Henry apareció con la frente arrugada; en su semblante se percibía el desconcierto. Un individuo desconocido tenía entrelazada la mano con la de su prima, lo cual no tuvo sentido alguno para el chico rubio.
«Creo que vine a hacer un mal tercio», pensó mientras se acercaba a Jade.
-Discúlpame Franco- indicó la castaña antes de soltar la mano del empresario.
-No hay problema- asintió con la cabeza, liberando aquella cálida mano.
Henry se acercó a su prima y la cobijó en un entrañable abrazo.
-Pensé que no querías a ningún hombre en tu vida- musitó en su oído para que sólo ella le escuchara.
-Él es sólo un conocido- afirmó Jade golpeando su pecho-. Además hoy no es un buen día para tus juegos- ella se asió más a sus brazos.
-A mi parecer no es un simple conocido, porque no te quita la mirada de encima- refirió el rubio en voz baja, mientras miraba disimuladamente al empresario.
-No quiero tu celos de primo protector- masculló contra su pecho.
-Está bien, ya no diré nada más. Sólo vine a ver cómo estabas y si necesitabas algo.
-Sólo necesito que Ámbar salga de esto- la castaña susurró angustiada.
-Verás que ella lo logrará, tú me has dicho que es una mujer fuerte y que no se da por vencida tan fácil.
-No sé qué haría si ella...
-Shhh... ella lo logrará- Henry evitó que las frases negativas salieran de la boca de su prima, así que se apartó levemente de ella y cogió su rostro entre sus fuertes manos, haciendo que sus ojos se conectaran-. Quédate tranquila que todo saldrá bien, ya lo verás.
-Eso espero de todo corazón- un respiro cargado de resignación se fugó de sus labios. Al fin y al cabo no tenía más opción que permanecer en aquel corredor y sentarse a esperar.
-Bien hermosa, no puedo quedarme más tiempo, ya tengo que irme porque me faltaron algunos pendientes por concluir. Cualquier cosa no dudes en llamarme, ¿de acuerdo? Si es necesario, vendré lo más rápido que pueda.
-Muchas gracias Henry- ella besó su mejilla en forma de agradecimiento.
-Me llamas cuando necesites ir a casa, ¿está bien?
-Sí, está bien- afirmó asintiendo con la cabeza.
-Perfecto... cuídate- él le guiñó el ojo-, cuídate más de aquel que no deja de mirarnos- sonrió y se despidió plantando un beso en la frente de la chica.
Cuando Henry se marchó, Jade regresó a tomar asiento junto al lado derecho Franco, él se había sentado al lado de Mike pero ninguno rompió el hielo que inevitablemente se había formado. Sin otra opción, los tres esperarían a que un médico saliera y les informara sobre el estado de salud de Ámbar y el bebé.
-La persona que se acaba de ir... ¿es tu novio, esposo... pareja?- Franco se animó a quebrar el silencio con un carraspeo en la garganta, pero sin hacer contacto visual con la chica.
-Él es sólo mi primo- afirmó con seguridad, mirándolo con extrañeza.
-Oh, ya veo- refirió aún sin mirarla.
Después de tres largas horas de espera...
-¡Familiares de Ámbar Hale!- exclamó un médico que había salido para brindarle información a la pareja que aún permanecía inmutable en la sala de espera. Michael había ido por algo de beber y todavía no regresaba.
-¡Sí, aquí!- respondió Jade levantándose rápidamente de su asiento- ¿Cómo se encuentran?
-Ambos ya se encuentran estables, pero me temo que el embarazo aún es delicado. Ella tuvo una amenaza de aborto por lo cual se tendrán que tomar las precauciones correspondientes para que el bebé no corra más peligro... con mucho reposo y buena alimentación ambos estarán de maravilla.
-Es un alivio escuchar eso doctor- la castaña expulsó el aire que estaba aprisionando sus pulmones- ¿cuándo podré verla doctor?
-Cuando ella salga del último ultrasonido podrán subir a verla.
-Muchas gracias doctor- refirió Franco, quien no dudó en permanecer al lado de Jade.
-¿Usted es el padre?- cuestionó el médico.
-No, él fue por un café- la chica respondió, antes de que Franco emitiera palabra alguna.
-Bueno, ustedes le pueden informar... lo único que quería decirle es que el bebé que espera su esposa será un hermoso niño.
-¡Qué maravilloso!- la castaña exclamó con emoción e inconscientemente abrazó Franco.
-También a mi me alegra- el empresario manifestó sorprendido ante tal reacción.
-Discúlpame- suplicó la chica apartándose inmediatamente de él mientras le dedicaba una mirada de remordimiento.
-No te preocupes- una intento de sonrisa tierna se escapó de sus labios masculinos, aunque en su interior, él hubiera querido que ese abrazo fugaz durara una eternidad.
-Con su permiso, me retiro porque tengo que atender a otros pacientes- indicó el médico antes de desaparecer de la vista de aquella pareja que había iniciado un encuentro de miradas, la cual sólo duró unos cuantos segundos.
Jade regresó de nuevo a tomar asiento queriendo que la tierra la tragara por dejar que la emoción la invadiera. Incómodamente se removía en su asiento, intentando encontrar un escondite, aunque sea imaginario, para poder ocultar su avergonzado rostro.
«¡Qué estúpida soy, cómo pude abrazar Franco como una niña tonta!», se reprendió internamente.
-¿Le daremos la buena noticia a Michael?- Preguntó Franco, sentándose de nuevo junto a ella e involuntariamente su vigorosa mano rozó con el muslo de la castaña. Una ola de sensaciones la golpeó al imaginar esas manos trazando cada espacio de su frágil cuerpo, provocando que sus mejillas se tornaran rojas.
-¿Cómo... crees que lo tome?- la chica apenas logró articular la pregunta, debido a que internamente se recriminaba por concebir aquellos pensamientos que la estaban haciendo vulnerable.
-Aún no creo que acepte el hecho de que será padre.
-Tendrá que aceptarlo aunque no quiera- afirmó la repostera.
-Tienes razón, su sangre corre por las venas de ese bebé.
-Pero...- la chica dudó en continuar la oración, ya que al hacerlo revelaría la inconformidad de su amiga porque su hijo tuviera un padre como Mike.
-¿Qué sucede?- cuestionó Franco dubitativo.
-Ámbar dijo que... no quería que su bebé creciera con un padre como... Michael, por esa razón ella nunca se atrevió a confesarle que estaba embarazada.
-Ahora comprendo todo- refirió Franco con seriedad- Yo lograré que él se haga responsable. Eso déjamelo a mí.
-No es necesario Franco- refirió la chica con seguridad-. Yo apoyaré a mi amiga en todo y además no necesitamos de alguien que niega la paternidad de su hijo.
-Sé que tú apoyarás a Ámbar, pero una ayuda nunca está de más, ¿no crees?
-Sí, es verdad, pero si Michael vuelve hacer otra estupidez que ponga en peligro la vida de mi mejor amiga o la de ese pequeño, conocerá el lado oscuro de Jade Bridge y deseará nunca haber pisado el planeta- expresó muy segura, pero con un toque de diversión que hizo reír a Franco.
-Está bien, aunque deberías de amenazarlo a él y no a mí- refirió el empresario en un tono muy jovial.
-Tú no te preocupes que él no se salvara de la amenaza- ella afirmó con una sonrisa radiante.
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El Chico De Negro
RomanceFranco Smith y Jade Bridge intentaban pasar desapercibidos de las flechas de cupido, sin embargo, todo apuntaba a que el hilo rojo del que muchos hablaban, los entrelazaba. Ambos poseían una personalidad peculiar. Él, serio pero a la vez carismático...