Capítulo 20 "Voluntad"

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Saludos queridos lectores! :D ¡Aquí Elle! 

Les traigo el muy especial y altamente erótico capítulo 20. Sinceramente me costó un poquitín hacer este capítulo, pero espero lo disfruten y me dejen su opinión sobre el mismo en la cajita de comentarios *w* 

Aprovecho el momento para hacer una aclaratoria necesaria.

IMPORTANTE

Cuando escribo los nombres de los demonios (Principalmente los padres de Val, quienes son los únicos antiguos que han salido lo suficiente para que se note) uso diferentes formas de sus nombres para llamarlos. 

Madre de Val y Reina del Sur Infernal (Lujuria): Beliel, Belial, Bedrial, Lillith, Lule (Todos estos nombres representan a la misma entidad. Representan a la misma mujer. Así que todos son correctos).

Padre de Val y Rey del Este Infernal (Codicia): Baal, Bael, Vhaal, Vael. (Igual que en el caso anterior. Todos son correctos y representan al mismo hombre. )

Son diferentes escrituras de diferentes civilizaciones y momentos de la historia y los personajes lo usan como les apetece. Pero todos, todos, son el mismo. De todas maneras, trato de limitarme a usar los dos primeros de cada uso. Sin embargo, en el caso de Belial, aclaro que el nombre de Val (Val-Drial), vino de la terminación del nombre de Bedrial, nombre que su madre usaba en ese momento y del principio de Vael, nombre que su padre usaba en ése momento, pero que cambió el mismo año por una grafía diferente "Bael".

Aclarado este punto, les dejo con el capítulo :D

Recuerden votar y comentar ;)

Mil besos, 

Elle

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Megan despertó envuelta en el familiar, intenso y especiado aroma masculino. Sus cuerpos estaban enredados uno con el otro en una amalgama deliciosa que envió un escalofrío de placer por su espina.

Podía sentir su respiración acompasada sobre la piel de su hombro y sus dedos enredados en las largas hebras de cabello caoba rojizo.

Apenas y habían dormido la tarde y noche anterior. Val se había dedicado a hacerle el amor una vez tras otra hasta que ambos acabaron derrumbados y exhaustos... pero plenamente satisfechos.

Se dio la vuelta con cuidado de no despertarlo y lo observó dormir. La luz de la mañana se filtraba por la cortina y los rayos del sol sobre el largo cabello dorado de Val lo hacían parecer casi de oro... miró su rostro dormido. Jamás había tenido la oportunidad de verlo con tanto detalle de esta manera antes, pues él siempre despertaba primero.

Está tranquilo.

Eso era algo interesante. Trazó, rozando apenas con sus uñas, el contorno de su rostro. Las líneas masculinas de su cara, el borde de su mentón. Su rostro era digno de una estatua antigua o de una pintura de la época del romanticismo. Pero en sus ojos siempre podía ver el peso del mundo... no de forma literal. Sus labios pecadores siempre solían estar curvados en una semi sonrisa cínica o maliciosa.

Pero ahora mismo estaba relajado... y era algo más especial.

Meg respiró profundo sintiendo un dolor en el pecho que no tenía nada que ver con su enfermedad...

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora