Capítulo 13 "Visitante"

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¡Hola a todos! :D Aquí el esperado capítulo catorce. Estuve algo distraída con mi otra novela, El Beso de la Reina Nocturna, que está en un punto importantísimo de la trama, pero no quiere decir, jamás ni nunca que tenga olvidado a mi otro bebé. 

Espero disfruten el capítulo y si les gusta me regalen una estrellita ;) Saben que adoro sus comentarios y responder a sus dudas así que les espero en la cajita de comentarios. ¡Eternamente Tuya ya ha llegado a 24K! ¡Muchísimas gracias adorados lectores! 

Un millón de besos y sin más les dejo el capítulo.

Besos, 

Elle.

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Megan se despertó enredada en las sábanas. La cama estaba fría, lo cual evidenciaba que él la había dejado hace algún tiempo. Durante un momento no hizo ademán de levantarse. Su cuerpo estaba dolorido... pero era una sensación placentera y laxa que la embargaba como a toda mujer que había tenido una noche así.

Los recuerdos la asaltaron y sintió como sus mejillas ardían furiosamente. Escondió su rostro entre las almohadas, abrazándolas contra sí.

Rara vez mostraba algún recato delante de él, demasiado urgida por tener todo lo que pudiese antes del fatídico e inevitable momento en que debiera dejar este mundo... así que tenía que aprovechar los escasos momentos de intimidad para mostrar sus inseguridades al menos a sí misma. Después de todo había sido una virgen de casi tres décadas y pese a que su Madre la había criado de una manera completamente liberal, al caer ella enferma no tuvo tiempo, ni le interesó conseguirlo, para un remedo de relación que jamás le llegaría ni a la punta del tacón de lo que tenía ahora.

Se había resguardado a consciencia, sabiendo que eso incrementaría el valor de su ser... había pasado toda su vida manteniendo este cuerpo y su alma tan impoluta y sin mácula que, ligado a las no tan coincidenciales circunstancias de su nacimiento, la hacían un contenedor deseado y adecuado.

Pero en realidad era una muñeca introvertida que prefería esconderse tras una cortina con un libro... bueno... al menos parte de ella era así. A veces Megan no se entendía a sí misma. Lo único que ahora la mantenía sobre la línea que había trazado era el agradable cosquilleo de su cuerpo saciado.

Si había pensado que su noche de bodas había sido increíble... esto rebasaba el nivel con creces. También había notado algo diferente en él... aunque quizás sólo fuese un eco de las emociones tan terriblemente conflictivas que bullían en su interior.

Emociones que a duras penas podía controlar...

Emociones peligrosas.

Se sentó en la cama sacudiendo su cabeza de un lado a otro para despejarse, las sábanas se deslizaron por su piel haciéndose una bola en su regazo. Se desperezó como un gato y se levantó. Caminó, desnuda, hasta el baño de la recámara principal que casi no solía usar porque ella prefería un largo baño de agua caliente antes que una ducha rápida. Pero en esta ocasión optó por lo segundo. Quizás era preferible evitar la bañera por ahora... quedarse dormida en ella no podría traerle nada bueno.

Al finalizar miró la maraña monstruosa que estaba hecha su cabello, hizo una mueca y casi con miedo tomó el peine. Pero como esperaba estaba hecho un nudo y casi ni entraba en la melena abundante.

Maldita sea.

Abrió el cajón de la mesita del lavabo y sacó un par de tijeras. Con una sonrisa malévola de satisfacción se deshizo de la larga cabellera supremamente fastidiosa.

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