Capitulo 25

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Cuando despierto estoy sola en la cama, estiró un poco los brazos, por un momento pensé que había sido todo un sueño, pero al abrir los ojos y percibir de nuevo la realidad, me di cuenta de que tomo era real, me quite las cobijas de encima, baje de la cama y me puse los zapatos, tome la capa de y la desenvolví revisando no hubiera nadie en la habitación, abrí la maleta, saque de ella mi peine y un espejo de mano, no tenía tan mal aspecto, el maquillaje de mis ojos se había corrido muy poco, lo corregí con un pañuelo de tela, mi cabello estaba ligeramente despeinado, pase con suavidad el peine para arreglarlo, guarde las cosas, acomode la maleta en la capa y salí de la habitación, fuera estaba Jules que sonrió al verme, me extendió su brazo, mismo que tome, aún estaba incómoda con el vestido, bajamos a donde ayer estábamos, las mesas estaban limpias, había unas cuantas personas tomando su desayuno, el mal olor se había esfumado, junto con todos los borrachos, Lorriane y varias de sus chicas (que estaban vestidas claro) iban de una mesa a otra repartiendo cuencos con Dios sabe que, al igual que jarras de vino caliente, canastas con bollos recién horneados, que desprendían un delicioso aroma, se me abrió el apetito, cuando Lorriane nos vió sonrió y se acercó a nosotros​ -Buenos días enamorados- sonreímos -Buenos días Lorriane-  dijimos al unisono, la mujer nos señaló una mesa vacía -Bajan a buena hora, siente se, enseguida les traigo el desayuno, pero antes- se interrumpe y me toma de la mano -Ven conmigo, no puedes salir así de aquí- me jala con ella, por lo que me suelto del brazo de Jules y la sigo sin rechistar, me lleva al segundo piso, está vez hasta la habitación más grande, abre la puerta, el cuarto es más lujoso que donde me hospede, tiene una gran cama, un closet, un tocador con un espejo enorme, una mesa de noche, Lorriane va a su closet lo abre y busca entre sus prendas, saca un vestido muy parecido al que lleva hoy, de hombros descubiertos, con manga al antebrazo, y una falda con olanes en la orilla, de color rosa pálido, me lo extiende, junto con unos botines de tacón bajo -Pontelos, hará que sea más difícil que te reconozcan- me quite el vestido mientras la mujer buscaba cosas en el tocador, aún tenía el corset, estaba tan acostumbrada a el que no me lo quite, me cambié los zapatos, el vestido era de tela suave, la falda era algo pesada, pero no tanto como las de mis antiguos vestidos, la tomé para caminar con cuidado de no maltratar la, era un poco gruesa, y al levantarla sentí las piernas descubiertas, no tenía tela pegada a ellas, mire mis pies y apenas la había levantado, Lorriane volteo a verme y se rió a carcajadas, la miré confusa, esto era una regla básica de educación  -Si haces eso se verá que eres de alta sociedad, tienes que dejar de agarrar tu falda y camina como yo, las personas de clase baja así lo hacemos- y para muestra camino frente a mi, solté la falda y camine, era raro, empecé con un par de pasos cortos, sentí que me caía -Tranquila no te caerás- respire profundo, con la espalda bien erguida y moviendo los brazos como ella, pude caminar mejor -No tengas la espalda tan derecha- me relajo un poco dejando caer los hombros y arruinando mi postura perfecta, pero me sentía más cómoda  al caminar -Ven, siéntate, arreglaré tu cabello- dijo Lorriane palmeando el banco  de madera frente al tocador, algo temerosa fui a donde me indicaba y me senté, Lorriane empezó a quitar todas las horquillas de mi cabello, haciendo que una cascada avellana cayera por mi espalda, tomo una toalla suave, la mojo en un cubo y la paso por mi cara, dejando mi piel sin maquillaje y con un aroma especiado que no lograba identificar, costó un rato el que me logrará quitar todo el maquillaje de la cara y para cuándo terminó, tenía ligeramente irritada por los cosméticos, luego prosiguió a cepillar mi cabello, lo hizo con delicadeza, desenredandolo perfectamente, mientras lo hacía me daba algunos consejos sobre cómo actuar en la ciudad,  cuando termino me ato el cabello  con una cinta satinada blanca en una coleta baja, tomo mi mano nuevamente y bajamos, me senté con Jules como estábamos antes -Listo, ahora si pasara por una plebeya, pero intenta de todos modos que no te vean- dijo Lorriane antes de desaparecer por las cocinas -Te ves mucho más linda así Madeleine- dijo Jules, me sonroje un poco -Gracias Jules- respondí, el puso su mano​ en la mesa y yo coloque la mía sobre la de el -Madeleine- dijo Jules -¿Hablas otro idioma aparte del francés?