Capítulo 23: NOS ESTAMOS ACERCANDO

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Dejamos las motos en la puerta y le expliqué a Pablo lo que estábamos haciendo:

-Espero que haya habido suerte.-

-Y yo.- Luis nos abrió la puerta y entramos. Alejandro apareció de repente, parecía furioso.

-¡¿Tú de qué vas?!- Se me abalanzó encima pero Pablo se interpuso.

- Tenía que encontrarle... Juan me llamó y no soportaba la idea de que estuviera solo...- La expresión de Alejandro se relajó.

-Me tenías preocupado.- Le dediqué una sonrisa inocente.

-Sabes que sé cuidarme sola.-

-Lo sé, pero aun así me preocupo.- Le di un abrazo y entré en el salón para comprobar que había averiguado Javi.

-Javi, ¿has encontrado algo?- Me respondió mientras seguía tecleando.

-No mucho. Sé dónde vive, dónde nació, cómo se llaman sus padres... Cosas por el estilo.- Miré a Pablo.

-¿Eso lo consideras poco?- Pablo se sentó al lado de Javi tras hacer la pregunta.

- No es lo suficiente. Llevo media hora intentando conectarme al servidor de su portátil para descargarme su historial. Luego le localizaré mediante GPS.-

-¿Puedes hacer eso?- Alejandro parecía sorprendido.

-¿Estás bien?- Cerré la puerta de la cocina.

-Estoy algo nervioso. No sé cómo enfrentarme a él.- Oímos la voz de Michelle diciendo que había traido comida y abrió la puerta de la cocina haciendome cerrar la boca.

-Perdón, solo vengo a dejar la comida. No os interrumpo más.- Dicho esto salió de la cocina rápidamente cerrando la puerta detrás de ella. Entonces retome la palabra:

-No tienes que hacerlo. Lo primero es dar con su paradero.-

-Lo sé. Estamos tan cerca.-

-No tenemos que ilusionarnos, podría salir algo mal.-

-Soy consciente de ello.-

-Aunque Javi sabe qué se hace.- Pablo me dedicó una media sonrisa. Me acerqué a él y le abracé.- ¿Estás más tranquilo?- Asintió y volvimos con los demás.

-¡Mierda!- Javi le pegó un golpe a la mesa.

-Javi, ¿qué pasa?-  Michelle dejó lo que estaba comiendo en la mesa que había en frente del sofá y se acercó a la mesa con el resto. Javi tecleaba como un loco mientras maldecía en voz baja.

-Lo estoy perdiendo. Es como si me expulsara del servidor y todos sus datos desaparecieran de la red.- Mi cuerpo se tensó.

-Javi, dime que puedes reestablecer la maldita conexión con su ordenador.- Javi me miró un par de segundos. En sus ojos vi desesperación.

-Se lo importante que es para vosotros dar con él. Tengo todo su historial en el pendrive. Estoy intentando localizarlo por GPS pero algo me impide localizarlo.- Intentó mantenerse en la red para localizarlo pero perdió la conexión con su portátil.

-¿Qué tal si te metes en el servidor central para poder acceder a todas las cámaras de seguridad que hay en la ciudad?- Michelle no paraba de darle ideas y de transmitirle tranquilidad. No sabía si eso era posible pero con los dotes tecnológicos que tenía Javi seguro que era posible.

-Es una buena idea, pero no es tan simple. Hachear el servidor central y acceder al control tecnológico de la ciudad es uno de los mayores poderes que podrías tener en la actualidad. No va a ser nada fácil entrar, pero lo lograré.-

-Sabemos que lo harás.- El móvil de Pablo sonó. Era su tía. Contestó delante de nosotros.

-Hola.-

-Hola, Pablo. Necesito que vengas al hospital.-

-¿Le ha pasado algo a mi tío?- Me temía lo peor.

-Los médicos dicen que está en las últimas, ha insistido en despedirse de ti antes de...- Pablo cerró los ojos con fuerza.

-Voy para el hospital. Hasta ahora.-

-Hasta ahora.- Pablo colgó y me miró.

-¿Me acompañas?- Asentí con la cabeza.

-Si averiguamos algo os lo haremos saber.-

-Vale. Gracias, Luis.- Me monté en la moto con Pablo y fuimos al hospital. 

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