Franco Smith y Jade Bridge intentaban pasar desapercibidos de las flechas de cupido, sin embargo, todo apuntaba a que el hilo rojo del que muchos hablaban, los entrelazaba. Ambos poseían una personalidad peculiar.
Él, serio pero a la vez carismático...
Jade y Franco bajaron para comer con los Smith. La tía Carol servía la comida cuando ellos aparecieron en la cocina. Unos minutos después los 4 se encontraban disfrutando del manjar que Carol había preparado.
-La comida estuvo deliciosa- refirió Franco dejando los cubiertos sobre su plato.
-Me alegra saber que te ha gustado hijo- refirió su tía con una enorme sonrisa.
-Y bien ¿cuándo se casarán?- preguntó el señor Erick sin rodeos.
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Esa pregunta provocó que Jade casi se ahogara con el jugo de naranja.
-Tranquila querida- expresó Carol palmeandole la espalda a la chica y fulminando al su esposo con la mirada, el cual sólo se encogió de hombros.
-Aún no hemos pensado en eso tío- respondió el empresario sonriendo mientras miraba a su novia.
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-Creo que es muy pronto para pensar en eso señor- refirió la castaña con nerviosismo.
-Jajaja... La tía de Franco y yo nos casamos cuando ella tenía 20 y yo 22 años, por eso yo creo que ya deberían de pensar en la boda. Porque... no me digan que piensan conocerse más, para eso tendrán toda una vida. Ninguno de los dos es perfecto, ambos tienen defectos, tal vez gustos y pasiones opuestas, y sin duda alguna pasados diferentes, pero eso no debe ser un obstáculo en su relación, al contrario esa debe ser su fortaleza para amarse cada día más-. Aseguró el señor Smith.
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