- continuo, su pregunta me extrañó -Si, también​ hablo español e Italiano- conteste confundida -De acuerdo, ¿Que te parecía que fuéramos a Italia a vivir?- me preguntó con una sonrisa de lado, me sorprendí​ -¿Como haremos eso?- dije aún más confundida, Jules acarició mi mano -Bueno, siempre hay comerciantes que van de Francia a Italia, o si no te parece puede ser Suiza, Alemania, España, Bélgica, pero sería mejor Italia o España, están lo bastante​ lejos de París y hablas esos idiomas, me los podrías​ enseñar- no tenía palabras, saldríamos del país, pero ¿como lo haríamos? Solo está la máquina de vapor o las carreras como la que tenemos, y será muy sospechoso que dos plebeyos viajen por el, aunque era mejor que seguir en París con este miedo de ser buscada por todos lados -Creo que será buena opción Italia- en ese momento llegó Lorriane con nuestros alimentos, dejó dos cuencos de humeante sopa de cebolla, olía muy bien, dejó una canasta con bollos y una jarra de vino tinto, especiado y bien caliente, así como dos copas y un par de cucharas,  tenía mucha hambre y con un guiso con tal aroma enseguida​ empecé a comerlo, alternando lo con pan, que estaba relleno de queso, jamás había comido algo tan delicioso, los sabores de la sopa se mezclaban en mi boca, el sabor acaramelado y salado, el pan especiado con el queso derretido, hacian una mezcla excelente -Hoy uno de mis clientes saldrá para Italia, es un comerciante de vinos, pueden ir con el, por fortuna tengo familia por allá, ellos pueden darles refugio, claro si deciden ir- dijo Lorriane, trague el bocado de pan que tenía y respondí -Si, muchas gracias, iremos con el si nos acepta- Lorriane sonrio y fue con un hombre que comía junto a varios hombres -Entonces iremos a Italia- dijo Jules asentí con la cabeza, pues nuevamente tenía pan en la boca, Jules río, Lorriane regreso con un hombreton a su lado, de dorados cabellos, ojos claros y cara afable, Lorriane y el reían, está me señaló -Mousier Claude, ella es Madeleine Bellerose- el hombre se reverencio, haciéndome sentir incómoda, luego tomo mi mano de la mesa, la llevo a sus labios y la beso, dejando un poco de saliva, sonreí a medias -Madeimoselle Madeleine, la princesa de Francia, es un honor conocerla- sentí que el color de iba de mi rostro, el hombre río ante mi expresión -Tranquila, tranquila, puedes confiar en mí, yo tampoco quisiera estar casado con el príncipe- intente sonreír, Lorriane puso una mano en mi hombro -Calma, el es uno de mis mejores clientes- me sonrió cálidamente y apretó un poco mi hombro, para luego retirar su mano, acto seguido llevo a Mousier Claude con ella a su mesa, continue comiendo de mi cuenco ya casi vacío, luego procedí a tomar un poco de vino, Jules y yo conversamos, sobre que haríamos al llegar a Italia, como viviríamos, etc., Cuando acabamos los alimentos, Mousier Claude nos esperaba, nos explico que el vendía vinos franceses por buena parte de Europa, en esta ocasión, le tocaba llevar un pedido a cierto cliente de Italia, tomaría el ferrocarril y podría llevarnos con él y su esposa, claro, con la condición de pagar nuestros boletos y en mi caso, el de no llamar la atención, mientras él y Jules acordaban las últimas condiciones y como nos acomodariamos las cosas que llevamos, Lorriane se sentó conmigo en una de las mesas con unas cartas de Tarot, las dejo en la mesa y las acomodo -Te enseñaré a predecir el futuro de las personas, yo soy gitana y tenemos fama por todos lados, aprende el significado de las cartas y tendrás cómo sobrevivir en Italia, allá los gitanos somos bastante apreciados por una parte de la población- dijo, y así, comenzamos, me enseñó a leer las cartas, el significado de cada una, tengo buena memoria, pero no lo suficiente cómo para aprender todos los significados, repasamos y repasamos, hasta que nos dijo Mousier Claude que partimos en media hora, entonces Lorriane me llevo con ella de nuevo a su cuarto, y empezó a rebuscar y sacar cosas de su closet -Madame Chloe también es gitana, ella se encargará de enseñarte lo que falta- dijo mientras ponía un vestido negro frente a mi, asentía con la cabeza y lo dejaba en la cama, después de sacar unos 4 vestidos de colores oscuros y con listones, un abrigo negro y un sombrero de igual color y ala ancha, saco collares, aretes y pulseras extravagantes, en ese momento percibí que llevaba puestos varios alaborios como los que ponía sobre la cama, y  que tenía argollas en el cabello, luego jalo de debajo de la cama una polvorienta bolsa verde jade, la sacudió y acomodo todas las prendas dentro -Ve por lo que quieras llevar contigo- me dijo mientras terminaba, salí del cuarto y fui a nuestra habitación, tome mi capa con la maleta dentro de esta, regrese a donde la mujer y le entregué las cosas, mismas que acomodo dentro del bolso, lo cerro y lo dejo en la cama -Ahora, lo último para que parezcas una gitana- dijo sentándose frente al tocador, tomo dos trozos de papel, garabato unas cosas, los doblos y me los extendió -Entrega el más pequeño a Madame Chloe y el segundo a Mousier Claude cuándo lleguen a Italia- seguido saco del cajón una caja de madera con ornamentos raros, de esta saco una aguja, argollas, y cuentas, sentí miedo, pero no me moví, Lorriane procedió a tomar un mechón de cabello por debajo de mi lóbulo derecho e hizo una trenza introduciendo argollas y cuentas, soltó el resto de mi cabello, lo acomodo como el suyo, me coloco un par de pendientes en las orejas, estás eran unas arracadas, cuando hizo las perforaciones me dolió bastante, mordí mi dedo, Lorriane acarició mi cabello -Eres muy fuerte Madeleine- dijo  y prosiguió con su labor, me coloco más aros en las parte de arriba de los oídos, me puso un pesado collar de múltiples cadenas, me ato una cinta sobre la cabeza dejando que colgará el resto, una vez que terminó, me ví en el espejo, ahora parecía una copia de Lorriane, me había colocado​ las cosas como las tenía ella, me dió la maleta y bajamos -Te dejaré mis vestidos Lorriane, creo que podrás adapatarlos- dije mientras bajabamos las escaleras -Si, algo se podrá hacer con esos vestidos- respondio, Jules y Mousier Claude no estaban dentro, estaban fuera esperandome, Jules me vio sorprendido​, yo igual estaba sorprendida, el también estaba vestido como un gitano, la carroza de nuestro guía era grande, muy grande, estaba techada y era tirada por seis caballos -Vamos, el tren no espera mucho tiempo- dijo Mousier Claude, me despedí de Lorriane y agradecí todo, procedía a pedir mi maleta con la ropa, pero Lorriane me dijo que ya se la habían entregado, Mousier Claude me ayudó a subir, luego subió Jules, entre a la parte trasera, donde estaba la mercancía y sobre varios cojines una mujer de cabello rojo y vestido blanco y rosa dormia sobre estos, supuse que está era Madame Chloe, me asome por la cortina para ver a Jules frente a mi y a su Izquierda Mousier​ Claude que recibía un papel de la mano de Lorriane, después está se alejaba, los caballos comenzaron a relinchar y la carroza a moverse, solté mi bolso, me senté y acomode sobre este, solo escuchaba los cascos de los caballos y la plática entre los hombres, al no tener nada mejor que hacer, me quedé dormida sobre la bolsa, arrullada por el andar de la carroza, aunque con un constante  dolor en los oídos por las argollas, la aventura más grande de mi vida empezaba y eso era lo mejor.

No me voy a casar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora