¡Holaaaaaaaaaaaaa! :D
¿Me extrañaron? ¡Porque yo a ustedes sí!
Luego de DÍAS luchando con esta puerca aplicación, luego de que me borrara el formato, dejara de reconocer guiones, espacios y me dejara el trabajo tan masacrado que casi no parecía lo que yo había escrito... y que no me dejara subir mi trabajo...
FINALMENTE pude publicar.
Elle está agotada... este capítulo fue bastante complicado, aparte de por el contenido, por el hecho de que tuve que REEEE-HACERLO casi 4 veces por culpa de Wattpad. Así que espero que lo disfruten y me dejen un montón de comentarios y amor...
Cada vez se acerca más el final...
¡Sin más...!
¡El Capítulo!
Los hombres tenían su utilidad de vez en cuando.
Belial mejoró el escudo de llamas purpúreas que la rodeaban, mientras observaba como prácticamente se hacía innecesaria su previsión.
Bael y Samael, uno por cada lado, estaban dando buena cuenta de los enemigos que minaban el terreno, no permitiendo que ninguno tuviese la osadía de acercarse a ella.
Ambos eran un delicioso espectáculo para mirar. Sí, podía amar al bastardo estúpido e insensible de Codicia, al que ahora podía añadirle la etiqueta de mentiroso. Pero Lujuria estaba muy lejos de estar ciega y difícilmente lo estaría algún día.
Cualquiera que tuviera en su codicioso haber el deseo de ganar una pizca remota de su afecto tenía que tener eso claro.
Y como una genuina apreciación artística, era una tarea hercúlea no babear ante el despliegue de primitiva brutalidad que ellos dos, contrastantes como el día y la noche, esgrimían en el campo de batalla.
Ella jamás se había visto en ese terreno, la experiencia más cercana que tuvo fue en Roma, cuando había disfrutado de los combates de gladiadores desde su impoluto palco de noble.
Y no ayudaba a su causa, en absoluto, que supiera de primera mano que ambos hombres tenían sexo de la misma forma en como peleaban.
Samael era un luchador pícaro, disfrutaba ampliamente de la contienda mientras decapitaba en cortes limpios a esos Nephilims, jugaba con sus presas, pero no hasta el punto de permitirse un error. Tenía su objetivo muy claro. Estaba relajado, pero alerta, podía casi palpar su concentración.
Bael, en cambio, parecía un auténtico depredador en su coto de caza. Feroz, letal. Cada uno de sus movimientos estaba calculado para causar el mayor daño posible. No parecía tenso, pero el control férreo de la situación que tenía, podía causar esa impresión. Era rápido, pero cada movimiento de su espada tenía una fuerza abrumadora y la expresión asesina de sus ojos era una delicia.
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Eternamente Tuya
ParanormalUna bruja sabe que cuando su vida está en riesgo sólo hay un sitio al que puede ir. A la tierra de su aquelarre... donde la energía oscura fluye y sus sentidos se nutren. Pero aún con todo el poder de su tierra, la magia no es suficiente para...