Me quede afuera con la cara roja abrazando mis rodillas cubriéndome del sol con la sombrilla. Vi a mentita entrar al comedor en busca de algo y al verme a mí tenía la impresión de haberlo encontrado.
-Joven Marshall, ¿Qué hace usted aquí?
-Gumball, me invitó a desayunar.
-Ahora comprendo por qué los dulces ciudadanos no quieren entrar.-dijo haciendo una pausa.- mire no es por ser grosera, pero usted intimida a los demás y creo que debería irse.
Me sentí un poco mal con su comentario pero a la vez sabía que era verdad, saque una nota que había escrito mientras pensaba si irme o no irme y se la di a mentita.
-Si, lo siento, de todos modos creo que ya me iba.-le di la nota.-podría dejársela al príncipe, gracias.
-Por supuesto.
Volví a casa con la sombrilla color rosada al mirarme la dulce gente se escondía y yo solo suspiraba y seguía con mi camino, aveces se me olvidaba la cruda realidad, que yo no pertenezco aquí, que los colores y las risas no van conmigo soy el rey de los vampiros, amo de la noche, soy de lo oscuro y lo maligno.
Volví a casa en aquella cueva que encontraron Fionna y Cake, y me puse a tocar el bajo, mientras tarareaba una canción.
Luego sentí un dolor en el estomago, olvide que no había desayunado, así que saque unas fresas y comencé a succionar su color.
Me recosté sobre la cama y cerré los ojos, y vi a Gumball, me altere un poco al notar que mi corazón se aceleraba y mi cara se ponía caliente.
-¿Qué me está pasando?-dije tocando mi pecho.
No podía dejar de pensar en el....«Gumball»
Mientras rellenaba aquellos panquecitos de mermelada de fresa, pensaba en Marshall, en lo que había pasado. Su rostro estaba sonrojado y su respiración agitada como si estuviera nervioso y su mirada me miró sensualmente aparte de que sus ojos eran bonitos, pestañas largas y su iris color rojo carmesí brillante, su mirada me mató, y al sentir mi corazón comenzar a latir rápidamente me sentí nervioso y me asuste, de aquella nueva sensación.
-Listo acabe.-dije para mí mismo antes de salir.
Pero Marshall ya no estaba ahí, en cambio algunos ciudadanos del dulce reino entraban.
-Señor...-dijo mentita dándome una nota."Gumball,
Lamento tener que irme pero tenía cosas pendientes que hacer en casa, gracias por invitarme a desayunar, será en otra ocasión lo siento.
P.D algún día te regresaré la sombrilla.
-Marshall."
Suspiré decepcionado, me gustaba tenerlo cerca, era cierto lo que le dije, con el no me siento solo. Puse los panquecitos en una caja, camine a la entrada donde me encontré con mentita.
-Señor dijo que desayunaría con sus súbditos.
-Lo sé, pero esto es importante, por favor.
-Es por el joven vampiro.
Mis mejillas enrojecieron al escuchar vampiro se refería a Marshall, aclare mi garganta y me puse firme.
-No, solo tengo que irme.-dije serio.
-Esta bien, pero vuelva pronto.
Salí del palacio y llame a Lord Monochromicorn, para que me recogiera. Al llegar este subí a su lomo y se elevó.
-A casa de Marshall...-dije.
Al llegar ahí me despedí de el y le dije que lo llamaría para ver si me podía llevar de vuelta y continúe mi camino, la cueva estaba húmeda y mis zapatos se llenaron de lodo traía unos tenis rosados que se habían convertido en café , oh no mire mi camiseta y mi pantalón, seguía en pijama, volví sonrojado a buscar a Lord Monochromicorn pero este ya no estaba y nadie me aviso, de verdad que Marshall no deja que me concentré . "Ya ni modo, ya estás aquí." Camine a casa de Marshall con la caja en las manos toque la puerta...«Gumball off»
Escuche que alguien tocaba la puerta, que flojera la puerta estaba muy lejos, de seguro era Fionna o alguien que se perdió. Al asomarme a la ventana ahí estaba, Gumball, me arregle el cabello, espera ¿Por qué ? Solo es Gumball...pero..
-Marshall..-dijo este con una gran sonrisa.
-G-Gumball...¿Qué haces aquí? Y...¿en pijama ?
Su cara se puso roja.
-Ignora mi inapropiada vestimenta, y pues estoy aquí, pues...-se sonrojó.
Mire la caja, olía a panquecitos.
-Bubba...-dije tiernamente
-Como te dije, quería desayunar junto a ti.-dijo sonrojándose aún más.
-Pasa,-dije quitándome del camino.
Él entró penosamente. Y me dio la caja al abrirla eran panquecitos rellenos de mermelada de fresa, la volví a cerrar y la deje sobre el sofá.
-Lo siento si soy una molestia, si quieres me vo...–
Lo interrumpí basta de pedírselo o no, lo abracé fuertemente este lo correspondió y me puse realmente feliz de que estuviera aquí, su simple presencia hacia aquello, creo que tenía una idea de lo que pasaba....
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"Queriéndote cada día más." ❤️
Hayran Kurgu-Un loco como yo necesita un tornillo como tú.-dijo aproximándose. Después de esto, él se sonrojó mirando hacia el suelo, pensando ello, en aquel sentimiento revelado en una pequeña frase. -------- Contiene yaoi! Si no te gusta no la leas :3