Capítulo 9

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Una semana después...

El reloj marcaba exactamente las 2:58 del jueves por la tarde. Jade se encontraba esperando a Ámbar para el cambio de turno, la chica meditaba sobre la situación en la que se encontraba con respecto a sus empleos; ser la dueña de una pastelería le empezaba a cobrar factura, porque su negocio crecía cada día en clientela y popularidad y ahora necesitaba dedicarle más tiempo. Por tal motivo había decidido renunciar a la librería, pero la preocupación por dejar a su mejor amiga la tenía algo intranquila.

El sonido del celular interrumpió las cavilaciones de la chica. Al cogerlo pudo observar el nombre de Ámbar en la pequeña pantalla.

-Hola- respondió.

-Hola corazón ya voy en camino, me quedé dormida y me retrasé un poco- indicó Ámbar por el celular.

-No te preocupes linda.

-Pero irás por Henry al aeropuerto, ¿no?

-Su vuelo llega a las 4:45 p.m. así que no te preocupes, llegaré a tiempo.

-Ok. Eso me tranquiliza, pensé que su avión llegaba más temprano.

-No te preocupes amiga, te espero.

-Gracias Jade, en unos minutos nos vemos.

-Sí cariño- la castaña finalizó la llamada.

En pocos minutos Ámbar llegó a la librería, como lo había mencionado.

-Buenas tardes corazón- Ámbar saludó a su amiga.

-Hola querida, ¿qué tal tu día?- Jade se acercó a la rubia para besar su mejilla.

-Pues en casa, todo muy tranquilo- sonrió.

-¿Y el bebé, cómo está hoy?

-Él ha estado demasiado inquieto, anoche no me dejó dormir nada bien, por eso hoy no quería levantarme de la cama. Sólo porque ambos debemos comer algo, me levanté- respondió frotando su abdomen.

La castaña sonrío al escuchar a su amiga quejarse de forma divertida e intentó imaginar cómo se escucharía ella si algún día llegaba a embarazarse.

-Sea niño o niña, seguramente se parecerá mucho a su madre- aseguró la castaña con diversión.

-Eso espero, no quisiera que sea nada parecido a su padre- sonrió con cierta melancolía.

-No pienses en eso linda, sé que serás una excelente madre y criarás muy bien a ese bebé.

-Tú también serás una fantástica tía... aunque ningún lazo de sangre nos una, yo siempre te querré como una hermana- aseguró con los ojos empañados, aferrando a su amiga en un abrazo- y discúlpame por ponerme tan sensible en estos días, es que esto del embarazo me deja un poco loca.

-No tienes porque disculparte- refirió su amiga con ternura. 

«¿Todas las mujeres nos pondremos así de sentimentales cuando nos embarazamos?», se cuestionó la castaña.

-Gracias por todo Jade.

-No hay nada que agradecer, linda.

-Pero en verdad estoy muy agradecida contigo.

-Y yo contigo, Ámbar.

-Bueno, ya dejemos el sentimentalismo a un lado... mejor cambiemos de tema y cuéntame cómo estuvo tu día en la librería, ¿hubo alguna novedad?- cuestionó la rubia, separándose levemente de su amiga.

-Hoy fue un día muy tranquilo y todo estuvo bastante bien.

-¿Y... Franco no ha venido por aquí? Él normalmente viene dos veces a la semana como a esta hora, después de trabajar.

El Chico De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora