Orígenes

Capítulo 30: NOS VEREMOS PRONTO, COMPAÑERO

Alejandro estaba de rodillas frente al cuerpo de Luis mientras yo lloraba abrazada a Michelle.

-Ese cabrón...- Masculló.

-Lo encerraremos y se pudrirá en la cárcel.- Dejé que Michelle expresara la ira por mí.

***

Me monté en el coche y me dirigí al cementerio.

Luis había muerto por haberme ayudado a encontrar a Nacho. Me bajé del coche al llegar a las puertas metálicas.

Pablo, Alejandro y Javi estaban vestidos de traje. Me acerqué a ellos dejando atrás el sonido de los tacones que llevaba. Me había puesto el vestido negro que tanto le gustaba a Luis. Lo llevaba puesto en la primera fiesta a la que fuimos juntos, siempre que me lo ponía me acordaba de él. Comenzamos a andar hasta unirnos a Michelle.

Nos acercamos donde estaba la familia de Luis y le dimos el pésame.

En menos de un año habían muerto dos personas por culpa de Nacho, y una por culpa del cáncer.

Puche se acercó al ataúd y puso la mano sobre la tapa de este mientras murmuraba: "Vengaremos tu muerte. No pararemos hasta que esté entre rejas. Te lo prometo."

Tras una larga misa llegó la hora de despedirse de Luis, para siempre.

Preguntamos si podíamos decir unas palabras antes de enterrarle.

El primero en tomar la palabra fue Alejandro:

-Luis fue una gran persona para mí y para muchos de los que estamos aquí.Gracias a él, yo conseguí tomarme todo con más humor. Es posible que hoy le diga "adiós", pero nunca olvidaré la primera vez que le dije "hola." Por último, quiero decir que la vida de Luis estaba llena de alegría y valor, y quería darles las gracias a sus padres por no solo haberle traído al mundo, si no por haber hecho una persona realmente auténtica.- Una lágrima resbaló por mi mejilla y esperamos a que Javi comenzase a hablar:

-No quiero ver esto como un final definitivo. Puede que ahora ninguno podamos disfrutar nunca más de la compañía de Luis. Seré el primero en echar de menos sus constantes comentarios llenos de humor, pero también seré el primero en vivir por él. Seguiré escribiendo capítulos de su vida a través de la mía, por eso no quiero decirle adiós, porque para mí sigue aquí, como si nada hubiese cambiado, aunque me duela reconocer que tendré que esperar hasta tener una nueva aventura con él.- Sonrió débilmente antes de deslizar la mano sobre el ataúd y pronunciar sus últimas palabras.- Hasta pronto, colega.- Era mi turno. Me aclaré la voz y me limpié las lágrimas antes de hablar:

-La verdad, no sé qué decir.- Miré el ataúd y sonreí débilmente antes de seguir.- Solo se me ocurre decir que Luis era una maravillosa persona. Día tras día él se ganó un lugar en mi corazón. Nunca pensé que llegara a ser tan importante para mí, pero resulta que lo ha sido. Me ha regalado momentos llenos de risas y lágrimas. Cuando pienso en él, no pienso en las bajadas que tuvo nuestra amistad.- Miré a los padres de Luis, no paraban de llorar.- Su hijo, me enseñó a reírme de la vida y a no malgastarla en pequeñas cosas sin importancia, siempre me decía "Solo se vive una vez, sonríe y comete el mundo."- Las lágrimas rodaron por mis mejillas corriéndome el rímel al recordar la primera vez que me lo dijo, acababa de salir de una relación donde el chico nunca me valoró y acabó siéndome infiel.- Su hijo, me dio cariño siempre, por eso siempre que pienso en él me acuerdo de los grandes momentos que hemos pasado juntos. Hicieron un buen trabajo, porque la única explicación que encuentro a una persona tan especial es provenir de dos personas especiales y llenas de amor, como ustedes.- Me limpié las lágrimas y puse la mano en el ataúd.- Hoy le digo adiós, pero sé que volveré a verlo muy pronto. Luis está en cada una de mis sonrisas. No había nada que le alegrase más que verme feliz. Seré feliz y fuerte, por él.- Las lágrimas humedecieron mis lágrimas nuevamente.- Gracias por todos estos momentos llenos de alegría y de diversión. Siempre estarás en mi corazón.- Besé la punta de mis dedos y las coloqué sobre el ataúd.-Nos veremos pronto, compañero.-