Capitulo 20

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Me dolió aún más el corazón, Lilou giro hacía donde yo estaba y su sonrisa se transformo en una expresión preocupaba y corrió hacia mi, llego a donde estaba y tomo mis manos entre las suyas -Madeimoselle, ¿Que sucede? ¿Por que tiene esa expresión tan triste?- me encogí de hombros, no podía hablar sin romper en llanto, vi como mis otras criadas se despedían de la pelirroja y se acercaban a mi, la chica nos observaba desde su lugar, con la curiosidad pintada en su rostro pecoso, abrí la boca para decir lo que sucedía, pero lo único que salió fueron sollozos, no pude aguantar más y me derrumbe en los brazos de mi criada, llorando sin controlarme, Lilou me abrazo, yo hice lo mismo, cerrando con fuerza los puños, se que había perdido la compostura, pero lo que vi me lastimo bastante, después de unos minutos estaba un poco mejor, y con la mayor serenidad que pude explique lo que había visto, ellas me escucharon pacientemente, una vez terminado mi relato, Louise me dijo que la chica se llamaba Oriane, era una de las criadas de la reina, pero no sabían que relación tenía con Jules, Emma añadió que ahora sabían a quien había besado, puesto que les había dicho que beso a un joven que venía con nosotros, me limpie las lagrimas del rostro, Lilou saco un pañuelo de su bolsillo y con cuidado me limpio el rostro, saque mi abanico y me lance aire al rostro para que los ojos no se me vieran rojos, las chicas me arreglaron nuevamente para disimular mi terrible aspecto, una vez terminaron, intentaron hacerme sonreír nuevamente diciéndome frases alentadoras, ninguna funciono, pero sonreí ante el esfuerzo que hicieron para hacerme sentir bien, -Vamos Madeimoselle, que hermosa se ve sonriendo- dijo Emma, sonreí un poco más, en ese instante salio mi familia y los reyes, instantáneamente las criadas se colocaron tras de mi y bajaron la mirada como correspondía, erguí bien la espalda y continúe ventilandome el rostro con el abanico, -Madeleine, despídete y vamonos- dijo mi padre, Alexander estaba a un lado de sus padres, y fue por mi, me extendió el brazo con una enorme sonrisa en los labios, lo tome guardando el abanico y sonriendo le de vuelta, caminamos hasta donde el resto de la familia estaba esperándonos, con las criadas tras nosotros, llegamos a nuestros carruajes, custodiando el mío estaban Lucas y Jules, lo mejor para animarme, cuando Alexander se despidió de mi, levanto mi rostro con su mano y dijo -¿Que te agobia Madeleine?- tragué saliva, lo mejor era no decir nada -Nada Alexander, estoy bien- force una sonrisa para que viera que estaba bien, no estoy muy segura de que lo haya creído, pero ya no me dijo nada más, me ayudo a subir al carruaje y se quedo cerca esperando a que partiéramos, me coloque en la ventana más alejada de la puerta y me quede ahí tomando el aire, sentí como otras dos personas subían al carruaje, parecían hombres por los pasos pesados que daban, no quería ver quienes eran, no me interesaba, continué con la vista hacía la ventana, aunque estaba segura de que uno era Lucas, nunca me dejarían viajar sin alguien de mi familia, -Hola Madeleine- dijo una voz a mi izquierda, era Jules, sentí como el miedo y la emoción recorrían mi cuerpo, tenía que actuar madura, no podía parecer inmadura e infantil, así que del modo más neutral pude decir -Hola- pero no gire la cabeza, si no, perdería toda la cordura, me mordí el labio para contener los sollozos, la imagen de el besando a Oriane se me había quedado grabada a fuego, pero no puedo darme el lujo de demostrarlo, -¿Podemos hablar?- me pregunto Jules, gire un poco la cabeza a su dirección y vi por el rabillo del ojo que el me veía fijamente, suspiré -si- respondí suavemente -¿En verdad amas al príncipe?- me quede callada y lo ví fijamente a los ojos -¿Porque quieres saber eso? ¿Piensas que romperé mi palabra?- el bajo la mirada, -No, no lo amo, tan solo siento culpa por que el me regaló una enciclopedia, un invento nuevo, es un gran libro con muchos temas científicos y lo consiguió especialmente para mi, es todo, y lo besé por responsabilidad, no puedo rechazarlo públicamente, significaría el fin para mi familia, y al menos yo no besé a alguien más por que  si- dije sería, el apretó los puños, sin decir nada, Lucas solo escuchaba lo que decíamos, pero nos daba la espalda y a pesar de todo estaba en guardia listo para defenderme, -Ella me beso Madeleine, y tú estabas con el príncipe, me sentí burlado y humillado ¿Que querías que hiciera?- dicho esto alzó la mirada, tenía los ojos llorosos, apreté los labios -Parece que no me conoces- dije por lo bajo -No soy capaz de romper una promesa, los planes cambiarán puesto que no será sencillo huir el día de mi boda, estoy segura que será mucho más difícil y tomara más tiempo, pero dije que si me casaría contigo y lo cumpliré- dije firme, Jules me mira sorprendido y se me lanza, abrazándome y llorando en mi hombro, lo abrazo igualmente y recargo la cabeza en la suya, dejando que llore, -lamento haber dudado de ti Madeleine- susurra contra mi hombro, apoyo la mejilla en su cabello, y cierro los ojos -No pasa nada, nuevamente estamos bien-, nos quedamos de este modo hasta que estamos cerca de la mansión, Jules se separa suavemente de mi, se seca las lágrimas, le dedico una sonrisa dulce, a pesar del mal entendido otra vez estamos bien, después le explicaría como cambiarían los planes, pero me di cuenta de algo importante, en verdad amaba a Jules, el "amor" por Alexander no era real, solo fue egoísmo, cumpliré con mi palabra y seré feliz, cueste lo que cueste.

No me voy a casar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora