Capítulo 21: LA CARRERA

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Se hizo de noche y Pablo se fue a competir. Me encerró en su casa, pero cometió el error de dejarme con recursos para salir de allí. Desbloqué el iPhone y llame a Alejandro.

-¿Hola?- Miré a la puerta y sonreí maléficamente.

-Alex, ¿te apetecería ir a una carrera de motos?- Hubo un silencio al otro lado de la línea.

-Claro. ¿Dónde estás?-

-En el piso de Pablo, me ha encerrado para que no pudiera ir a la carrera final. Te paso la ubicación.-

-Joder... Voy para allá.-

-De acuerdo. Cuando llegues pídele las llaves al portero.-

-Vámonos.- Alejandro cerró la puerta y bajamos rápidamente por las escaleras. Al salir a la calle vi una Yamaha yzf 125 cc, le miré.

-Lo sé, te has puesto cachonda.- Se río ante mi muestra de asombro. Me subí en la moto y nos fuimos a la Gran Vía. Al llegar vimos pasar dos motos. Iban haciendo zigzag entré los coches. Una era la de Pablo.

Alejandro paró la moto y me dió una advertencia:

-No te cargues mi moto.-

- No lo haré, gracias.- Alejandro se bajó y le di puño a la moto. No tenía tiempo para esperar a que los coches se dispersaran, metí segunda y le di al acelerador provocando que la moto quedase sobre una rueda. Avancé entre los dos coches y frené con la rueda trasera para colocar la moto en el suelo y seguir recto. En cuestión de segundos alcancé a Salva. Aceleré para ponerme delante de ellos.

Llegué el puente antes que ellos y derrapé impidiendo su pasó. Salva frenó pero la rueda trasera se le fue y cayó al suelo. No me dio tiempo a reaccionar, cuando Salva se puso en pie, un Range Rover negro impactó contra su cuerpo. El mismo coche que me atropelló semanas atrás.

Oí a Pablo gritar. Todos los coches se pararon para socorrer a Salva. Memoricé la matricula del Range Rover y me acerqué a Salva.

Pablo estaba de pie junto al cuerpo de Salva. Llamé a una ambulancia, pero era demasiado tarde. Salva no iba a aguantar hasta que llegara. Pablo se arrodilló y Salva abrió la boca para decirle algo:

-Era maravillosa, tienes razón.-Agarró la mano de Salva.- Yo también lo siento.- Salva sonrió y cerró los ojos. Me mantuve en todo momento al lado de Pablo.

Unas sirenas se oyeron y llegaron a nuestro punto de encuentro. Metieron a Salva en sus características bolsas brillantes y se fueron. Pablo se montó en la moto y arrancó. Fui corriendo hacia su moto:

-¡Pablo, espera!- Pablo salió disparado calle abajo. Me monté en la moto de Alejandro y fui a buscarle.

-¡¿Qué ha pasado?! He visto una ambulancia.- Alejandro se fue a poner el casco, pero paró su acción al oír mis palabras.

-Salva ha muerto. Cayó al suelo y cuando se levantó un Range Rover negro lo atropelló.-

-Dime que tienes la matrícula.- Asentí. Alejandro marcó un número de teléfono. -Hola. Luis, ¿puedes hacerme un favor?- Hubo una breve pausa.-Vale. Te veo en tu casa.-Se montó en la moto después de ponerse el casco.- Vamos a averiguar quién es ese capullo.-

-¡Alejandro! ¿Qué pasa con Pablo?-

-Luego lo buscaremos, te lo prometo.- 

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