Capítulo 11 "Ira"

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¡Saludos queridos lectores! :D Les traigo la tan esperada actualización. Oficialmente el capítulo más largo que he escrito alguna vez... jajaja. 

Les recuerdo que cuando vean un (*) en alguna parte del texto es indicativo para una nota al final del capítulo. 

Además este capítulo tiene multimedias muy especiales... pero como son muchas no podré ponerlas en la plataforma de wattpad. Al final del capítulo les explicaré como podrán verlas.

Sin más, 

Elle Blake. 

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No supo en qué momento se había quedado dormida. Era algo que ocurría con frecuencia debido a su condición y era una bendición bien recibida cuando aliviaba la agonía que acompañaba a su particular dolencia.

Cuando despertó observó el techo con flores pintadas de la habitación de su Madre que había estado usando como recámara principal desde su matrimonio. Un instante después sintió su presencia, estaba junto a ella, en la cama. Observaba un portarretrato con una mirada de intensa concentración. La luz de la luna se filtraba por la ventana, dándole un aspecto casi etéreo a su cabello dorado, así como una luz espectral a sus ojos rojos que lo marcaban como un ser del Infierno.

Dejó que sus ojos derraparan por la curvatura de su mandíbula, su cuello, su pecho, el medallón que siempre llevaba y también el sello que lo unía a ella.

Mío. -No pudo evitar pensar con una mezcla de arrobo y posesividad.

En ese momento la mirada de él atrapó la suya, electrificando el aire de la habitación y robándole el aliento durante un minuto.

Val giró la fotografía y le mostró lo que estaba viendo. Era el recuerdo de su octavo cumpleaños. Megan y su Madre aparecían en la fotografía sonriendo abrazadas la una a la otra. Recordó el día con claridad. Ada había decidido pasar ese día con la rama paterna de su familia y ellas dos terminaron haciendo una pequeña celebración por su cuenta. Trataron de hacer el pastel lo mejor que pudieron y se divirtieron muchísimo. Su Madre era un desastre en la cocina. Parecía que todas sus habilidades con la magia entorpecían sus habilidades domésticas en niveles chocantes. Así que básicamente se pasó la infancia y buena parte de su adolescencia en medio de Demonios Domésticos -Como su Madre les llamaba-, así como su Pari, que hacían las labores del hogar y pequeños recados varios. Se la pasaban correteando libres por la propiedad y Megan siempre se sintió cómoda en su presencia.

Ése día su Madre y ella habían trabajado en el pastel sin ayuda de los Demonios Domésticos, se esforzaron mucho durante horas y finalmente el pastel, pese a verse bastante bonito, terminó por ser una masa insípida y bastante seca. Sin embargo, había sido el pastel más delicioso que había comido en su vida. Los recuerdos eran lo suficientemente dulces por sí solos... Conforme fue creciendo sus habilidades domésticas superaron de lejos a las de su Madre y terminó haciendo sus propios pasteles de cumpleaños que su progenitora decoraba con Magia. Algunos llegaban a ser obras de arte tan adorables que daba pena comérselos.

Hasta sus amargos dieciséis...

Meg sonrió para apartar el recuerdo y estiró sus manos hacía él. Val no dijo nada, simplemente la tomó entre sus brazos acomodándola en su regazo y dejando que apoyara su espalda y su cabeza sobre su pecho. Se dio cuenta que llevaba puesta la bata de baño de su Madre y nada más. Lo cual se traducía en que probablemente él la había encontrado en la bañera. Tenía que poner mucha más atención... su pequeño problema se estaba tornando peligroso.

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora