18. Frustración

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Canción del capítulo: Sabrina Carpenter - Don't Want It Back

Capítulo 18

Frustración

— ¿Omi?—escuché un clic proveniente de la lámpara que estaba en la mesa de noche—Oye, ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?—me acercó a su cuerpo abrazándome con su brazo rodeando mi cintura. Tenía los ojos cerrados y no tenía ni idea de porque lloraba—Fue una pesadilla, tranquila—susurró en mi oído depositando un beso en mi mejilla.

Duré un largo rato en esa posición con él intentando calmarme. El sueño tardó en regresar pero el llanto cesó dejándome un leve dolor de cabeza. Mis párpados pesaban cuando intentaba abrirlos, sabía que seguía oscuro, escuchaba algunos animales nocturnos.

Hace una semana que conocí a los padres de Lionel. Mayra se había ofrecido a cualquier cosa que necesitara, claro, su hermano ni sus padres habían escuchado eso. Prometió visitarme luego, quizás Dilara también vendría. Por las noches era una tortura para mí, no podía dormir una noche completa, tenía demasiadas preocupaciones encima. Intentaba respirar profundo y controlarme pero tal vez el embarazo me haga sentir así.

Apreté mis labios sintiendo el llanto aparecer de nuevo, Leo se mantuvo junto a mí siguiendo con sus caricias mientras susurraba en mi oído.

—Shh, tranquila, estoy aquí—negué con la cabeza aferrándome a la almohada— ¿Naomi, qué sucede?

—No lo sé—sollocé hundiendo la mitad de mi rostro en ella. Sentí su mano acariciar mi cabello, me sentía tan vulnerable de esa forma. ¿Qué demonios me pasaba? Era como si no tuviera control de mis emociones—No lo sé—repetí.


Desperté por la mañana más cansada de lo normal, el brazo de Lionel seguía en mi cintura, su respiración lenta chocaba con la piel de mi cuello. Acaricié su muñeca distraídamente, faltan dos semanas para que el mes y el año se terminen. Debo decirle antes de irme. ¿Cuándo volveré a verlo? ¿En las vacaciones de verano o de nuevo en invierno? Suspiré dirigiendo mi vista a la ventana sin ver nada en absoluto.

¿Realmente me iré? ¿Es realmente lo que quiero? ¿Cómo sería ir a la universidad con un vientre abultado? Algunas mujeres siguen adelante para seguir superándose y brindarles lo mejor a sus hijos. ¿Eso haré? ¿Me iré y al regresar Lionel podría conocer al niño o niña?

Me levanté con mucho cuidado de no despertarlo. Fui al baño mirándome al espejo, tenía unos ojos rojos e hinchados por lo de anoche, lavé mi rostro y mis dientes dirigiéndome luego a la cocina. Lucy al percatarse de mi presencia acarició mis piernas maullando. La cargué besando su pequeña cabeza, le serví el desayuno cambiándole el agua luego. Hace dos días que Lauren había venido, si en algo estaba segura era que mi familia no sabría nada del embarazo hasta que estuviera en Chicago.

Sabía que mis padres y Lauren me obligarían a quedarme que era lo que no quería. No quería soportar más tiempo aquí. Alaska comenzaba a ser el peor lugar donde podría estar. Mi hogar no lucía como mi hogar. Bianca se había ido, estaba sola. Completamente sola. Las lágrimas aparecieron, me senté en una de las sillas del comedor ocultando mi rostro entre mis manos sollozando.

No debí haber aceptado el collar, no debí haber ido a la cena familiar, debí haberme ido de viaje con Melanie. Dios, cuando se entere de todo esto no podrá creerlo. Dejé salir el llanto sin esforzarme por contenerlo, ¡A la mierda todo! Necesitaba desahogarme. Tomé el collar quitándolo de mi cuello de un jalón, lo arrojé a una esquina de la cocina, arrojé lo que había sobre el comedor al suelo, había un cuenco con frutas que rodaron por la cerámica. Me levanté haciendo lo mismo con la biblioteca que había cerca, arrojando los libros, uno de ellos golpeó a Lionel que recién se había levantado.

