Jungkook se levantó a las 13:00pm, intentó despejar su mente de cualquier pensamiento obsceno hacia el vídeo que le había mandado su acosador y se bañó.
—Me veo fatal. —se repitió a sí mismo. —Solo tomo una pastilla y se me va el dolor. —aún le dolía la cabeza.
Bajó las escaleras y vio a muchas personas ahí, prácticamente todas las de la escuela.
Desde chicas desnudas, hasta chicos vomitando por doquier. Hizo una mueca de asco y siguió con su objetivo.
Intentó buscar a Jimin, pero se dio por vencido al ver que no estaba.
—Cualquier cosa, ¡Adiós Jiminie! —se despidió y partió fugaz a su casa.
Se detuvo en seco, al saber que su mamá no se encontraba. Y empezó a caminar lentamente.
Al llegar, se dispuso a dormir todo el día, hasta el día siguiente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al siguiente día, se levantó de mejor humor. Caminó lentamente hacia el baño y tomó una ducha. Se arregló lo suficiente y decidió ir a la escuela.
Al entrar, muchos chicos lo miraban, él hizo caso omiso y siguió pasando.
—Miren quién viene, la facilota de la fiesta. —un chico, el cual, a Jungkook no conocía, se encontraba insultándolo de la peor manera. —Hey, fácil. Báilanos un poco. —sus amigos rieron.
El azabache no aguantó y le dio el primer golpe, cayendo justo en donde quería, su mejilla. Lo posicionó en la pared y golpeó su cabeza, lo echó al suelo y le dio un golpe en su estómago.
Segundo golpe. Tercer golpe. Cuarto golpe.
Cinco golpes Jungkook había ocasionado en este chico. Sus amigos corrieron aterrorizados, prácticamente huyendo del lugar de los hechos.
—Po-Por favor, p-para. Lo... Lamento.—apenas podía hablar, tenía la nariz rota y el labio ensangrentado.
Jimin, quien pasaba por ahí junto a Yoongi, atrajo a Jungkook con todas sus fuerzas.
—¡Jungkook, basta! ¡Los golpes no conducen a nada! —Jimin se encontraba alterado sin saber qué hacer.
—Que sea la última vez, idiota. —terminó de hablar escupiendo. —Ah, y pobre de ti que le digas al director. Cuida tu asquerosa boca. —concluyó la oración yéndose junto a la pareja.
Taehyung, en su parte, había presenciado todo el acto.
Y castigaría a Jungkook, o eso quería creer.
Porque quería proteger a su bebé, decirle que todo estaría bien; que él lo amaba y apreciaba mucho.
