Sesión 5.

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Esta vez fue una isla, él se encontraba envuelto en una manta floreada, con un coco en su mano y dos negros abanicándolo. Lucia hermoso y cuando intentaba acercarme, aquellos guardaespaldas me lo impedían pero él comenzaba a tocarse, suplicando por mi pene hasta permitirme pasar. Créame que fue demasiado excitante ver como lo hacía frente a otros y lloraba mi nombre.

—Creo que eres de las pocas personas que lograría excitarse con algo así, suena más a película de comedia que a una porno en sí. —Aquella expresión de ilusión en el rostro de Chanyeol se borró ante mis palabras, frunciendo levemente el ceño. — Yo creo que lo que tú de verdad querías era que los negros te usaran.

—Lo siento, doctor, pero a mí se me da más por ser el activo.

—Yo si fuera tú no estaría tan seguro de eso, a veces pareces más pasivo que yo.

Una sonrisa ladina apareció en su rostro y se sentó en el sillón. Había olvidado aquella regla de no mencionar nada sobre mi vida privada a los pacientes pero la charla con Chanyeol se volvía tan amena y con confianza que a veces olvidaba que eso era una consulta.

— ¿Así que usted es el pasivo, doctor? Sinceramente era algo obvio desde el principio pero oírlo decir eso es algo totalmente diferente.

Chanyeol volvió a acercarse a mí como la vez anterior pero solo se mantuvo parado.

—Por favor, ya deja de meterte en mis asuntos privados.

—Usted se mete en mi mente y eso es aun más privado pero necesito su ayuda.

— ¿Sabes algo más de aquel chico?

Este no tardó en asentir, mostrando una amplia sonrisa mientras jugaba con sus dedos.

—Se donde vive, donde trabaja y hasta su nombre, estoy pensando en invitarlo a una cita para ver si logro conseguir algo.

—Lo dices demasiado seguro de que aceptara.

—Uno está seguro si sabe que la otra persona siente algo por uno, ¿verdad? —preguntó mientras sus manos se posaban en mis hombros.

No me atrevía a mirarlo, no sabiendo que si lo hacia él tendría un completa imagen de debilidad mía y no iba a caer ante sus insinuaciones.

—Chanyeol, ya deberías dejar de vagar por mi consultorio e ir hacia tu asiento.

—Usted es demasiado aburrido, quiere que mi trasero ya plano lo esté aun más teniéndome sentado ahí por una hora.

Caminó hacia su asiento, bufando y seguramente maldiciéndome por lo bajo. Desde el primer día se empeña en conseguir algo de mí, algo que no me está permitido darle y que no hare.

A veces me gustaria ayudarlo para quitarse esas erecciones de encima pero debía hacerlo del modo profesional, limpiando su mente, no volviéndome un degenerado con un adolescente. Quizás Chanyeol era mi paciente pero hasta un ciego admitiría que era jodidamente caliente y de seguro aquel chico del baile le diría que sí.

Repentinamente una imagen vino a mi mente, una del día en que mi novio me dejó y supe que era por otra persona, como me abandonó en la cama mientras le imploraba que me hiciera suyo y olvidáramos todo aquello. Cuando volví a la realidad pude ver a Chanyeol con el ceño levemente fruncido, observándome detenidamente como queriendo saber que pasaba por mi mente.

Jongdae tenía razón cuando dijo que eras raro y eras psicólogo porque estabas loco.

—No estoy loco, solo me quede pensando en tu caso. Ten esa cita con ese chico que mencionas y para la siguiente sesión me cuentas. —dije, anotando algunas cosas en un papel. — Llámame por teléfono si necesitas algo, pero solo ante una emergencia.

Chanyeol no tardó en mostrar esa típica sonrisa de triunfo, acercándose a mí para tomar mi mano, dejando un beso sobre esta y salir por la puerta.

—Nos veremos pronto, doctor. Y por cierto, lindos pantalones ajustados que trae puestos hoy. Me permite una mejor vista de su atractivo trasero.

Psicólogo ↪ ChanBaek/EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora