Yoongi le tomó por última vez aquella dichosa foto.
—¿Ya está, Taehyung? —preguntó impaciente.
—Sí, esta me fascinó. ¡Mira! —le mostró aquella foto de la cámara, feliz.
—Está linda, usa esa. —afirmó.
—Bien, solo la recortaré por ahí, otra cosa aquí, una más y.. ¡Listo!
—Espera, ¿cómo le entregarás todo eso?
—No seas bobo, Yoongi. Cada parte de esta foto irá en un papel con algo escrito. La dejaré en su casillero. —sonrió. —Además, cuando él termine de completar cada una, así como un rompecabezas, lo llevaré a un lugar especial.
—Hazlo ya, faltan menos de tres horas y tengo sueño. —contestó el mayor. —Y sobre el lugar, me gusta la idea.
—Lo sé.. —respondió mirando hacia ningún punto fijo. —Ya está, puedes ir a dormir, hyung. Gracias por todo.
—No hay de qué.
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Jungkook caminó con pasos lentos pero firmes hacia el portón de su amada escuela.
Todos lo miraban con algo de miedo, sin embargo, él solo se limitó a recordar lo que le había prometido a su "Daddy".
«No ser un matón», y es que, haría todo por saber quién era aquel sujeto.
Llegó a su casillero y una nota cayó.
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Repentinamente sonrió.
Él lo amaba, lo hacía de verdad.
—Gracias, T. Amé la frase. —susurró pero aún así, Taehyung sonrió.
