Capítulo 23 "Regalo"

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¡Hola gente bonita!

Les dije que este Cap no se demoraría tanto tiempo ;) 

Espero lo disfruten y me den mucho amor pues me esforcé mucho para tenerlo a tiempo jejeje :D 

¡Tenemos personaje nuevo! 7u7 jojojo

Cabe destacar, que dejaré algunas notitas más con respecto a ese personaje... y a la misteriosa mujer que también hará su aparición ;) 

Sin más... ¡El Cap!

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Caliel el Caído, o más bien, el Dr. Cal Avelys, como actualmente se le conocía, había visto mucha mierda en sus casi dos mil años de vida.

Tanto en el Cielo, como en el Abismo, la Tierra y la maldita sala de emergencia.

Como le había dicho a Taen, ese hijo de puta divertido con quién solía ir de juerga los días en los que no tenía guardia en el hospital, pocas cosas podían ponerlo realmente de malas...

Salvo las brujas.

¿Y qué le tenía el creador preparado para ese día?

Mucha mierda.

Tenía casi veinte horas sin dormir y estaba a punto de soltar su turno cuando "fue sutilmente informado" de que había una mujer herida y altamente alcoholizada que había sido traída a la emergencia por la policía porque había intentado cortarse la maldita mano para sacarse las esposas.

¿Y por qué eso era su maldito problema?

Porque la muy perra había ido lanzando maldiciones a diestra y siniestra... maldiciones que se cumplirían.

Sintiendo un dolor de cabeza de dimensiones cósmicas palpitar en su sien se dirigió al cubículo aislado de emergencias para atender a la bruja.

Risawlie de Roe, como ella decía llamarse, se colgó se su cuello en cuanto cerró la puerta del cubículo tras de sí.

-¡Cariño! ¡Te extrañé! ¿Me extrañaste? ¡Tenía tiempo sin verte sobrenatural Dr. Ardiente! -Chilló la bellísima y maniática bruja que apestaba a tequila.

-Risa... -Advirtió en un tono mortífero desembarazándose de su abrazo. Normalmente no le importaba envolverse con cualquier ardiente hembra de las esferas sobrenaturales. ¿Su amante favorita? La fantástica Caída, Arelle. Pero ahora estaba detrás de una muy difícil y jodidamente inalcanzable demonio del Abismo, Rekasha. Ésta le tenía francamente encandilado, pues le había salvado la vida, al interceder cuando hizo una realmente inadecuada elección de chica para coquetear. Sin embargo, ella le había parado los pies de plano, diciéndole que nada era gratis en esta vida y que en el futuro se cobraría "el favor" y él no podría ni rechistar.

Probablemente Caliel tuviera más suerte de ordenarle a una piedra cruzar el pacífico y que ésta le obedeciera, que de que la ardiente Demonio morena le diera la hora. Así de mierda era su suerte.

Pero jamás miraría dos veces a una bruja por muy bien hecha que estuviera la preciosidad, pensó examinando a Risa con ojo crítico. Era una pieza fina... pero una lástima, las brujas le causaban escalofríos.

Hacía trecientos años, mientras aún era un Ángel, tuvo que ver los restos de la carnicería que una bruja había hecho...

Cassia de Kavanagh...

Caliel aun temblaba por el recuerdo de ese horror.

-¿Se puede saber qué te poseyó para hacer algo semejante? -Gruñó levantando su muñeca cubierta por un trapo completamente empapado en sangre. -Aún eres una mortal, idiota... ¿O es que la magia se te ha subido a la cabeza?

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora