Capítulo 12

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Me desperté a la mañana siguiente, sintiéndome mucho mejor, las criadas me ayudaron a arreglarme, ni rastro de mi hermano o de Jules, suspire, ya vestida, bañada y peinada, salí del cuarto y camine hasta el comedor, donde ya estaba toda mi familia, los hombres se levantaron, me senté y todos se sentaron otra vez, -Buenos días- dije en voz alta, -Buenos días- respondieron ellos al unísono, tomamos el desayuno en silencio, ahí a lado de mi estaba Lucas, a quien no voltee a ver en todo el desayuno, -Mad..- susurró, yo continúe comiendo, sin ponerle la menor atención, Lucas nuevamente quiso atraer mi atención lanzando un guisante a mi plato, mismo que retire con el tenedor y seguí comiendo, Lucas hizo un par de intentos mas por llamar mi atención, pero fueron en vano, termine mi comida, me levante y asistí a todas las clases a las que tenía que asistir, con Madame Jade que el día de hoy no me llamo la atención, hice todo lo que me pedía sin decir nada, hable solo lo necesario, no tenia ganas de hablar, después de lo que paso con Jules, a quien no vi en todo el día, justo cuando ya me iba a clases de música, Madame Jade me detuvo, -Madeleine, ¿que te sucede? ¿por que estas tan callada?- dijo, tenia la mano en la puerta, suspire y recargue la frente en la puerta,  no podía decirle que sucedió con Jules, seria algo trágico, no quiero imaginarmelo, levante la cabeza, -Nada Madame Jade, estoy bien, un poco cansada, es todo- digo girando hacia ella e intentando hacer una sonrisa cortes, ella me vio suspicaz, no me creía, lo que faltaba -De verdad Madame, estoy bien, gracias por preocuparse, creo que ire a descansar- Madame Jade levantó una ceja -No te creó Madeleine Bellerose, tu no estas cansada, algo nas tienes que no me quieres decir, pero te dejare ir y esperó que pronto me digas que te sucede- dijo haciendo un ademán con la mano indicando que me podía ir, hice una reverencia y me retire del cuarto, tenia clase de costura, asistí y llegue puntualmente a clase, nuevamente hice todo lo que me pidió Madame Ines, al acabar nuevamente me preguntó que si me encontraba bien y respondí exactamente lo mismo que a Madame Jade, ella tampoco me creyó demasiado pero igual que mi anterior maestra me dejo marchar, mientras iba a mi habitación a descansar para mi siguiente clase, pensé en Jules, en que de verdad lo amaba, que creo que si huiría con el para que podamos vivir juntos, sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, creo que me había equivocado con el, las limpie con el dorso de mi mano, y seguí caminando, subí las escaleras, a fuera de mi habitación estaba el, viendo al frente, parado como todo un guardia real, se veía algo cansado, de seguro sus entrenamientos, me detuve al principio del pasillo, con el corazón en la garganta y los latidos acelerados, eso me decía que yo sentía algo por el mas que simplemente amistad, intente tranquilizar me y continúe caminando hacia mi habitación, al estar un poco mas cerca vi que mi hermano estaba del otro lado de la puerta, suspire enderece la espalda y continúe caminando, hablaría con Jules, cuando estaba en frente de la puerta mi hermano se enderezó y Jules se puso algo rígido, puse la mano en la perilla de la puerta, e intentando sonar firme dije -Mousier Jules, lo espero dentro de mi habitación- abrí la puerta y dentro estaban otros dos de mis guardias a quienes despedí de mi habitación, una vez que cerraron la puerta, me senté en mi cama, intentando contener mis impulsos por lanzarme a sus brazos, -Diga Madeimoselle Madeleine, en que puedo servirle- dijo Jules parado viendo frente a mi  -Yo, Jules, quiero discuparme por lo que sucedió ayer,- dije, baje un poco la voz, -Yo también te amo, y estaría dispuesta a huir contigo- termine bajando la mirada al suelo -Madeleine- dijo Jules dejando caer su lanza y armadura y arrodillándose frente a mi y tomando mis manos, -¿De verdad me amas?- pregunto viéndome a los ojos, -Si Jules- respondí viéndolo a los ojos, el me beso tímidamente, cerré los ojos e igualmente lo bese, de verdad me gustaba Jules, no se como lo lograríamos, pero acabaríamos juntos, no casados, pero si juntos y felices, nos dejamos de besar, reímos en voz baja, nos abrazamos, -Te amo Madeleine Bellerose- dijo el -Yo también te amo Jules Cavey-.

No me voy a casar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora