Capítulo 41 "Madre"

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¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! :D 

Aquí Elle xD Trayéndoles el penúltimo capítulo de ET ¡Por fin!

Este capítulo ha sido un proceso en muchas maneras, traté de publicarlo un par de semanas atrás pero Wattpad no me colaboró... así que decidí añadir una escena extra y corregir otras para mejorar ciertas partes que creo, sinceramente, las dejarán satisfechas.

No tengo mucho más que decir aquí, salvo darles las gracias por su paciencia y todo el apoyo que me han brindado a lo largo de la travesía que ha sido Eternamente Tuya. Encontrarán información sobre el capítulo final y lo que vendrá después, en mi comentario de cierre. 

Espero que lo disfruten y me dejen conocer sus opiniones, que son las que me levantan cuando siento que no voy a dar! 

Gracias por su fe en mi.

¡Con ustedes... el penúltimo Cap!

Veldrovia, la capital del desenfreno del Infierno parecía un cementerio

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Veldrovia, la capital del desenfreno del Infierno parecía un cementerio. No sólo porque sus calles se hallaban rodeadas por el miasma oscuro, cortesía de Conquista. Si no porque faltaba el alma de ésta.

Su Reina.

Las ojeras en el normalmente imperturbable rostro de Letizie Mex eran una muestra clara de dos cosas. Uno, Veldrovia era un Caos que hasta a la mortalmente eficiente y terriblemente correcta mujer le costaba manejar, y dos, su madre no estaba en el país.

—Él la tiene, Alteza. —Fue todo lo que dijo la Demonio con una exhausta reverencia.

Val asintió, mirando a los sirvientes prácticamente temblando en sus puestos. Los mismos que normalmente mantenían una actitud afable y desenfadada, algo terriblemente refrescante en un mundo donde el protocolo era una jodida molestia de la que nunca podías escapar.

Durante mucho tiempo creyó que se debía a la naturaleza de los Demonios de Lujuria. Íncubos y Súcubos, como a éstos les gustaba ser llamados, tenían temperamentos alegres e irreverentes, cosa que ni sus propios sirvientes, mestizos en su mayoría, podrían emular.

Pero acababa de descubrir que se había equivocado. La naturaleza de estos Demonios no tenía nada que ver.

Era su Reina.

Su madre, era la que los animaba a ello. Era ella la que les transmitía la confianza de actuar de esa forma y el corazón de Veldrovia.

Y, por supuesto, tampoco ayudaba que en la actualidad, fuera tan "aterradoramente intimidante" como su bruja le había señalado burlonamente esa mañana antes de despedirle para que ella pudiera atender sus asuntos pendientes.

—Retiraré el miasma en algunos minutos, los aposentos de mi madre deben ser preparados para ella y mantenidos en la mejor de las condiciones. Que sus doncellas estén prestas para atenderle.

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