Seres [EDITANDO]

Landrew

Abrí los ojos y una melena roja invadio mi visión; su nariz con pecas esparcidas hasta sus pómulos. Su apacible respiración agitaba su cabello y acariciaba sus labios... sus labios; delgados pero carnosos y rosas.

Una sonrisa se coló a mi rostro sin poder evitarlo; así dormida podría parecer otra persona. Su boca estaba relajada y la mueca de superioridad había desaparecido de su cara. Juro que en ese momento habría dado todo para que ella pudiera permanecer así para siempre. Pero aún así con su orgullo y su ira descontrolada yo la ama... no, ella simplemente me agradaba. Nada más.

Confundido me levanté rápido y en silencio para no despertarla.

En la sala me encontré con Ash dormido en el sillón con la boca abierta y roncando con singular alegría. Me quedé ahí mirándolo con una ceja levantada y una mueca divertida unos segundos.

-Despierta pedazo de animal -le dije mientas le daba un golpe en el hombro.

Gruñó un poco y se puso boca abajo.

-Cinco minutos más, Dodda.

Me paralicé al escucharlo llamarme así, pero me armé de valor y lo desperté.

-Ash, vamos. En serio vamos.

En cuanto abrió los ojos y se dio cuenta de que yo no era Dodda ni Kim sus ojos se llenaron de lágrimas que trató de contener al cerrar los ojos con fuerza, pero lo único que causó fue que éstas rodaran por sus mejillas.

Me desinflé un poco y me senté a su lado.

-¿Estás bien? -le dije y palmée su espalda.

-No -sorbió por la nariz-, estaba soñando con ellos, disculpa. Me vestiré.

Lo vi desaparecer en el baño de visitas con un cambio de ropa.

~PDV de Ash~

Me recargué contra la puerta del baño y me deslice hasta el suelo.
Las lágrimas salieron de mi por cada año que tenía.

Yo había nacido en 1850, a mediados de la época victoriana y tenía una hermana y un hermano; Dodda, que tenía 15 años y Kim de 4 cuando, todo sucedió. Mi familia había sido parte de un grupo de gitanos que itineraban en las ciudades.

Un buen día conocí a Landrew en una de las fiestas de nobles y nos hicimos amigos inmediatamente. Un par de semanas después un noble se quejó de que durante una de las presentaciones, un saquito de dinero había desaparecido y durante la noche mandaron a los soldados a quemar nuestros carromatos hasta que ya no quedara nada. En medio de los gritos y el pánico trate de arrastrarme a buscar a mis hermanos. Escuché a Dodda llamándome a lo lejos y a pesar de mis quemaduras y el humo en mis pulmones traté de seguir. Ví a Landrew llegar corriendo y después... nada.

Cuando desperté era diferente, me había convertido en una especie de monstruo. Nunca le reclame a Landrew haberme salvado esa noche. Después de mí, él había ido detrás de mi familia... pero fue muy tarde y al día siguiente encontramos a Dodda abrazando a Kim como si su cuerpo le sirviera de escudo al pequeño, y ambos estaban casi carbonizados.

Nunca, ni siquiera después de tantos años había dejado de soñar con ellos. A veces sueño con pretendientes que nunca llegaron a cortejar a Dodda, y en cómo nunca le enseñaria a Kim a tocar algún instrumento.

Cuando logré conservar la calma me vestí y salí del baño. Ladrew me miró desde el mismo lugar donde lo había dejado.

-Bien, vámonos.

***
~Lan~

Aparcamos el coche en la entrada de la casa y traté de adivinar si Aeryn se encontraba ahí.