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Flashback —hace tres años.
Jungkook miraba las cajas de su habitación nervioso, agitó su cabello y le dio otro mordisco a su manzana.
—¿Hijo? ¿Ya tienes todo listo? —la mamá del azabache de 14 años gritó desde el primer piso.
—Sí, mamá. —bajó rápidamente las escaleras, dejando atrás a los señores que cargaban las pesadas cajas.
—Bien, iremos a Seúl. ¿No es fantástico? —la madre miraba asombrada aquel panfleto.
—Sí, lo es. —respondió su hijo desanimado, casi en un susurro.
—Jungkook, hijo. Te irá mejor allá, harás nuevos amigos, conocerás gente nueva.
La mamá del pequeño adolescente había asistido junto a él a psicología por una razón: El bullyng hacia su hijo. No había cesado, sino empeorado. Así que, el psicólogo solo pudo darles un consejo: Múdense y no le digan a nadie.
Los siguientes días, la señora Jeon se encontraba empacando cosas y viendo escuelas en Seúl. No se le permitió a Jungkook decirle a sus amigos (o bueno, Taehyung) que se iría.
Pero Jungkook no quería ir, no quería mudarse, no quería dejar atrás a aquella persona que lo amaba de verdad: Taehyung.
Cuando vio en marcha el carro, no pudo evitar soltar algunas lágrimas.
—Lo siento tanto, Tae.
Habían llegado a Seúl, estaban tomando un taxi para dirigirse a su nuevo hogar. Al parecer, el chofer no se encontraba en buen estado, decía tonterías y balbuceaba.
La señora Jeon no se dio cuenta hasta que vio un camión dirigirse en dirección a ellos.
—¡SEÑOR! ¡TENGA CUIDADO! —se dio cuenta al instante que no funcionaría hablarle y solo hizo lo que una madre haría: Proteger a su hijo.
Rodeó con sus brazos al pequeño, que se encontraba profundamente dormido sosteniendo una foto.
Y entonces, el camión impactó.
Las siguientes horas, fueron desesperantes para la mamá del azabache. Ella estaba ilesa, pero su niño no.
—¿Padres de Jeon Jung Kook? —un doctor apareció preguntando en la sala.
—Yo, solo su madre.
—Bien, debo decirle que el joven está bien.
—¡Gracias! —soltó lágrimas y un suspiro de alivio.
—Pero hay una mala noticia.
—¿Q-Qué? ¿Qué le pasó a mi bebé?-—lo miró fijamente sin importarle el maquillaje corrido o el mal atuendo que traía puesto.
—El camión impactó de tal manera que su memoria se apagó completamente. No se preocupe, poco a poco irá recobrándola. —miró sus documentos y siguió, —, tendrá que hacer un tratamiento del cual me encargaré yo.
—Y-Yo... Soy l-la peor madre del mundo. —se escuchó unos sollozos más y respondió. —Haga lo que sea para que mi hijo se cure.
Los siguientes años, Jungkook fue recordando poco a poco todo. No pudo olvidar el bullyng que sufrió, prácticamente ese fue el recuerdo que más efecto causó en él.
Pero sí olvidó a una persona: Kim Tae Hyung.
—¿Señora Jeon? —el mismo doctor de hace un año habló.
—Dígame.
—La memoria de su hijo no está completa, pero irá recobrándola con el tiempo.
«Mierda», pensó.
—¿Cuánto es "ese tiempo"? —hizo un énfasis a las dos últimas palabras.
—Un año, tal vez dos. Lo lamento tanto.
—No se preocupe, ¿sabe si es algo que afectará en su conducta?
—Para nada, cosas como su primera navidad, recitales. No es nada.
—Oh, entiendo. —suspiró y sonrió.
Lo que ella no sabía era que esto afectaría tontamente al joven de ahora 15 años. No solo cambiaría, sino cobraría venganza por el odio que le tenían de pequeño.
No tenía a alguien que lo motivase a ser bueno, no tenía a Taehyung.
El siguiente mes, Jungkook entraría a la escuela y este ya había cambiado totalmente. Era más alto, más apuesto, había hecho ejercicio, redujo las mejillas y cambió de atuendo a uno más varonil.
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El siguiente tiempo hasta la actualidad, Jungkook empezó a ser más frío, más cortante, un tipo "malo". El único amigo que había hecho era Jimin, un chico que ahora sabía todo sobre él.
Jungkook estaba agradecido de por lo menos, haber tenido un mejor amigo en su vida.
