32. Condenado

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Capítulo 32

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Capítulo 32

Condenado

—Deberíamos llevarla al hospital—insistió la voz de mi abuela. Todo estaba oscuro, mis ojos se encontraban cerrados y mi cuerpo no dejaba de temblar. Parecían pequeñas convulsiones. Las imágenes aparecieron borrosamente en mi cabeza. Un olor masculino llegó a mi nariz. Me aferré a su camisa reconociéndolo.

—Si no mejora tendremos que hacerlo—esa fue Dilara.

— ¿Cómo pudiste dejar que lo enfrentara? ¿Estás loco?—me sorprendió que la abuela estuviera molesta.

—Intenté detenerla pero todos sabemos que Naomi nunca escucha—Leo me aferró más a él. Podía sentir su temperatura como si se tratara de un fuego ardiendo en la chimenea. Mis huesos temblaban, estaba helada, quería mover mis dedos pero éstos dolían también. Como pude conseguí introducir mis manos por debajo de su camisa. Sentí unos delicados labios en mi frente—Tranquila, estarás bien.

—D...D...Die...—no pude lograr hablar sin tartamudear.

—Diego está bien, está durmiendo—frotó mi brazo provocando una mueca de dolor en mi rostro. Necesitaba calor pero cada toque me dolía. No supe en qué momento volví a quedarme dormida.


Desperté encontrándome en mi habitación. El día parecía tranquilo a través de las ventanas, podía notar algunos rayos de sol que me hicieron sonreír un poco. En ese momento, algo se movió junto a mí sin liberar mi cintura. Noté el montón de sábanas que tenía sobre mi cuerpo brindándome calor, los temblores se habían detenido. Por debajo de todo eso sentía mi espalda contra el pecho de Lionel, su respiración lenta chocaba contra mi cuello causándome un cosquilleo agradable.

Acaricié su mano entrelazándola con la mía. Éste suspiró al sentirla.

— ¿Cómo te sientes?—murmuró con voz ronca y adormilada.

—Estoy bien—contesté con poca seguridad. Entre el minuto de silencio, me giré quedando frente a él. Sus ojos azules me miraron unos segundos antes de dar un corto beso a mis labios. Me recosté en su pecho recordando lo sucedido— ¿Podemos hablar?

—Sabía que querías hacerlo—sonrió de lado acariciando mi cabello—Lo que hiciste fue muy estúpido, Naomi—de repente estuvo serio— ¿Sabes lo peligroso que fue todo eso?

—Estabas inconsciente, debía alejarlo de Diego...

— ¿Qué hubieras hecho si Astor no te hubiera seguido?—levantó una de sus cejas—Pudo haber acabado con el niño de un mordisco, de no ser por Dilara no se que hubiera hecho, estaba tan asustado y preocupado...

— ¿Fuiste tú el que lanzó el aullido?—me miró con expresión seria. Estaba molesto— ¿Pediste ayuda de esa forma?—mis ojos fueron a la mesa de noche junto a Lionel. En ella estaba mi collar, por instinto llevé mi mano a mi cuello—No estoy sangrando, no me siento...diferente—volví a mirarlo— ¿Qué hace el collar ahí?

Boca de Lobo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora