-¡No, suéltenme! ¡Puede que Gumball esté ahí adentro!

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El castillo estaba en llamas, mis ojos se llenaron aún más de lágrimas al punto de caer y no poder detenerlas, las guardias banana habían llegado "al rescate" tratando de apagar el fuego. Veía como algunos sacaban a dulces ciudadanos tosiendo el humo, otros desmayados, pero ninguna señal de Gumball...
En lugar de esperar, me llene de valentía y entre al castillo.
-¡No, espera puede ser peligroso!-gritaron las guardias.
Aún así no me importó, al entrar estaba haciendo mucho calor, demasiado, inmediatamente me llene de sudor, volé hasta el segundo piso ya que las escaleras no podían usarse, y tirada en el pasillo encuentro a Mentita.
-¡M-Mentita!-dije  inclinándome junto a ella y cargándola.
-Joven Marshall...-dijo tosiendo.
La tome en mis brazos y fui revisando algunos cuartos, pero cada vez me sentía más agotado al punto de desmayarme, al correr hacia la habitación de Gumball, caí sobre mis rodillas me estaba debilitando. Me levante, con dificultades pero lo hice, al tratar de correr hacia su habitación el techo cayó, haciendo imposible sobre pasarlo, aún así lo iba intentar, hasta que sentí las manos de alguien de tras mío.
Una de las guardias me estaba llevando afuera y ya no me quedaban más fuerzas para luchar, trate de librarme de su agarre.
-¡No, suéltenme! ¡Puede que Gumball esté ahí adentro!
-No hay pasó, el edificio se derrumbara.
Otros dos guardias llegaron y me sacaron, mientras veía como el techo que caí hacia aún más imposible el rescate de Gumball.
Llegamos afuera, comencé a toser el humo con Mentita semi desmayada a mi lado, los paramédicos se aseguraron de que estuviera bien, sacaron un tanque de oxígeno.
-¿podrías cuidarla?-me dijeron.
-Si...
-Me sentía cansado, adolorido, y sobre todo triste, sentí la mano de Mentita en mi brazo, al verla esta saco una bufanda blanca y la puse en mi mano, la bufanda de Gumball.
-Lo siento.-fue lo único que dijo antes de volver a ponerse el oxígeno.
Comencé a llorar en silencio, las lágrimas no paraban, ni pararían, abrace la bufanda, mientras recordaba todos aquellos momentos junto a él, esa noche donde habíamos tenido nuestra primera cita, fue totalmente perfecta.
Mentita que estaba tirada en el suelo a falta de camillas, miraba al cielo, mientras la lagrimas también caían de sus ojos.
Me tire en el suelo con la bufanda sobre mi pecho aún llorando, como no iba a llorar, era lo que más quería en este mundo.
-Perdóneme por juzgarlo de tal manera, yo solo pensaba en la seguridad del el príncipe, y ahora usted se arriesgó para salvarlo a el y a mi...usted es la persona más indicada que pudo haber encontrado Gumball, no importa si es otro chico, si por obligación es el rey de la Nochosfera.
-Lo siento Mentita, se que te duele de igual modo que a mi, yo de verdad lo amaba, y lo amare.
Al cabo de unos minutos me quede dormido , mientras lloraba, mientras recordaba.
[...]
Desperté al sentir el ardiente sol quemándome el brazo, lo cual me hizo recordar aquella vez donde fuimos al reino Grumoso.
Me dirigí a la sombra más cercana y lleve a Mentita conmigo. Mentita desperté y fue a llevar el tanque de oxígeno, dejándome solo con mis pensamientos, mientras veía la luz solar pensaba en dejarme expuesto y consumirme, ¿un mundo sin Gumball valía la pena? El castillo ya estaba apagado,  la habitación de Gumball estaba derrumbada, según escuchaba en los murmullos de la gente, ahí fue donde se comenzó el fuego.
-Joven Marshall...-dijo Mentita a mis espaldas, entregándome una sombrilla.-si quiere puede volver a casa.
-¿Y tu?-dije algo preocupado.
-Encontrare un lugar, tal vez el albergue.
-Ven conmigo, te invito a desayunar.-dije tomándola de la mano.
Sonrío y me siguió de camino íbamos muy callados, nadie hablaba, solo mirábamos al frente, al llegar a casa estaba oscuro como siempre y había dejado  las luces encendidas, pero la puerta estaba semi abierta, supongo que no la cerré por salir corriendo o no lo sé . Entro y se sentó en el comedor, le dije que ahora volvía que me iba a cambiar de ropa.
Al subir a la habitación, me puse un short de mezclilla y cuando me quite la camiseta sentí unas manos en mi espalda.
-¡Ah!-grite.

«Mentita»
Esperaba al Joven Marshall que se había ido a cambiar sus ropas, mientras observaba su casa, la cual para mi sorpresa estaba bastante ordenada, una sombrilla rosa, del príncipe que el tenía.
-¡Ah!..-escuche un grito desde arriba.
Sube las escaleras corriendo en busca del joven Marshall.
Marshall que se encontraba sin camisa lloraba abrazado  de una figura humana algo así como gris. Mientras que ¿esto? También lloraba en sus brazos. El joven Marshall tomo a la persona del rostro pego su frente contra la de la otra figura y al acariciar su mejilla el gris fue sustituido por rosa...era...
-Gumball....-dijo el Joven Marshall en un suspiro, comenzando a besarlo de una forma posesiva y acelerada.
Luego beso su frente, sus mejillas, su nariz, de nuevo sus labios, sus ojos, mientras lo abrazaba con fuerza.
-Tranquilo, estoy bien...-dijo el príncipe con un poco de tos.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a llorar de felicidad.

Se que es un capítulo corto, pero algo triste y a la vez muy emotivo, espero que les agrade! Los quiero! Gracias por leer :,3  x3 voten y comenten ❤️ les juro que llore al escribir esto creo que soy demasiado sensible xD. por cierto se viene la parte intensa ya se imaginaran 7u7 ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Lo publique pronto para no dejarlos con la duda :v

"Queriéndote cada día más." ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora