Ryba 1:

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A mis 21 años me mude a vivir a una pequeña ciudad costera, para comenzar una nueva vida... mi novio y mi hermano mayor habían muerto en un accidente aéreo, ni siquiera pude ver sus cuerpos, sentía que mi vida ya no tenia mas sentido, así que intente escapar de ese dolor, yéndome a aquella pequeña ciudad, la gente era muy cálida y amistosa, 3 meses habían pasado ya desde la muerte de ellos.

 Una noche desperté con la garganta echa un nudo, la pena era muy grande en esos momentos, me esta sobrepasando con creces, me levante y decidí ir a caminar por la playa, a pesar de ser las 4 am había mucha gente en el lugar ya, uno de los lugareños me había dicho que si caminaba hacia el sur había una cueva que llevaba a una pequeña isla donde no mucha gente iba, camine hacia allí y comencé a cantar mientras jugaba en la orilla del agua, cante durante mucho rato, la cueva era pequeña y tenia un claro por lo que no era oscura, pero el olor a mar era muy fuerte, al llegar a la pequeña isla ya eran pasadas las 6 am el sol estaba muy alto ya y comenzaba a hacer calor, quite mis ropas, solo conservando la lencería, me metí al agua y seguí jugando y cantando, me ayudaba a olvidar la pena, el agua en esa parte del mar era muy clara, habían muchos peces de colores, era todo muy hermoso, durante dos semanas fui ahí cada día por las tardes, conversaba mucho con los peces y otros pequeños seres vivos de ahí, pero de cierta forma aunque amaba ese lugar me parecía extraño que nadie mas fuese ahí, un día mientras jugaba con los niños del pueblo una de las abuelas me contó que esa cueva se llamaba la cueva del tiburón, contaba la historia que hace mucho tiempo un tiburón se adueño de esas aguas y comía a la gente que entraba ahí a bañarse, otras personas decían que ahí vivían sirenas y que comían a los hombres que entraban ahí y ahogaban a las mujeres, por eso no mucha gente iba a aquel lugar, aunque pasaba mucho tiempo ahí, jamas vi algún tiburón, solo peces y ninguno mas grande que un jurel, tampoco vi ninguna sirena, aunque si en veces sentía como si alguien me observase, sobre todo en el pequeño lago que se formaba en el claro.

Durante dos meses fui a hasta esa pequeña isla para sanar mi corazón, cada día veía mas formas de vidas que por alguna razón parecían jugar conmigo e intentar animarme, pero una noche mientras ordenaba mis cosas, una caja cayo desde mi closet, al agacharme a recogerla vi esparcidas muchas fotos de mi hermano y  novio, pequeños regalos que él me había echo, nuestras cartas y un sin fin de cosas, sentí como si todo lo que había sanado dentro de mi se hubiese roto de nuevo, no, no quería seguir sintiéndome así, corrí con los ojos llenos de lagrimas hasta la orilla de la playa, intente caminar hasta la cueva pero la marea era muy alta, intente seguir de todas formas lo mas cerca que pude... cuando el agua llego hasta mi cintura pensé; solo estoy escapando de mi realidad en este hermoso lugar, no quiero seguir, cerré mis ojos y camine mar adentro, cuando mis pies ya no tocaban el suelo, solo deje que la marea arrastrase mi cuerpo y poco a poco mi respiración se fue, al principio era muy doloroso y trate de pelear contra esa sensación, pero al poco tiempo mi conciencia se fue desvaneciendo y ya no dolía, solo quería dejar de sufrir, unos instantes antes de perder por completo la conciencia, sentí una voz en mi mente que decía con mucha fuerza: ¡No lo hagas!, ¡No mueras!, entre abrí mis ojos mientras mi cuerpo se hundía en el basto mar y vi algo similar a un hombre joven nadar increíblemente rápido hasta mi y tomarme entre sus largos brazos, luego de eso solo recuerdo que los pescadores y los niños me estaban reanimando en la orilla de la playa, tosí mucha agua de mar y mi cabeza y garganta dolían mucho, intente enderezarme pero no podía, mire mi mano y en ella habían unas hermosas escamas azul marino incrustadas, me asuste un poco al verlas, recordé vagamente la escena de haber visto algo parecido a un humano intentar salvarme, una de las abuelas se acerco a mi, golpeo mi espalda y dijo: Ria niña tonta fuiste seducida por una sirena y casi te mata, deja de ir a aquella cueva.

Ria: ¿Una sirena?

RybaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora