Capítulo 16
No seas cobarde
— ¿Naomi? Oye, ¿Puedes escucharme?
Abrí mis ojos encontrándome con Bianca. Seguía en su habitación, noté el suspiro de alivio de su parte. Todo estaba un poco más oscuro, me incorporé con su ayuda sintiéndome algo mareada.
— ¿Qué hora es?
—No creo que sea lo más importante ahora—se sentó junto a mí teniendo su mano en mi espalda— ¿Estás bien? Te desmayaste en segundos y no supe que hacer exactamente...
Recordé vagamente lo que había sucedido. Di un respingo con el celular sonando. El número era el de la casa. Contesté sin poder levantarme aún, todo alrededor seguía moviéndose.
— ¿Diga?
— ¿En dónde estás metida? Te he llamado muchas veces pero no respondías—su voz estaba llena de preocupación— ¿Estás bien?
Bianca se levantó acercándose a su escritorio revisando algunas cosas de su bolso. El collar estaba en mi cuello, supongo que lo había colocado mientras estaba inconsciente, con el celular en mi oreja, dirigí mi mano libre a mi vientre. Fruncí el ceño sin creerlo. Eso era imposible. No podía estar embarazada. No había notado nada extraño.
—Ehh...—recordé que debía responderle al chico del otro lado de la línea—Sí, estoy bien.
— ¿Enserio? No suenas muy convincente—tomé el collar. Debía regresar a casa. Me incorporé tambaleándome un poco— ¿En dónde estás?
—Voy camino a casa, llegaré en unos minutos—colgué guardando el celular en el bolsillo de mi chaqueta. Bianca tenía una pequeña sonrisa en sus labios mientras permanecía de brazos cruzados— ¿Qué se supone que haga ahora?
—Seguir adelante—se encogió de hombros.
—No puedo estar embarazada...
—Naomi—interrumpió—El collar no miente, la magia no miente y yo tampoco—volvió a estar seria—Puedo escuchar los latidos de su corazón. Ya está hecho.
Quizás debimos controlar la lujuria y el deseo de otra forma. Escuché decir a la voz de mi conciencia. Mi cabeza comenzó a doler.
—Se supone que me iré al terminar el año—recordé en voz alta. Bianca se mantenía mirándome con extrema tranquilidad—No puedo irme con un bebé. Comenzaré la universidad...
—Debiste pensarlo antes de dejarte llevar—le restó importancia—No puedo hacer nada. La magia no se irá hasta que realmente te enamores.
—Creí que lo estaba—fruncí el ceño.
—No lo estás—afirmó.
— ¿Y cómo se supone que se siente cuando estás realmente enamorado de esa persona? ¿Debo morir por él? ¿Llorar por él? Sentir todas esas tonterías que sienten las personas enamoradas cuando...—me controlé. Estaba molestándome sin ninguna razón. ¡Maldito collar con sus cursilerías! —Lamento haberte hecho venir para esto.
—No te preocupes, de todas maneras deberías guardar mi número—sonrió un poco—Regresaré a Canadá este fin de semana.
— ¿Qué? No, no puedes irte—me acerqué a ella tomando sus brazos—No puedes dejar esto así, Bianca.
— ¿Disculpa?—se soltó de mí retrocediendo—Fuiste tú la que decidiste perder el control con el pulgoso—bufó alzando sus manos como si quisiera mostrarse indefensa ante todo—Eres tú la que le dará un hijo en meses. Enfrenta tus problemas, Naomi, no seas cobarde.
Aquellas últimas palabras me lastimaron. Era algo parecido a lo que le había reclamado a Lionel. Contuve las lágrimas sin saber qué hacer, me encontraba realmente desesperada en esos momentos. Nunca antes había tenido la sensación de estar perdida y hundida. El nudo en mi garganta fue creciendo mientras caminaba a casa, la noche estaba silenciosa, no había viento pero si mucha nieve.
"Enfrenta tus problemas, Naomi, no seas cobarde"
La voz de Bianca no dejaba de hacer eco en mis pensamientos. Quise quedarme allí sobre la acera y llorar toda la noche pero eso no solucionaría nada. Ella tenía razón, ¿Por qué mentiría sobre un embarazo? Respiré profundo limpiando mis mejillas, Lionel no debía verme así. Las preguntas comenzarían y realmente no estaba lista para confesarle lo que había descubierto.
¿Estaría contento o se enojaría? ¿Cómo eran los lobos con sus hijos? Imaginé un futuro en donde el pequeño o la pequeña que naciera, estaría condenado a transformarse en una criatura sobrenatural, no era tan malo desde mi punto de vista pero si sabía algunas consecuencias de pertenecer a ellos. ¿Qué iba a hacer? Debo tener un plan. Debo pensar en algo pero no en este momento, no, claro que no. Mi cabeza iba a explotar y yo estaba a punto de ceder sobre el asfalto frío.
"Enfrenta tus problemas, Naomi, no seas cobarde"
Cerré la puerta al estar en casa. Dejé salir un suspiro de cansancio, acto seguido apareció Lionel, al verme fue hasta a mí abrazándome. Mis brazos actuaron sin pensarlo correspondiendo el gesto.
—Estoy bien—me esforcé por mentir—Me distraje en el pueblo y la hora pasó volando—sonreí forzadamente.
—Debiste avisarme, estaba preocupado—me sentí algo mal por mentirle—Hay alguien que vino a visitarme—tomó mi mano. Me llevó hasta el comedor en donde una chica de cabello castaño, ojos azules, rasgos finos y un cuerpo parecido al de una modelo esperaba. Sonrió con amabilidad incorporándose, tenía una idea de quién era—Naomi, ella es mi hermana, Mayra.
—Gusto conocerte—extendió su mano sin borrar la sonrisa. La acepté deseando irme a mi habitación para descansar.
— ¿Ocurrió algo? ¿Todo está bien?—los miré sin entender.
—Sólo pensé que podría venir a visitar a mi hermano—se apresuró a decir—Dilara había hablado conmigo sobre lo sucedido.
— ¿Está bien?
—Sí, claro que sí—sonrió con dulzura—Sus padres y los nuestros están un poco tensos, ya sabes.
—Quieren que regrese para aclarar las cosas—miré a Lionel quien habló. Ahora su rostro era un poco más serio—Quieren verte para saber si es cierto.
—No tengo problema con eso.
—No es eso lo que le preocupa, Naomi—susurró Mayra.
—Digamos que los hermanos de Dilara son el problema—señaló algo dudoso—Sobretodo el mayor, Astor.
— ¿Crees que pueda lastimarme?
—No frente a los demás pero no es natural que esté tranquilo—acarició mi mano manteniéndola con la suya—Muchas veces se deja llevar por su lado salvaje.
—Estaré bien, no te preocupes—intenté calmarlo— ¿Cuándo se supone que debemos ir?
—Sería mejor lo más pronto posible—contestó Mayra mirándonos— ¿Podría ser mañana? Así regresarían por la tarde sin perder tiempo.
—Sí, claro.
—Omi—apretó mi mano.
—Estaré bien, estoy segura de lo que hago—sonreí de lado. Me excusé subiendo las escaleras, quería descansar, había sido un día difícil, cerré la puerta al estar en la habitación. Luego hablaría con él sobre el embarazo, en cuanto su familia comprobara que todo era cierto sería el momento adecuado. Debía ser uno en donde todo esté tranquilo para que no haya discusiones de parte de ambos.
"Enfrenta tus problemas, Naomi, no seas cobarde"
ESTÁS LEYENDO
Boca de Lobo (COMPLETA)
LobisomemNaomi Rose tiene 21 años, todos esperan lo mejor de ella pero ni siquiera ella misma sabe que esperar de sí. En la cena familiar de navidad, su abuela le entrega un collar que ha estado en la familia por años. esa misma noche, Naomi conoce a Lionel...