EPÍLOGO

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Habían pasado meses desde el funeral de Luis, y tras varios juicios conseguimos encerrar a Nacho en la cárcel a las afueras de Murcia.

Tras un largo curso conseguí llegar al final con muy buenas calificaciones en el boletín.

Pablo acababa de terminar primero de carrera con calificaciones realmente excelentes. Había dejado de participar en carreras ilegales y ahora se estaba sacando el carnet de coche.

Por las tardes nos dedicábamos al bar y a pasar tiempo con los primos de Pablo.

Todos los viernes por la tarde le dejábamos flores a Salva; Valerie; Luis y a Tomás. Desde que Tomás murió Marina estuvo bastante triste, supongo que es normal después de perder a la persona con la que habías planeado pasar el resto de tu vida y con la que esperabas disfrutar de los nietos que los hijos que habíais tenido os darían. A pesar de todo Marina era fuerte por sus hijos. Me reconfortaba poder ayudarla siempre que podía.

Alejandro por fin se había echado novia, ¿a qué no adivinais quién? ¡Michelle! Me alegraba muchísimo por mis mejores amigos, por fin Alejandro había asentado la cabeza.

Javi comenzó a trabajar en una tienda de electrónica donde conoció a Paula, su actual novia, no llevarían más de tres o cuatro meses. Lo cierto, es que eran tal para cual.

Y yo, llevo diez meses con Pablo. Nuestra relación ha ido viento en popa. Nunca había estado tar feliz por seguir los consejos de Don Ernesto.

Hablando de Don Ernesto, consigió salir ileso de su operación riñón y seguía viniendo todas las tardes al bar para alegrarnos la tarde.

-¿Nos vamos?-

-Dame un segundo, Pablo.-

-¿Estás escribiendo el final?-

-Sí, estoy escribiendo el final a nuestra historia.-

Antes de decirle adiós a las múltiples aventuras, he hecho una reflexión: "Cada uno es artífice de su propia aventura", y la mía acaba de empezar.

OrígenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora