Tentar a la inocencia. [EUNHAE]

Prólogo

  "No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas. "                                                                                                                                                                                                                                                                        

Un día esta transcurriendo en este frío invierno en las afueras de Seúl, en un pueblo costero, un día normal para cualquier otra persona, pero no para una mujer que se encuentra dando a luz sola en una habitación de un hospital.

¿Por qué está sola?

 Es la pregunta, fácil de responder pero no de entender por ahora...

TIEMPO ATRÁS

Todo sucedió hace un año aproximadamente, un viernes por la noche, y ella salía de su trabajo para irse para su casa.

Si tan solo hubiera tardado unos minutos más en el trabajo, o si tan solo hubiera ido a pasar la noche con uno de sus amigos, o si el transporte en el que acostumbraba viajar se hubiera demorado un poco más en llegar... 

No hubiera pasado lo que pasó.

En la esquina de su casa se encontraba un grupo de hombres, que al verla bajarse del colectivo  la empezaron a seguir... 

¿Razón?

 Violarla, robarle, y matarla ... ¿Quién sabe con seguridad? 

En esos días el país estaba siendo afectada por múltiples femicidios.

Intentó cruzar para la calle del frente, pero los otros fueron más rápido y la interceptaron.

—Hola dulzura que hace una chica sola por la noche.

—Amor quieres hacernos compañía.

—Te vas a divertir mucho — dijo el más alto tocándose la entrepierna.

Fueron algunas de las cosas que dijeron esos 3 sujetos que claramente se encontraban drogados pero aún así no significaba una ventaja para la mujer.

A cualquier otra persona en esa situación hubiera sido de terror, un trauma, pero para ella no ya que estaba acostumbrada a tratar con personas así, la gran diferencia era que le pagaban. 

Ella era prostituta.

Sin decir nada se quedo quieta a la merced de los 3 sujetos, aceptando su destino

 ¿Qué otra cosa podía hacer? ¿Pedir ayuda? 

A nadie le importa los problemas ajenos.

La llevaron a la esquina, y se empezaron a bajar los pantalones. La chica solo cierra los ojos para evitar ver esos miembros llenos de pelo mezclada con lo que creía que era líquido preseminal. El asco hizo que quiera vomitar el pan con queso que había comido al mediodía. 

Sintió como fue volteada y presionada contra una pared. Cerró los ojos cuando sintió unas manos callosas desabotonar sus pantalones. Las frías manos de uno de sus atacantes le empezó a sobar el abdomen, cosa que le hizo remarcar que no era sólo una persona los que estaban allí a punto de violarla. 

Tenía las manos contra la pared y los ojos cerrados esperando el acto cuando sintió a su cuerpo libre de la presión que tenía segundos atrás.

Dio una larga respiración, la cual necesitaba ya que sin darse cuenta había dejado de respirar antes. 

—¿Quién eres? preguntó la chica todavía en estado de shock por lo que le estaba sucediendo. Alguien la había defendido, no podía creerlo.