Sesión 1.

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— Comencé a revolverme entre las sabanas, dejando escapar pequeños gemidos mientras mis manos viajaban por mi pecho hasta sentir aquel notorio bulto en mis pantalones. Masajee este suavemente, intentando calmar aquel insistente dolor que surgía cada mañana y a la vez se volvía más fuerte con cada uno de mis sueños. En ese momento metí la mano debajo de la ropa, tomando mi miembro y comenzando a bomb...

—Creo que ya es suficiente. —dije, cortando aquella descripción para luego realizar algunas anotaciones. — Es nuestra primera sesión y no es eso lo que te pregunté. No creo que relatándome el modo en que te masturbas llegue a ayudarnos a solucionar tu problema.

Aquella mañana se había presentado ante mi puerta un adolescente de 18 años con terribles problemas de frustración sexual. Pero no del tipo que yo creía. El chico tenía una buena vida en la cama pero al parecer nada de todo aquello alcanzaba sus expectativas, provocándole diversos sueños extraños de los que yo aun no tenía conocimiento.

¿Cómo llegó a mi consultorio?

Simple. Mi mejor amigo Jongdae me habló de su caso y me vi sumamente interesado debido a que próximamente pensaba lanzar un libro basado en esos temas y quería informarme mucho mejor.

Años atrás era un psicólogo que se enfocaba en temas simples pero la aburrida vida de las personas con problemas sumamente normales terminó por cansarme, haciéndome abrir aun más mi panorama e incluir aquellos temas.

A pesar de todo, el chico frente a mi era alguien difícil de analizar, siempre que preguntaba algo terminaba yendo hacia el tema de su masturbación matutina y aunque no debería, comenzaba a sentirme algo incomodo. No por sus relatos sino por el modo en que su mirada se transformaba al contar todo, calentándome incluso a mí. Ser el objeto de su mirada no hacia las cosas mucho más fáciles y el calor subía por mi cuerpo sin darme tregua.  Antes de poder detenerlo solté un suave jadeo, ganándome una elevación de su ceja y una pequeña risa de su parte.

— ¿Se está calentando, doctor? —preguntó, ladeando un poco su rostro y ganándose un sonrojo de mi parte.

Decidido a cambiar de tema continúe hablando.

— ¿Cuándo comenzaron estos sueños?

—Hace poco menos de unos seis meses, mi ahora ex novia comenzó a notar ciertos problemas de mi parte a la hora de acostarnos y me dejó. Los sueños continuaron, al principio no queria tomarles mucha importancia pero ya es algo que no puedo controlar, incluso se repiten en mi mente durante clases y digamos que no es demasiado cómodo tener que pasármela en el baño con una carpa de circo entre los pantalones.

"Pues si es así déjame ser el payaso de tu circo." Pensé para mis adentros, sacudiendo mi cabeza ante aquello.

— ¿Crees que hubo alguno detonante para ello? —pregunté, escribiendo sus anteriores palabras en mi anotador donde registraba la historia de cada paciente.

—Puede que sí. Una noche salí de fiesta con unos amigos y conocí a alguien, a ese chico, y no he podido olvidarlo desde entonces.

Psicólogo ↪ ChanBaek/EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora