Seres [EDITANDO]

Circe

El regreso a casa era extraño.

Luce tenía una extraña actitud de niño pequeño pero yo sabía que debajo de toda esa fachada relajada estaba el ser más poderoso de todos, y a pesar de que fingía estar bajo mi comando, yo entendía que no duraría mucho tiempo, tenía que estar al pendiente. No sería esa chica a la que sus planes se le vienen encima.

—¡Chicos!

El grito de Selah casi hace que me salga de mis casillas, pero logré disimularlo.

—¿Qué es Selah, que no puede esperar a que lleguemos a casa?

Me miró entre alegre y con reproche.

—Habrá una fiesta de Halloween en la escuela mañana a la noche, ¡podemos llegar justo a tiempo para buscar los disfraces e ir!

Estaba casi segura que el resto de los chicos tenían la misma cara incrédula que yo misma.O eso creía hasta que:

—Sería una gran entrada para los seres oscuros ¿no creen?

Laukaro miraba atento a Selah y Luce, como esperando su aprobación. La transformación de Lau aún me daba escalofríos, después de unas horas sus ojos habían recuperado su tono original, y aunque trataba de buscar la calidez que habían mostrado antes, me era imposible. Ahora eran puro hielo como los de Landrew.

—Creo que sería buena idea -dijo Luce con los ojos cerrados—, después de todo nunca he ido a una fiesta.

Me resigné. Me enderecé de nuevo en mi asiento y vi como Landrew me lanzaba una mirada. Me levanté de mi asiento y camine hacia las cabinas de atrás, necesitaba un respiro. Me senté contra el lavamanos y me masajeé las sienes. De pronto Landrew abrió la puerta y se apretujó en el pequeño espacio para no tocarme.

—¿Cuál es el plan?

Su pregunta era lo último que esperaba que dijera.

—En eso estoy, te enterarás con los otros, ahora sal de aquí que necesito pensar.

Lo vi titubear, pero se dio la vuelta para salir, justo antes de salir me vio por encima de su hombro.

—Sabes que al menos Selah te apoyaría en lo que quieras, si hablaras con ella.

—¿Y tú? 

Hubo unos segundos en los cuales creí que contestaría y me regañé mentalmente por seguir con este juego que ambos habíamos fingido desde el momento en el que nos vimos por primera vez. Pero no respondió.

—Sal de aquí.

***

Aterrizaremos en breve en la ciudad de Labrador, Canadá. Les pedimos a los usuarios que enderecen sus asientos y aseguren sus mesas de servicios.

Lau se acercó a mí y me plantó un beso en la mejilla apretándome a su costado con fuerza sobrenatural. 

—Que empiece la fiesta ¿no?

De reojo vi como Lan nos miraba junto a Selah.

—Así es —y lo besé.

Pero no sentí nada, justo como debía ser.

Bajamos del avión y estaba Irïah esperándonos, un chico del clan de los vampiros y otro dragón joven que miró a Selah con descaro.

—Hey tú, idiota —lo llamé—. Si la vuelves a mirar así te arrancaré los ojos.

Selah sonrió, le guiñó un ojo y le mandó un beso. Él la miraba  ahora con ojos nerviosos. Bien.