Eloy

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–Eloy–me habló Lauren–, ¿puedes ir a dejarle esto a Dara?

Estábamos entrenando Mase, Nat, Nick, Lyka y yo, estábamos mejorando combate cuerpo a cuerpo. Bart estaba sentado bajo un árbol. Se suponía que practicaríamos con armas, y los natabii sus poderes, pero Cooper no ha aparecido por ningún lado. Así que entré a servirme un vaso de agua cuando la mamá de Lyka se presentó frente a mí mostrándome una gran caja.

–Eh, claro, señora...–me quedó mirando indignada–...Má.

Me pasó la caja y comencé a caminar. A Lauren no le gusta que le digan señora, y a mi no me gusta decirle por su nombre. Desde pequeño que le decía Ma, al igual que Lykaios, pero entrados los años encontré que era bastante ridículo.

Pasé por debajo del bello pasillo y techo de plantas creado por Natial. Hasta llegar a la pequeña casa en medio de varios árboles que le protegen. Caminé hasta la puerta y la toqué con el pie, sólo una vez ya que esta se abrió en seguida.

–¿Dara?–le llamé en voz baja, temiendo que estuviera durmiendo. Era bastante temprano – Dara, no deberías dejar la puesta abierta.

Dejé la caja en la mesa del comedor y caminé por la casa. Cuando voy al pequeño dormitorio que Nat le hizo para guardar sus cosas de bruja escucho un susurro. Entreabro un poco y veo a Dara con Cooper. Hablando. Muy cerca. Demasiado.

De pronto el cabeza de brócoli se acerca a ella y la acorrala contra la pared.

Mucho para mí.

Me dirijo a la puerta de entrada, la cierro fuertemente, lo suficiente como para llamar su atención, y me acerco a la caja para ayudarla a ordenar.

–Oh, Eloy–sonríe sonrojada –, eres tú. ¿Qué es eso?

–Un par de cosas que te traje–dije mostrándole dos cajas de leche, una en cada mano–. ¿Te ayudo a ordenar?

–Claro...

–Que no necesita tu ayuda–le interrumpió el cabeza de brócoli –. Estoy aquí para lo que ella necesite.

–¿Sí?–pregunté sarcástico – Según lo que tenía entendido, debías ayudarnos a practicar con armas.

Palideció un poco.

–¿Qué hora es?

–Las siete amigo.

–¡Diantres!–tomó un bolso del sofá – ¡Lo siento Dara, se me hizo tarde!

–No te preocupes, gracias por quedarte.

¿Qué? ¡¿Qué?!

–Cuando lo necesites –le guiñó, le besó la mejilla y se fue corriendo.

–¿Él... Se quedó a dormir?

–Sí–miró la punta de sus pies–. Anoche antes de irse de casa de Lyka quiso pasar a ver si todo estaba bien, pero aún no me acostumbro a vivir aquí...

–Oh–bien, se quedó para acompañarla pero quién dice que no tenía otras intenciones–. ¿Dónde durmió?

–De hecho–se sonrojó y dejó que su cabello le tapara el rostro–, apenas dormimos.

Mátenme. Dios mío. Estúpido cabeza de brócoli.

–¿C-cómo eso?

–Es que... No podía quedarme dormida entonces Cooper me contó una historia, pero eso me despertó más así que fuimos a estudiar magia. Él sabe mucho. Nos quedamos dormidos en el suelo leyendo.

No supe qué decir. Me quedé mirando la pared fijamente, en silencio. ¿Por qué ese duende de pacotilla me quiere quitar a Dara? Tiene ventaja sólo por ser un duende mágico. Si yo fuera un hombre lobo como Lyka o un vampiro como Aeryn todo sería más fácil. Ellos tienen el factor sobrenatural que les encanta a todos. Yo soy un simple humano.

Seres [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora