Habían pasado tres semanas. Hoy le daban el alta a Pablo. El médico le recomendó una semana de reposo antes de volver a conducir.
Llegamos al hospital. Aparcamos en el parking y subimos a la planta de Pablo. Al subir fui corriendo a su habitación. Estaba poniéndose la camiseta. Soltó un quejido y me apresuré a ayudarle.
-No hagas esfuerzos, ya oíste al médico.- Me sonrió y me dio un beso en la frente.
-Me cuidas demasiado.-
-Más debería cuidarte.- Le ayudé a ponerse una sudadera de cremallera y cogí sus cosas.
-Alex, me gustaría ir a despedirme de mi tío.- Parecía apenado. Lo comprendía. Sabía que era perder a un tío por cáncer. Asentí y le pedí a Guille que fuera llevando las cosas al coche. Acompañé a Pablo a ver a su tío. Estaba dormido. Los calmantes que le suministraban eran lo suficientemente potentes para dejar KO a un caballo. Se despidió de su tía y nos fuimos al parking. Llevé a Pablo a su piso en el centro de Murcia. Llegamos a la Avenida de Juan Carlos I y al final de la avenida paramos junto a un edificio. Le di las gracias a Guille y me quedé con Pablo a solas.
Era viernes, dado que me hacía cargo de Pablo, su tía me dejó que me tomara un descanso con respecto al bar, así que Jorge cubría mis turnos.
Subimos a la sexta planta, la más alta. Pablo vivía en un ático bastante espacioso y muy bien decorado, no sabía que tuviese tan buen gusto.
Era la hora de comer. Me había permitido la libertad de haberle hecho la compra. Hoy cocinaba yo.
Dejé sus cosas en su habitación y me encerré en la cocina. Pablo vino detrás.
-¿Qué haces?- Me puse de puntillas y cogí un paquete de pasta.
-La comida. ¿No pretenderás que nos muramos de hambre?- Me reí y puse agua a hervir. Pablo me rodeó por detrás y apoyó su barbilla en mi cabeza suavemente.
-Me ayudas, me cocinas, me cuidas... ¿Qué más puedo pedir?- Me apretó un poco más y sonreí para mis adentros. El agua empezó a hervir y eché los tallarines. Me subí a la encimera y bebí de un vaso lleno de agua. Pablo se acercó mientras yo jugaba con el vaso ya vacío entre mis manos. Me retiró el pelo detrás de la oreja y le miré. Me acarició la mejilla con el pulgar. No me dijo nada pero parecía feliz.
-¿Qué?- Le sonreí y puse mi mano sobre la suya.
-Nada. No me canso de mirarte. Eso es todo.- Se acercó más. Le rodeé el cuello y le di un beso en la frente. Era posible que ambos nos estuviéramos enamorando del otro. No lo sabía con certeza. Pero de lo que si estaba segura era de que él me había cambado la vida, y francamente, había sido un cambio a mejor.
-¡Hola, hermanita!- Me hizo un gesto y se fue a la terraza donde siguió hablando por teléfono.
Puse la mesa y espere a que los tallarines estuviesen listos para mezclarlos con la salsa de setas. Los serví y esperé a que Pablo acabase. Cuando hubo terminado, colgó y se sentó en la mesa.
-¡Qué buena pinta tiene! Además, huele genial.- Le dediqué una sonrisa. Terminamos de comer y nos pusimos a ver películas durante toda la tarde mientras comíamos helado de chocolate.
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Buenas tardes, mis amores!! Aquí os dejo el capítulo 15. Ya sabéis, si os ha gustado dadle a la estrellita o comentad!! Hasta el próximo capítulo:)
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Orígenes
Teen FictionAlexis era una adolescente normal hasta que conoció a Pablo, un chico que se dedicaba a ser un inocente universitario de día y un temerario corredor de carreras en la noche. Tras comenzar a entablar una relación personal con Pablo, Alexis sufre un a...