— ¡Oye! ¡Naomi!—se apresuró a mí deteniéndome.

— ¡Suéltame!—forcejeé golpeando su pecho.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estás así?—no era difícil notar lo preocupado y angustiado que estaba.

—Quiero irme, ¡Quiero irme de aquí!—me sostuvo llevándome al sofá donde tomó asiento junto a mí.

— ¿Dónde está el collar?

—No quiero saber nada de ese maldito collar—gruñí alejándome.

— ¿Qué es lo que te sucede? Has estado actuando raro en toda la semana—frunció el ceño acercando su mano pero preferí sentarme en el suelo—Hay algo que no me estás diciendo.

—Cierto, estoy mintiéndote, ¿Por qué no te vas con tu padre que estará contento de saber que discutimos?

—No digas eso, sabes que no lo haría...

— ¡Pues él quiere que lo hagas!—limpié mis mejillas mirándolo molesta.

— ¿Es por eso que estás así? ¿Le creíste lo que dijo?—bufó negando con la cabeza—Mis padres no saben nada de nosotros, Naomi.

—No puedo seguir con esto—abracé mis piernas ocultando mi rostro en mis rodillas—En unas semanas me iré y no volveremos a vernos...

—Claro que sí, te esperaré—acarició mi espalda. Mordí mi labio negando con la cabeza—Estaremos bien. Estudiarás lo que quieres, te veré cuando regreses...

—Estoy embarazada, Lionel—lo interrumpí. Alcé mi rostro para verlo, detuvo su caricia en mi espalda teniendo los ojos bien abiertos—Hace una semana que lo sé.

— ¿Cómo que estás embarazada?—frunció el ceño—Lo habría sabido, hubiera...

—Intenté romper la magia del collar pero no funcionó, Bianca dijo que ahora era más fuerte, que seguía sin enamorarme en realidad—me esforcé por no llorar—Escuchó los latidos del bebé, el collar se lo hizo saber, lo siento, enserio.

— ¿Quién es Bianca?

—Una bruja, la última de su familia—apoyé mis manos en su pierna estando de rodillas en el suelo—La última descendiente de la bruja que creó el collar—se mantuvo en silencio sin poder creer lo que decía—Iba a decírtelo, es sólo que...estaba incrédula con todo. Era imposible que estuviera esperando un bebé.

—Vas a irte al terminar el mes—susurró en un estado de shock— ¿Ibas a irte sin decirme que sería padre?

—No, no—me apresuré a decir—Iba a hacerlo con temor o sin temor, iba a hacerlo, lo prometo.

—Sabía que no era normal eso de desmayarse siempre, has estado muy sentimental desde que regresamos—su rostro era una mezcla de terror, nervios, alegría, preocupación...— ¿Por eso no querías que te tocara?—se inclinó hacia adelante. Me sentí pequeña— ¿Por eso me rechazabas cuando quería pasar la noche contigo?

—Lo siento—susurré sin saber que más decir. Volví a sentirme frustrada regresando a las lágrimas. Lo abracé subiéndome al sofá de nuevo quedando sobre sus piernas mientras sus brazos me acunaban como si fuera un bebé. Apoyé mi mejilla en su pecho cerrando mis ojos— ¿Te irás ahora, cierto?

— ¿Por qué haría eso?—apartó el cabello de mi cuello.

—Porque estás molesto conmigo, porque no te dije nada, porque iba a deshacerme del collar de nuevo, porque fui egoísta al no decírtelo y porque en unos meses tendremos un bebé...

—Omi—me obligó a que lo mirara. Secó las lágrimas de mis mejillas—No estoy molesto contigo. Quizás un poco pero no es momento de lamentarse, ¿De acuerdo?

—Lo siento.

Depositó un beso en mi frente apretándome contra él. Oculté mi rostro en su pecho calmando el llanto.

—Deja de decir eso—acarició mi brazo—Nos ocuparemos de ese bebé. Tranquila, no quiero verte así de nuevo.

Sonreí para mis adentros sintiendo un peso menos sobre los hombros. Le devolví el abrazo quedándome así por un largo rato. Necesitaba algo de paz y serenidad.

Boca de Lobo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora