Clara le acarició el pecho y él se estremeció. Mirándola a los ojos, se
quitó la camisa.Prenda por prenda, ambos se fueron despojando de la ropa hasta estar desnudos en la cama.
Jorge le chupó el cuello y bajó a sus pechos, a sus endurecidos pezones. Entonces puso la palma de su mano sobre la barriguita de ella.
—Nuestro hijo, Clara.
—Nuestro. Tuyo y mío. Serás un buen padre, sé que lo serás.
—Lo haré lo mejor que pueda —dijo él, bajando su mano.
Todo lo que deseaba en aquel momento era darle placer y estuvo acariciándole el centro de su feminidad hasta que Clara se retorció de placer. Entonces la penetró.
—Ahora, Jorge—jadeó ella—. Ahora…
En aquel momento, ambos se vieron invadidos por un océano de placer…
Tras un rato, Clara se quedó dormida en brazos de Jorge. Pero él se apartó de ella ya que sabía que no iba a poder dormir. Se vistió, le dejó una nota y salió fuera del dormitorio. Entonces se dirigió a los viñedos dando un paseo.
No había sido sincero con ella al decirle que sólo había querido a la hermana Pilar. Cuando era pequeño también había querido a su madre, pero ella había destruido aquel amor. Y con sólo ocho años, él había jurado no volver a querer a nadie.
No había dejado que nadie se le acercara demasiado… hasta que llegó Clara, la cual nunca le traicionaría.Se preguntó si la dulzura que sentía cuando la abrazaba, si el hambre que sentía de su cuerpo y su confianza en ella no serían distintos aspectos del amor. Clara era su fe y su destino.
Cuando por fin regresó a la villa, Jorge pensó que había sido necesario que apareciera Clara en su vida para que se enfrentara con las heridas del pasado.
No sabía cómo amar… era un fracaso como persona.
Al llegar al dormitorio vio que ni Clara ni su vestido estaban ya allí.Detrás de la nota que había dejado él, ella había escrito algo.
"Voy a ver el desfile. ¿Nos vemos en la panadería? Tengo muchas ganas de panforte y de ti. Cariño, Clara."
Ella había dibujado un pequeño corazón rodeado de rosas bajo su
nombre.Jorge se metió la nota en el bolsillo.
Decidió ir andando al pueblo ya que sería más fácil que ir en coche. Justo cuando iba a agarrar sus llaves y salir de la villa, Mario salió corriendo de la cocina. Estaba agitando las manos y farfullando en italiano.
—Un accidente, signor, un terrible accidente.
—¿Un accidente? ¿Dónde? ¿Quién?
—En el pueblo, durante el desfile. Un toro se salió del camino y persiguió a algunas personas, corneando a varias de ellas… Oh, signor, signor…
Clara. Ella había ido al pueblo a ver el desfile. A Jorge se le heló la sangre en las venas.
—¿Está Clara en casa? ¿Y Concepción?
—Concepción sí, signor. Pero la joven…
—Voy para allá ahora mismo. Quédate aquí por si no la encuentro y ella regresa a casa. Telefonéame a mi móvil si te enteras de algo.
Entonces se apresuró a salir de la villa. Se montó en su Maserati y se dirigió al pueblo, deseando con todas sus fuerzas que no le hubiese pasado nada ni a ella ni al bebé. No podría soportar que le hubiera ocurrido algo, su vida no tendría sentido sin ella.
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Ardiente Deseo
Fanfiction¿Aquel matrimonio sería alguna vez algo más que pasión y deseo? Después de cuidar de sus hermanos pequeños durante años, Clara Anselmo había conseguido por fin la libertad... y tenía intención de disfrutarla. Por eso cuando el millonario Jorge Corre...