Subimos a La Alcayna para ir a casa de Luis.
Luis era amigo nuestro desde hacía unos tres años. Se le daban muy bien los aparatos tecnológicos pero no tan bien como a Javier, un amigo muy cercano a mí.
Nos bajamos de la moto y llamamos al timbre.
-Hola. Pasad.- Saludamos a Luis y pasamos al interior.
-¿Estás solo?- Alejandro quería asegurarse de que nadie se enterara de lo que íbamos a hacer.
-No estamos del todo solos.- Me giré al oír a Javier a mis espaldas.
-Javi, ¿qué haces aquí?- Alejandro no esperaba verlo.
-Luis me ha comentado la situación. Mi deber es ayudaros, soy vuestro amigo.- Sonreí.
-Gracias, Javi.- Me guiñó un ojo y nos metimos los cuatro en el salón. Javi era el Dios de la tecnología. Podía hachear cualquier cosa, infectar con virus cualquier plataforma, crear aplicaciones... Era un crack.
-¿Necesitáis averiguar una identidad?- Alejandro y yo asentimos. El timbre sonó y Luis fue a abrir dándole acceso a Michelle, la que iba llevaba consigo una especie de mapa de la región de Murcia.
-Buenas, ¿por dónde vais?- Alejandro y yo la miramos atónitos, así que Luis se encargó de explicarnos la situación.
-Es la mejor se conoce la ciudad, necesitamos averiguar caminos rápidos y sin mucha vigilancia en caso de que se ponga feo el asunto. Un tío que va atropellando a personas y dándose a la fuga no es que esté muy bien de la cabeza, ¿no os parece?- Nosotros asentimos y le hicimos un hueco a Michelle. Retomé la palabra dirigiendome a Javi:
-He memorizado la matrícula, también sé que coche es.- Javi empezó a teclear.
-Hola, Juan. ¿Qué pasa?- Juan había conocido a Pablo el día que yo ingresé en el hospital, en varias ocasiones habían coincidido.
-Hola. Acabo de ver la moto de Pablo.-Miré en dirección al salón para asegurarme de que Alejandro estaba pendiente de lo que hacía Javi.
-¿Qué? ¿Hacia dónde iba?-
-Ha cogido el desvió que lleva al cementerio, iba sumamente rápido.-
-¿Al cementerio de Santomera?-
-Sí, o al menos, eso creo. Ya sabes que hay muchos cementerios.-
-Vale, gracias.-
-¿Va todo bien?-No le contesté. Colgué y me guardé el móvil en mi chaqueta.
Me dirigí a Santomera todo lo rápido que pude. Se estaba haciendo de noche cuando llegué al cementerio.
Estaba a unos treinta minutos de la casa de Luis.
Aparqué justo en la puerta. Vi que la moto de Pablo estaba allí. Entré en el cementerio y recorrí cada tumba, hasta que lo vi tirado en el suelo junto a una de ellas. Corrí en su dirección. Me paré a unos metros de él:
-Pablo...- Mi voz fue un leve susurro. Pablo no me miró. Caminé los pocos metros que nos separaban y me senté en el suelo al lado suyo. Miré la foto que había en la tumba: una chica morena, con pecas y ojos intensamente verdes, como los de Pablo. En la foto salía sonriendo mostrando sus dientes perfectos. Leí el nombre: Valerie García Martín y la fecha 10/04/1998 – 12/10/2013.
Coloqué mi mano sobre la suya.
-Siento lo que le pasó.- Pablo me miró.
-Tantos los años pensando en vengarla...-
-No has provocado la muerte de Salva.- Le corté.
-Pero quería que muriese. Pensé que así me sentiría mejor.-
-Una muerte no compensa a otra. Valerie murió. Salva ha muerto. Por muchas muertes que haya, tu hermana no va a volver. A ella le gustaría que disfrutaras de la vida, no querría verte así.-
-Lo sé. Ella murió estando enamorada de Salva, y el tío que le ha matado es el mismo que te metió en el hospital. De eso estoy cien por cien seguro.- No entendía a donde quería llegar.
-¿Qué pretendes?-
-Voy a encontrar a ese mal nacido y haré que pague por lo que ha hecho.- Se quedó mirando la tumba después de que esas palabras salieran de su boca.
ESTÁS LEYENDO
Orígenes
Teen FictionAlexis era una adolescente normal hasta que conoció a Pablo, un chico que se dedicaba a ser un inocente universitario de día y un temerario corredor de carreras en la noche. Tras comenzar a entablar una relación personal con Pablo, Alexis sufre un a...