Algo esta pasando...

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Mire a Gumball se estaba quedando dormido.
-Vamos Gumball, te estás quedando dormido.
-Solo un rato más Marshall...-dijo con un largo bostezo al final.
Reí al verlo caerse de lo adormilado que estaba. Así que lo cargue y lo lleve por el pasillo hasta su habitación en la entra me encontré a mentita.
-¿Qué hace aquí joven Marshall?
-Solo llevo al príncipe a su habitación,-dije.
La mentita me miró con desdén y seguio con su camino al igual que yo.
Lo puse en su cama y lo observe mientras dormía, se veía tan Pacífico y feliz...lo envidiaba un poco, la mayor parte del tiempo tenía pesadillas sobre "La Guerra de los Champiñones " viejos y perturbadores recuerdos que tengo de cuando era niño.Decidí salir de su habitación pero Gumball comenzó a decir palabras en voz baja que no lograba distinguir, así que me acerqué más para escuchar...
-Marshall quédate...-dijo en un leve susurro.
Mis mejillas enrojecieron, mi pecho latía más rápido y me puse nervioso. No sabía si quedarme por qué era enserio o solo lo decía por qué estaba totalmente rendido.
Iba salir pero me quede con la mano en el picaporte, ese pequeño comentario me había puesto en un dilema mental conmigo mismo.
"¡¿Salgo?!" "Si tienes que salir..." "Pero qué pasa si me quedo."
¿Qué me estaba pasando? Antes de todo esto habría salido sin que me importara pero ahora ¿me importa? Algo ha cambiado y aún lo entiendo.
Me quede con la frente en pegada a la pared golpeándome levemente contra de ella maldiciendo en voz baja.
Mejor salí por la ventana no quería encontrarme a mentita de nuevo.
Camino por el dulce reino en busca de respuestas a mis nuevas sensaciones, jamás había sentido algo así por alguien.
Me adentré en el bosque, caminé alrededor de las casas, en general me puse a dar vueltas por todo el reino....
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"¿Por qué estás volviendo? ¿Acaso eres idiota Marshall Lee?" Me decía a mí mismo cuando regresaba al palacio del dulce reino.
Entre por la ventana de la habitación de Gumball y lo observe este abrazaba su cobija como un niño pequeño.
Traía puesto la camiseta que le había regalado hace tiempo, ¿En realidad la usa? Y ¿Por qué está cambiado? Supongo que la mentita lo vistió para que durmiera cómodo.
"¿En qué te sirve quedarte?" Me preguntaba a mí mismo.
Aun así me recosté sobre un sofá frente a la cama de Gumball, observaba como balbuceaba y suspiraba, con el paso del tiempo me fui quedando dormido.

"La ciudad destruída me rodeaba, ella se había apartado de mi lado, su mente era inestable y me dijo que sería mejor que me alejara, caminaba alrededor solo mirando a todos lados cuidando mi espalda, era yo de niño.
Cierro los ojos y aparezco con mi edad actual, seguía en aquel destruido lugar, vagando, "Marshall" alguien dice mi nombre...al voltear veo a Gumball saludándome, camino hacia el con una enorme sonrisa, el grita, detrás de él había una de esas cosas, aquellas mutaciones que aparecieron por la bomba nuclear y muerde el hombro de Gumball. "!No!" Dije tratando de alcanzarle pero el cada vez más se alejaba de mi."

-¡Ah!-desperté gritando, mi sudor era frío, mi respiración agitada y mi corazón latía rápido.
Sentí la cara mojada, lágrimas salían de mis ojos.
-No puede ser...-dije secándome, pero no paraban de salir.
-¿M-M-Marshall?-escuche la voz de Gumball detrás mío.
-G-Gumball....
-¿Qué haces a–..¿Estás llorando?
-No.-dije tallando mis ojos pero aún no dejaban de salir.
Se levanto traía solo los bóxers se acercó a mí y se sentó.
-Oye...¿Qué pasa?
-Solo un mal sueño...-dije mirando hacia abajo.
Me limpio las lágrimas con su mano y estás cesaron, mis mejillas se pusieron rosas y me daba gusto que él estuviera bien, que fue solo un sueño.
-¿Mejor?-dijo el.
-Creo que si...
Miro abajo y vio que solo estaba en bóxers, se sonrojó y se cubrió rápido.
-¿T-Tu me cambiaste?-dijo avergonzado.
-¡N-No! Creo que fue mentita...la camiseta.
-Oh, sí tú me la diste.-dijo posando sus manos en sus caderas.-es importante, a todo esto ¿Qué haces aquí?
-Bueno, yo....no lo sé... Quería revisar que todo estuviese bien...creo.
-¿Enserio? Según yo te lo iba a pedir pero...creo que me quede dormido.
Lo recuerda, o lo tenía previsto.
-¿Por qué?
-N-No lo sé, solo que aveces me siento solo.-dijo el. -Y cuando estás cerca ya no me siento así...
Me sonroje y mire al suelo, este también.
-C-Como sea ¿Te quedas a desayunar?
-No estaría mal...
Al caminar hacia la cocina las ventanas estaban abiertas así que pare.
-¿El sombrero?-dijo el.
-No.-dije serio.
-Muy bien, lo siento.-dijo riendo.-¿una sombrilla?
Volvimos a su habitación por una sombrilla.
-Es rosada...
-¡Si!-dijo con los ojos brillando.
-Espera no deberías ponerte otra cosa sigues en bóxers.
-Oh, claro.
Caminamos a la cocina pero me dijo que esperara afuera, me dio una manzana, ¿acaso el cocinaría? Después de unos cinco minutos o menos me aburrí y entre a la cocina con el.
-¡Marshall!-exclamó.
-Estoy aburrido, ¿te puedo ayudar?
-Bueno...ayúdame a preparar los panquecitos.
Cerró las ventanas para que no entrará el sol y nos pusimos a trabajar.
Me dijo como amasarlos, caminaba de un lado a otro yo iba por un poco de harina para que la masa no se pegara, me resbalé y caí sobre el, frente a frente.
-Lo siento.-dije avergonzado.
-No, No...importa.-se acercó un poco más a mí, me veía a los ojos.
Yo me acerqué también a él al punto de que nuestras frentes se tocarán y nuestras respiraciones se entrelazarán. Me miraba avergonzado a los ojos, mis mejillas y las de él estaban rosadas, una de mis manos estaban sobre la suya, lamí mi labio inferior, su aliento era dulce.
-M-Marshall, me estás asustando.-dijo nervioso.
-L-lo siento...sabes mejor espero afuera.-tome la sombrilla y salí.
Me levante y lo ayude a levantarse y salí de la cocina con una mano en el pecho y otra en la sombrilla, me senté en el suelo con las rodillas encogidas.
Mi corazón iba como tren, algo estaba pasando....

"Queriéndote cada día más." ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora