Taehyung ansioso, se vio fijamente en su espejo, estaba perfecto. No desaprovechó ni un minuto más y se tomó una foto.
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Estaba disfrazado de un vampiro.
Al llegar a la fiesta, Jungkook pudo divisar toda clase de personas.
Se estaba arrepintiendo.
—Kookie, no seas un amargado y sonríe. —Jimin bajo los efectos del alcohol reía como loco.
—Jimin, no. No quería venir, lo hice por ti. —respondió mirando hacia la pista de baile.
—Si quieres, puedes ir a bailar. Yo estaré con Yoongi, además, todos están muy borrachos como para verte.
"Bailar no sería tan malo después de todo", pensó.
El menor quería divertirse, al fin y al cabo, era una fiesta y se tenía que divertir.
—Deme un poco de tequila, por favor.
—Tenga. —un chico no tan adulto le había guiñado el ojo. Jungkook rodó los ojos y se fue.
Luchó para pasar a la pista entre tanta gente, la mayoría de ellos bailaban muy pegados al ritmo de la música. Cuando llegó a tal lugar, acabó la canción y al instante pasó otra.
—Stereo Love. —susurró para sí mismo.
Sus caderas se movían al compás de la música, estaba solo pero no le importaba. A cada movimiento que daba era un sorbo más de su vaso con tequila.
Taehyung vio entre la multitud a su chico bailando solo muy sensualmente, pero quería comprobar si en verdad era él.
—Mierda, jamás te he visto tan sensual.
Recordó que tenía un foto del azabache entrando a la fiesta.
Kim Taehyung: Conejito, qué bien se te dio el disfraz. Me impresionaste ni bien llegaste. Quiero a esa boquita en otra parte. —recién, 11:50pm.
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Jungkook estando bajo los efectos del alcohol leyó el mensaje y sonrió. Respondió cómo podía.
Conejito sexy: Pues ven y encuéntrame, daddy.
El castaño se sorprendió al leer el mensaje y no dudó ni un minuto más. Caminó lo más rápido que pudo y lo vio, el menor estaba riéndose solo y moviendo sus caderas.
—Aquí estás, bebé. —susurró el mayor.
—Ahora baila conmigo, daddy. —Jungkook respondió.
Pegó su cuerpo al del menor y bailaron al ritmo de la música. Mordió el lóbulo de su oreja a lo que gimió. Lo pegó mucho más a él y acarició su ahora despierto miembro.
Jungkook se dejaba llevar mientras llenaba el espacio de gemidos que para Taehyung eran la gloria.
Realmente era excitante en todos los sentidos.
—Mmm, daddy. Sigue—gemía—, y-yo ¡ah!, si-sigue.
—¿Quieres que te haga mío, bebé? —preguntó con una voz ronca llena de excitación.
