Fiona.. </3

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Mentita me despreciaba y yo de verdad quiero a Gumball y no le haría daño por nada del mundo.
Después de la bofetada que me dio Gumball, reaccione, no importa cómo pero yo haré que esto funcione, sentía que se debilitaba en mis brazos así que lo abrace y lo aproxime más a mi cuerpo.
-!No, no, no! Lo siento perdóname.-dije abrazándolo.-estaba asustado.
-Eres un tonto.-susurro en mi oído.-pero así te quiero.
-No se, como sea pero haré que esto funcione.
-Marshall....-dijo besándome en el cuello, lo cual me hizo estremecer.
Nos separamos para mirarnos al rostro, él tenía los ojos llenos de lágrimas, acaricie su rostro haciendo que sus lágrimas cayeran, limpie sus lágrimas y sonrió levemente.
-Perdón por la bofetada...-dijo Gumball avergonzado mirando al suelo.
-Esta bien me hizo reaccionar, pero necesitaré un beso para curarlo.-dije levantando su barbilla, y me besó la mejilla.
Impacientemente me beso y yo continué su beso con ternura.
Cuando llegó Fionna que nos miraba incrédula.

-¡Fi-Fionna!-exclamamos ambos al unísono.
Fionna se acercó a Gumball con furia en su mirada lo empujó lejos de mi y este cayó al suelo.
-¿Que te pasa?-dijo Gumball sentándose con una expresión de dolor en el rostro.
-¿P-Por que hiciste eso?-dije algo enojado mientras caminaba hacia dónde estaba Gumball y lo ayudaba a levantarse.
-¿Por que besabas a Marshall? ¡Basta de su jueguito!-exclamó enojada y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Después de ayudar a levantar a Gumball este miro al suelo con tristeza en el rostro "Fionna está enamorada de ti" recordé que eso es lo que me había dicho, pero que podía hacer, yo no podía aceptar esos sentimientos ella es solo una amiga para mí.
-Esto es un chiste ¡Ya fue suficiente con la bromita!
-Fionna, cálmate...esto..esto no es una broma.-dije algo nervioso.
-¡Por favor deja de bromear!
-De verdad no es una broma.-dijo Gumball en voz baja.
Fionna abrió los ojos como platos miraba a Gumball y luego volvía su mirada hacia mí con incredulidad.
-Pero Marshall, yo...-hizo una pausa y tragó saliva.-¡Estoy enamorada de ti!
-Lo lamento.-susurre con pesar.-pero yo...no puedo aceptar tus sentimientos.
-¿Por que no?-dijo al borde de las lagrimas.
Busque la mano de Gumball la tome entrelace nuestros dedos y las levante.
-Por que amo a Gumball.-dije cerrando los ojos con miedo.
-Pero es un chico ¡Tu antes salías con chicas!
Gumball miro al suelo enojado, creo que estaba celoso.
-Que más da si es un chico yo así lo quiero.-dije desvergonzado.
La tristeza en los ojos de Fionna fue sustituida por ira, rencor y celos. Con un gruñido corrió hacia nosotros, me empujó haciendo que chocara con la pared mientras tumbaba a Gumball al suelo y golpeaba su rostro y este inútilmente trataba de defenderse.
-¡Basta!-dije mostrando mis colmillos y los ojos demoniacos con ira.
Empuje a Fionna lejos y me puse sobre Gumball en una posición protectora.
-No lo toques,-dije mientras ayudaba a sentarse a Gumball.
-Tu única amiga la has perdido para siempre Marshall Lee.-dijo llorando de ira.- Vete al infierno.
Salió del castillo.
-Lo siento Marshall.-susurró Gumball, su rostro tenía marcas rojas que posiblemente se convertirían en moretones, su nariz sangraba y lagrimas salían de sus ojos sin parar.
-Tu no tienes la culpa de nada, perdóname a mi.-dije mientras lo abrazaba.
Este abrazo mi cintura con sus piernas, se agarro firmemente de mi cuello y escondió su rostro en mi hombro, me levante y camine hacia su habitación con el abrazándome .
Al llegar este dejo de abrazar mi cintura bajo y se sentó en la cama viendo al suelo con los ojos llenos de lágrimas.
Me agaché y saque el botiquín debajo de su cama lo puse en la cama y mire su rostro mientras seguía agachado, tome su mano y la bese, después su rostro y bese esas zonas rojas que estaban empezando a verse como moretones, mientras besaba su rostro lágrimas caían de sus ojos entonces bese sus ojos, y sus lágrimas eran dulces pero un dulce amargo.
Tome una toalla de papel y limpie la sangre de su nariz, coloque un tapón para que no sangrara más, mientras aplicaba pomada sobre las heridas y ponía gasas sobre estas.
-Perdiste a Fionna por mi culpa.
-No fue culpa de nadie.-dije sonriendo.
-Te quiero.-susurró.
-Yo aún más.-respondí besando sus labios, luego se separó de mi algo molesto.

«Gumball»

Mientras lo besaba recordé lo que había fichó Fionna de haber salido con varias chicas, me sentí frustrado, enojado sobre eso, estaba algo celoso.
-¿Hice algo?-dijo desconcertado.
-No...-dije .
-Vamos Gum no soy adivino.-dijo tratando de besarme pero lo rechace,- oye.
-¿Varias chicas?
-No pensé que fueras celoso.-dijo besando mi mejilla, y solté un pequeño quejido de dolor.
-Cállate...
-Sobre las chicas, nada fue serio, eres mi primer amor....-dijo Marshall.
Al escuchar eso me sonroje, el seguía agachado recargando su cabeza en una de mi piernas, me agaché y lo bese.
-Te golpearon por mi culpa, no puedo creerlo, ¿Te duele?-dijo triste.
-No mucho.-dije tocando uno de los golpes.
Trato de besarme de nuevo, gire la cabeza rechazando.
-¿Pasa algo?-dijo molesto.
-Tienes que irte.
-¿Ahora que tengo razones para quedarme quieres que me vaya? Antes me lo pedías.
-Tengo mis razones.
-Menciona 2.-dijo Marshall.
-1) Mentita nos está vigilando estoy bastante seguro de ello y 2) no sé si me controle.
-No te controles.-dijo entrelazando sus dedos con los míos.
Cerramos la puerta y el comenzó a besarme apasionadamente acorralándome contra la pared, tomó mi trasero con ambas manos y las apretó causando en mí un gemido. Me cargo dejándome aprisionado contra la pared mientras yo abrazaba su cintura con mis piernas. Nuestros labios no se separaban, bueno solo para tomar aire, el calor aumentaba y sentía la zona íntima de Marshall contra la mía cada vez más dura. Cuando un rayo de luz deslumbró mi rostro, Mentita estaba parada en la puerta, con los brazos cruzados.
Mi rostro estaba sonrojado, tenía la boca entre abierta y un hilo de baba la esquina de mi labio mientras la miraba sorprendido, Marshall respiraba agitadamente miraba a Mentita sorprendido.
-Joven Marshall, le pediré que vuelva a su hogar.
-Demonios.-susurró.
-Está bien, estoy algo cansado.-aunque creo que el asunto en mis pantalones decía otra cosa.
Deje de abrazar su cintura para posicionarme en el suelo, me beso rápidamente mirando a Mentita con recelo y salió por la ventana sin antes susurrar "te amo". Me giré rápidamente para que ella no notará mi evidente erección.
-No quiero volverlo a ver aquí...y menos haciendo...
-Es mi habitación, puedo hacer lo que quiera en ella, incluso sexo.-la interrumpí.
-Buenas noches Principe.-dijo sería.
No respondí.
Salió y cerró la puerta, trate de relajarme y me recosté en mi cama, suponía que desaparecía en la mañana.
Después de varias horas de girar en la cama y gruñir de dolor me levante para ir al baño de mi habitación. Deje expuesto mi amigo y suspire.
Coloque ambas manos sobre él y comenzar a deslizarlas, sintiendo una pequeña ola de placer, me mordía el labio para no soltar ningún gemido pero era casi inútil. Al principio era lento el movimiento pero después se iba haciendo cada vez más rápido.
-Ah...Nhg.... ¡M-Marshall!-exclamé inconscientemente mientras llegaba al final.
Marshall, no puedo creerlo, me he masturbado pensando en el. Alguien me habrá escuchado? En fin limpie rápidamente y regrese a mi cama más relajado que nunca en mi vida.

«Gumball off»

Al volver a casa, tenía que encargarme de el asunto en mis pantalones, así que rápidamente lo tome entre mis manos y comencé a deslizar mis manos. Mi respiración estaba agitada me estremecía cada vez que entre mis pensamiento aparecía Gumball, tal vez era algo sucio pero era el quien me dejó de esta manera, en ocaciones pronunciaba su nombre entre gemidos, al acabar me quede un rato dormido. Después desperté por la curiosidad si Gumball estaba haciendo lo mismo que yo, así que me levante de la cama y fui hasta el palacio, colándome por la ventana con la llave que él me había dado.
Su cama estaba vacía y la puerta del baño estaba entre abierta.
-Ah...Ngh..-se escuchaba desde adentro.
Escuchar sus gemidos era como música para mis oídos, pero temía que me saliera otra erección.
-Ah... ¡Marshall!- exclamó en un exiquisito gemido lleno de placer apago la luz del baño así que me hice invisible. Solo se recostó ignorando que la ventana estaba abierta.
Al principio me lastimaba verlo de esa manera, golpeado, pero estará mejor lo cuidare yo. Me acerqué lentamente y susurre en su oído "Buenas noches mi príncipe" y me fui .

Gracias por todo y las 2k lecturas :3, es corto pero espero que les guste :3
Voten & comenten :3
-Neko-chan163

&quot;Queriéndote cada día más.&quot; ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora