-____, te puedo hacer una pregunta?- Bajó su cabeza para estar a mi nivel.
-Claro….dime….-Asentí insegura de lo que me preguntaría.
-Dime….-Tragó grueso- Hay algo que te guste de mí?
Quedé helada. No sabía que responder. Nunca me había puesto a pensar en eso antes. Bueno, admití que me gusta un poquito, pero es solo atracción, no es que me guste algo en particular de él.
-____?- Irrumpió en mis pensamientos mientras me miraba con confusión en sus ojos mieles.
-E…sí, yo….en realidad…em….-Pensé en alguna respuesta ingeniosa.
-Y bien?- Alzó una ceja esperando mi respuesta.
-Por qué quieres saber?- Lo miré expectante.
-Simple, porque siempre he querido saber una opinión general de las chicas sobre mí, y tú eres lo más cercano a una.-Rió por lo bajo.
-Qué quieres decir con la más cercano a una?- Lo miré con indignación.
-Quiero decir que tú no eres TOTALMENTE una chica….-Fruncí el seño, esto solo me confundía más.
-Me estás llamando hombre?- Me senté en el colchón cruzando mis brazos sobre mi pecho abandonando mi antigua posición. Él hizo lo mismo.
-No- Carcajeó.-Quiero decir que tú no eres hueca como las otras chicas con las que he salido, tú eres….diferente.-Me miró como si me estuviera atravesando con la mirada.- Contigo es como si estuviera hablando con un chico en el cuerpo de una chica, ya que eres más inteligente que cualquier otra plástica de las que conozco, contigo es más fácil hablar.
-Claro…-Asentí.
-Y ahora, ¿me puedes decir algo que te guste de mí?- Me miró interesado.
-E….-Pensé que había logrado con éxito distraerlo, pero me equivoqué….-Em….bueno….- Él se acostó en la cama mirando el techo con sus brazos entrelazados tras su cabeza.
-Sabes, no contestes si no quieres, supongo que no tengo nada bueno…-Me partió el alma escucharlo, y la verdad es que ahora que lo pienso hay muchas cosas que me gustan de él, solo que detesto admitirlo.
Se dio la vuelta sobre el colchón dándome la espalda. Por alguna extraña razón, me sentí mal, así que dejé mi orgullo a un lado.
-Me gusta tu sonrisa….- Dije tímida jugando con mis manos nerviosamente.
Se dio la vuelta sobre su espalda y apoyó su cabeza sobre su mano para mirarme mejor.-Gracias, ya sé que soy hermoso….-Alardeó ese imbécil narcisista. Rodé mis ojos.
-Maldito narciso…-Murmuré enojada y me crucé de brazos.
-Baby, descuida, tú no te quedas atrás, tu sonrisa es brillante.-Se sentó.- Y ¿quieres saber porqué te besé hoy aunque no te estuviera tratando de hacer olvidar a Matt?
-Sí, dime.- Contesté segura prestando atención a lo que él diría.
-Pues porque tus labios son deliciosos…-Susurró en mi oído- Besándote me haces olvidar de todo lo que me rodea, suena extraño, pero es así.-Me ruboricé por completo y bajé mi cabeza para que él no lo notara, él enseguida me tomó del mentón y me hizo verlo.-Trata de negar que tú sientes lo mismo que yo al unir nuestros labios, vamos, trata de negarlo pero mirándome directamente a los ojos.
Obviamente sentía lo mismo que él, pero no le daría el gusto de admitirlo.
-N-n-no…?- Sonó más como pregunta a que a una respuesta.
Me miró directamente, penetrándome con esa mirada color caramelo que enloquecería a cualquier chica. Posó su mano en mi mejilla y la acarició haciéndome estremecer, la arrastró a mi nuca, y sin previo aviso, unió nuestros labios. Colocó su mano libre en mi espalda y me pegó a él.
Nuestros labios se movían al mismo ritmo, y me sentía totalmente extasiada, con euforia en mi ser. ¿Por qué no detenía el beso? Bueno, esa es una pregunta que ni yo misma la sé responder. Sentí ondas de placer en todo mi sistema nervioso. Nadie más me había besado de la manera en la que Justin la hace, ni Matt o Greg, o algún otro novio que haya tenido.
Nuestras lenguas jugaban, al igual que nuestras bocas. Enganchó su labio superior con el inferior mío para luego romper el beso y separarse de mí.
