Capitulo 27

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Durante el trayecto en el ferrocarril hasta Italia madame Chloe estuvo enseñandome aquellas artes de los gitanos que debía de aprender, era algo un poco complicado, pero aprenderlo me ayudaría mucho a salir adelante en Italia, el ferrocarril era lento, pero más rápido que los caballos, la rutina que llevábamos era algo así, en las mañanas estudiaba con Madame Chloe y en las tardes enseñaba a Jules a escribir, leer e Italiano, el ya tenía algunas nociones básicas sobre escritura y lectura, me enteré que Lucas le enseñaba, por lo que no fue demasiado tardado que lograra hacerlo bien, aparte de que aprendía bastante rápido, cuando llegamos a Italia Jules ya podía establecer una conversación con alguien más en Italiano, ya podía escribir y leer, estaba orgullosa de el, y de mi también, ya sabía leer las cartas del tarot, bailar y cantar como una gitana auténtica, pasaría por una aprendiz, cuando el ferrocarril se detuvo, realmente estaba impresionada con la gente que se veía en el andén, eran mujeres y hombres que reían y esperaban a sus seres queridos, me entro una punzada de nostalgia al ver a todas esas familias juntas, Jules me toco el hombro -Mad, vamos- volteo a verlo, sonrió -Si, claro- respondo. 

Luego de bajar el equipaje, Mousier Claude alquilo una carroza tirada por caballos para llevar las cosas, nos llevo directo a la casa de la familia de Lorriane, toco la puerta por nosotros, mientras que Madame Chloe me daba unos últimos consejos y recomendaciones, luego de esto, Mousier Claude vino por nosotros, nos presento a la mujer de la puerta, una versión madura de Lorriane, con la diferencia de tener ojos cafés miel, de los demás eran idénticas, la mujer se presento como Alessandra, madre de Lorriane, nos dijo que sabía nuestra historia y estaba dispuesta a ayudarnos, nos despedimos de Mousier Claude y su esposa, antes de irse, Mousier Claude me entregó la hoja que le había dado Lorriane al partir de París, me abrazo y dijo -Princesa Madeleine, fue para mi un honor poder haberle servido, mucha suerte en el futuro y que Dios la cuide a usted y su prometido- sonreí de lado al escucharlo, se veía con la misma expresión de dolor y cariño de un padre al despedirse de su hija, tome sus manos -Gracias Mousier Claude, por favor, cuídense mucho usted y su maravillosa esposa, jamas me olvidaré de lo que hicieron por nosotros, de todo corazón, gracias, esperó y que el destino nos vuelva a poner en el mismo camino- dichas estas palabras, sorbió la nariz, disimuladamente limpio una lagrima y fue con su esposa, quien lloraba disimuladamente, al verlos partir nos despedimos de ellos con un gesto de la mano, di media vuelta para ver la casa donde ahora viviríamos, una casa alta y delgada, con grandes ventanales y plantas que cubrían parte de las paredes, el techo era de tejas pintadas de un tono rojo azafrán, era de dos pisos, las ventanas de madera café oscuro, y lo poco que se veía de las paredes exteriores, blanco, en el patio el pasto era verde y corto, olía tan diferente de Francia, los aromas eran más especiados, albahaca, tomate y otras cosas que en la vida había visto, no se percibía el aroma de los croissants, el vino olía distinto, usaban para cocinar una sustancia aceitosa que no sea ponía en el cuerpo y venía de las aceitunas, todo era muy diferente, Alessandra nos invito a pasar, por dentro la casa era pequeña a comparación de mi antigua casa, aparte de las extrañas especias, olía como los establos de casa, pero un poco más fuerte, había dentro un par de señores sentados en la mesa y varios chiquillos corriendo por toda la casa, que al vernos se detuvieron y nos miraron fijamente, algo que en casa se considera descortés, fruncí ligeramente el ceño, nuestra anfitriona nos anuncio diciendo que eramos amigos de Lorriane y que a partir de ese día viviríamos con ellos,  acto seguido nos llevo al segundo piso y en una habitación de puerta café clara nos instalo, parecía el cuarto de Jules, tan sencillo, una cama con un edredón grueso y dos almohadas, se veía mas hogareño que la posada de su hija, nos dejo para instalarnos -Cuando terminen bajen, les presentare a la familia y les explicare como funcionan las coas aquí- luego se marcho, me sentía muy fuera de contexto, este lugar era realmente diferente de casa, aquí todo era más pequeño, menos limpió y a pesar de intentar hacer las cosas por mi misma, estaba acostumbrada a que me atendieran, mi antigua habitación era al menos del tamaño del segundo piso, sería un largo camino para adaptarse, suspire mientras me dejaba caer en la cama, estaba agotada, no supe que sucedió luego, tan solo todo se apago, me había quedado dormida.

No me voy a casar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora