Eloy

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Todo lo que había estado haciendo se eliminó de mi mente al abrir la puerta. Una brisa fría me golpeó.
-¿Qué te sucedió? -Es lo primero que sale de mi boca al ver a Larou hecha un desastre en la entrada de mi casa-¿Estás bien? Pasa, pasa.
-¿Crees que estoy bien?-responde con la voz rota mientras entra.
-Bueno, pareces haber llorado y tienes el cabello y la ropa como si te hubieras perdido en el bosque-repliqué nombrando su obvio aspecto. Me aclaré la garganta y hablé-. ¿Qué pasó?
Caminó hasta la sala de estar en silencio, pero sólo se quedó de pie mirando al suelo. Su camiseta era muy delgada para el frío de afuera y, al igual que sus jeans, tenía tierra y agujeros. Lágrimas comenzaron a caer y sus manos taparon su rostro. Realmente no me importa lo que haya pasado el otro día, ella ha sido mi primer verdadero amor y no la puedo dejar sufrir. Voy a su lado y la abrazo. Su llanto aumenta y sus piernas parecen inestables por lo que la tomo en brazos y decido llevarla a mi dormitorio para que se recueste y pasarle ropa en buen estado.
-Tranquila-le susurré cuando ya estaba en la cama-, respira. Te prestaré ropa y te cambiarás, luego me contarás que sucedió.
Asintió levemente y fui a mi armario para tomar una de mis poleras favoritas para usar en invierno, ya que era negra de manga larga y tenía un lobo caminando entre árboles en la nieve. Antes de pasársela fui al dormitorio de mi madre para sacarle unos jeans que guardaba y obviamente no volvería a usar por la talla. Al entregarle la ropa a Larouve, que estaba más tranquila, hizo un mueca hacia la polera.
-¿No te gusta?
-No-sonrió amargamente-, está fantástica. Gracias.
Dicho eso se levantó y me abrazó. Estaba tan cómodo en ese abrazo. Uno de los que había extrañado hoy. Todo lo malo del mundo se esfumó, sólo éramos ella y yo. Buenos recuerdos llegaron a mí. Cuando íbamos a nuestra cabaña secreta; la vez que llevamos a sus hermanitos al cine porque ella los tenía a cargo; todas las veces que jugábamos en la cascada; cada beso y abrazo, cada uno más especial que el anterior. Ella se separó de mí y me miró a los ojos. Estaban rojos y sus pestañas tenían lágrimas, tenía una pequeña sonrisa y su nariz estaba roja, se veía realmente hermosa. Tanto que no pude evitar besarla.
Y vaya que reflexioné gracias a ese beso. No me interesa lo que haya pasado en el bosque, la quiero demasiado para dejarla ir. Lo que tenga que afrontar lo haremos juntos. Sentí como cruzaba sus brazos tras mi cuello, haciendo que sintiera una corriente eléctrica en todo mi cuerpo. Sus labios sabían a chocolate, siempre lo hacían.
-¡Oh dios mío! -escuché de pronto.
Me volteé y ví a Dara. ¡Diablos! La había olvidado en la sala de juegos. Sin decir nada corrió escaleras abajo. Antes de ir tras ella, miré a Larou que tomó la ropa con fuerza y entró al baño con el ceño fruncido. Alcancé a Dara cuando iba a abrir la puerta, entonces tomé su mano. Imágenes pasaron por mi cabeza; un caldero con un contenido multicolor; repisas llenas de frascos de diversos tamaños y colores; Papeles con palabras escritas en un extraño dialecto; finalmente un libro con dibujos extraños. Una pisada de algún animal, de seguro un perro, en medio de un círculo, una llama envuelta en lo que parecía humo, una pluma negra apuntando hacia abajo y una blanca hacia arriba con una aureola encima y humo debajo, una luna creciente con una gota en medio de sus puntas, un círculo dividido en tres y en cada uno tenía un símbolo demostrando los tres de los cuatro elementos y en el centro otro círculo el cual contenía un árbol y finalmente un sol y una luna combinados y una estrella en medio. No, eso no era todo, la página contigua tenía en grande un círculo con una estrella dentro y a la vez dentro de esta una gota. ¿Qué es esto? ¿Por qué me parece familiar si nunca lo he visto en mi vida?

-No, no, no-escuché la nerviosa y preocupada voz de una chica. Dara-. ¿Qué hice? ¿Eloy?
-¡Por las estrellas! ¿Qué le hiciste?
-¡Nada! ¡Nada!-dijo asustada Dara- O nada adrede, al menos. Tu aura... Tu transición ya...
-¡Silencio! ¡Vete, yo cuidaré de él!-dijo Larou en un tono rabioso pero contenido-Bruja o no, no me fío de ti.
-¿Quién te da derecho...?
-Yo, ya que soy la hermana de su mejor amigo y novia actual-ahora sonaba confiada y orgullosa-. Lo conozco y amo desde hace mucho, así que puedes ir retirándote.
-Yo no...
-Larou-logré pronunciar débilmente sin poder abrir los ojos aún.
-Ves, ¿qué te dije?-sentí que movían mi cabello cariñosamente.
Sentí un beso en la mejilla antes de caer dormido.
Desperté en mi dormitorio, miré el reloj digital que marcaba las cuatro con veintisiete de la madrugada. Me senté de golpe al recordar el sueño que tuve, con un libro que tenía símbolos raros, pero pronto decidí dejarlo de lado, sólo era un sueño. Me dí vuelta en la cama e intenté seguir durmiendo, hasta que ví a Larou. Salté del susto literalmente, despertándola.
-¿Qué sucede, Loy?-dice con voz adormilada.
-¿Qué pasó ayer?
-Pues, llegué a tu casa y-dio un gran bostezo y me abrazó - estabas con la chica tímida de tu curso, esa que cuida su mochila como si llevara un millón de dólares. Pero como llegué... En mal estado me atendiste y mientras nos besábamos ella entró a tu dormitorio y se fue entonces tu la seguiste y te noqueó con la puerta. Después ordené la sala de juegos, la cocina y tu dormitorio. Me dio hambre y fui a prepararme un sándwich, entonces me encontré con tu mamá y conversamos un rato hasta que decidimos ir a dormir. ¿Qué hacía Darla aquí?
-Dara, Larou, y ella estaba aquí porque intentaba superarte, creí que me odiabas por dejarte en el bosque, además de que faltaste a la escuela al igual que Lyka, pensé que los había perdido-me golpeó en el pectoral izquierdo y luego me besó la mejilla diciendo que nunca me odiaría. Ví que algo brillaba en la mano que tenía en mi pecho, un brazalete de piedras preciosas-. ¿Qué es esto?
-Oh, es un regalo de Radolph.
-¿Radolph? ¿Quién es el idiota?
-Mi abuelo-iba a comenzar a disculparme cuando dijo-. No te preocupes es un idiota, ignoró a toda mi familia durante años, hasta que Lyka se... Volvió un verdadero macho. Por eso se va los veranos, va a un campamento familiar.
-¿Por qué viniste anoche?
-Mañana, o mejor dicho hoy, Lykaios me va a ir a dejar a la casa de Radolph para vivir hasta que él crea necesario. Tenemos que terminar.
-¡No pueden hacer eso Larou!-exclamé con miedo en mi corazón- ¡Acabamos de superar nuestra primera crisis!
-Es lo mejor creeme-suspiró-. Vine para pasar mis últimas horas en Labrador contigo, pero resultaste igual de dormilón que yo.
-Bueno-Sonreí juguetón- dijiste que debíamos terminar, no dejar de querernos.
Reímos juntos para luego besarnos. Besarnos con amor, melancolía, tristeza, alegría, besarnos con nuestras almas. La abracé y dormimos una dos horas aproximadamente para lograr ir a dejarla antes que Lyka hiciera su rutina mañanera. Cuando estábamos a cinco minutos de su casa estaba casi saliendo el sol. Larou me hacia cariño en el cabello o me besaba la mejilla mientras yo conducía, sus caricias me afectaban a tal modo que casi atropello a un gran lobo que corría en el camino, este se detuvo a mirar el auto y le gruñó. No nos dejaba avanzar, cuando Larouve se dio cuenta de la razón por la que nos detuvimos lanzó una maldición y se despidió.
-¿Qué haces?-pregunté asustado- ¡Esa bestia te puede atacar!
-Tranquilo-suspiró y pareció pensar durante pocos segundos-, es el chucho que mandó Radolph para que nos cuidara. Se llama Kai.
-¿Segura?-pregunté dudando de la veracidad de todo eso. ¿El abuelo desaparecido aparece y le regala cosas caras y un perro que parece lobo que debe valer lo mismo que la pulsera por ser de una raza rara? Curioso.
Desde el auto ví como acariciaba al perro entre las orejas y este le lamía la mano. Luego comenzó a empujarla con la cabeza para que avanzara en dirección a la casa.
Gracias a Dios nos encontró el chucho y no Lyka.
***
Ha llegado la hora de enfrentar tus errores, tu puedes Eloy. Con paso decidido caminé hacia el casillero de Dara para hablar sobre lo que pasó ayer. Tenía que ser ahora, me acobardé todo el día, ahora queda sólo una clase.
Tal como dijo Larou, mantiene su mochila muy firmemente cargada. Está usando una trenza que se tambalea al cambiar cosas entre su casillero, que es uno de abajo, y su bolso.

Seres [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora