Capítulo 42

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Para mi,hay una infinidad de cosas que pasan demasiado rápido. Esta ese momento cuando tienes algo delicioso para comer, y comienzas a comerlo trozo a trozo, muy pequeños ,y cuando por fin se acaba tienes la horrible sensación de que no te has llevado nada a la boca.

Otro ejemplo muy bueno;es cuando disfrutas de la compañía de alguien,y el tiempo pasa muy rápido. Y,el ejemplo que vivo ahora,ya ha pasado un mes desde que llegué a la academia.

Se que aún me quedan dos meses más, pero a veces soy demasiado obsesiva con algunas cosas,así que, el saber que tan rápido ha pasado un mes,me pone de los nervios y me hace pensar que los dos meses que faltan pasaran aún más rápido, y que cuando menos lo crea ya tendré que volver a casa.

Para no alterarme aún más, pongo toda mi concentración en la tarea de la que me estoy encargando en estos momentos. Arrastrar la bolsa de lona con ropa sucia hasta el último piso del edificio,hacia la lavandería. Puede que,a simple vista,esta tarea no parezca muy difícil. Pero la verdad es que la condenada bolsa pesa tanto que estoy segura de que si la subo y la bajo por todo el edificio una diez veces,al acabar tendré unos bíceps que harán que los de Shawn se sientan celosos.

-Bien hecho Camila-Me digo a mi misma mientras levanto la bolsa para subirla al primer tramo de escalera-Por perezosa; tendrás que pasarte la mitad del primer domingo Agosto arrastrando una bolsa de lona hasta la lavandería; y la otra mitad del día lavando la ropa sucia.

Sacudo la cabeza, riendome de mi propia exageración y continuo subiendo la bolsa tramo a tramo. Cuando por fin llego a la lavandería, una gruesa capa de sudor cubre mi frente y me detengo para secarla y tomar aliento. Cuando mi corazón por fin a vuelto a latir con normalidad, y mi pulso se ha calmado,le doy el último tirón a la bolsa,y entro a la lavandería.

Es una habitación bastante grande; tres veces más grande que mi dormitorio diría yo. Junto a la pared del fondo se hallan apostadas seis lavadoras,y sobre estas, en sorprendente equilibrio, están lo que parecen ser secadoras. Frente a la puerta, que es donde me encuentro ahora,hay tres estanterías repletas de detergentes blanqueadores y todo lo que uno pueda necesitar para lavar la ropa como Dios manda. Mamá estaría encantada.

Después de echarle una segunda mirada a todo el lugar,avanzo hasta una de las lavadoras de en medio y me le quedo mirando. Pasados unos minutos; decido admitirme a mi misma que no se como diablos utilizar una cosa de estas. Me acerco a la bolsa, saco mi celular y marco el número de mi mamá.

Afortunadamente, esta responde casi de inmediato. Al segundo tono.

-¿Camila?-Su voz suena pequeña y entre cortada. Como si estuviera hablando en un susurro o tuviera un resfriado.

-Hola mamá-Sonrío a pesar de que no puede verme;y comienzo a patear distraídamente el aire-¿Como estas?

-Pues no muy bien la verdad hija-Dice y,acto seguido,oigo como se suena la nariz ruidosamente.

-¡¿Que?!-Al oír esas palabras salir de la boca de mi madre,quien nunca se queja de nada,mi corazón y pulso se ponen como locos-¿Que pasó? ¿Estas bien?

-Si,si,estoy bien,no te preocupes-Otra sacudida de nariz. Definitivamente esta resfriada-Es sólo que tengo un resfriado. Y ahora tengo un dolor de cabeza horrible; bien sabes que los dolores de cabeza es lo único que no soy capaz de soportar.

-Si,lo se-Sonrío de alivio y tomo el celular con más fuerza-¿Y papá? ¿Esta por allí?

-Si,aquí esta. Ya te lo paso-Oigo como aleja el celular de su oído, y de fondo, se oyen sus pasos seguidos de unas cuantas palabras que no soy capaz de entender. Al poco tiempo,vuelve a hablar-Lo siento hija,se ha quedado dormido. Toda la noche de ayer y toda la mañana de hoy a estado trabajando con la laptop ¿Quieres que lo despierte?

Hasta Que Te Encontré(Shawmila)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora