio dejando a Pablo en la calle.

Agarré el casco con firmeza y me acerqué sigilosamente por la espalda.

-Si fuera tú, no haría eso.- Me cabreé aún más al oír su voz. Levanté el casco y se giró impidiendo que le golpease. Pablo aporreaba la puerta de entrada. El chico me golpeó con el casco tras arrancármelo. Me hizo un pequeño corte en el labio inferior. Me levanté del suelo. De lo fuerte que me había golpeado consiguió derribarme. Me agarró por el brazo y me golpeó nuevamente empujándome dentro del ascensor, pulsó un botón y se mantuvo fuera mientras las puertas se cerraban y yo intentaba levantarme.

El ascensor subió a la séptima planta y salí. Busqué las escaleras pero cuando di con ellas el ascensor que había al lado se abrió con Pablo dentro.

-Camina, o le rajo.- Seguí sus indicaciones hasta estar enfrente de una puerta de madera. Me pasó las llaves, la abrí y accedí a su interior.

Cerró la puerta y se encaminó al salón después de mí. Cogió unas bridas sin soltar a Pablo. Me mantuve inmóvil mientras pensaba como darle la vuelta a la tortilla y que fuera él el retenido.

Miré a mi alrededor buscando con qué defenderme sin que Pablo sufriera ningún daño.Noté como mi bolsillo vibraba. Mi móvil estaba recibiendo una llamada en ese momento. Miré a Pablo y le indiqué mediante un gesto que distrajese al chico. Acto seguido Pablo le golpeó con la rodilla en el estómago causando que este le soltara.

Contesté la llamada rápidamente:

-Javi, busca mi móvil por GPS date prisa. No hables tan solo escucha.-

-Vale.- Bloqueé el iPhone dejando la llamada en curso para que Javi pudiese rastrearla.

Mientras busqué una manera de ayudar a Pablo.

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