Capítulo 7

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-¿Estas bien, Franco?- Mike cuestionó al notar a su amigo con cierta turbación en la mirada.

-¿Yo?¿Por qué lo preguntas? Estoy muy bien- respondió sacudiendo la cabeza.

-Tus ojos parecen decir otra cosa, ¿estas preocupado por algo, por Valentina, por tu madre o algún pendiente del señor Thompson? ¿No me dirás que es por... Allison? Sabes que puedes confiar en mi para lo que sea y si en algo te puedo ayudar, con gusto lo haría, no lo dudes hermano.

Una carcajada se escapó de los labios de Franco.

-No te burles, es en serio- expresó Mike, colocando una mano sobre su pecho como si estuviera ofendido.

-Eres un chismoso entrometido, ¿tú crees que no me doy cuenta que solo quieres saber sobre mi vida privada?

-No puedo creer que me tengas en ese concepto- refirió con un toque de sarcasmo.

-Tú nunca cambiarás, Mike.

Ambos rieron y bebieron del vaso que tenían en sus respectivas manos.

-Me siento intranquilo por Valentina-. Soltó Franco sin vacilar, intentando disfrazar su mentira. Era cierto que se preocupaba por su hermana menor, pero la verdadera inquietud se debía a la dueña de los ojos azules.

-¿Qué pasa con Vale? No me digas que el rapazuelo al que llama novio le hizo algo, porque le partimos la...

-No Mike, no le partiremos nada a nadie, por ahora-. La mirada cómplice declaraba que ambos desaprobaban la relación amorosa de Valentina.

 -Lo que sucede es que dentro de dos semanas, Vale cumple su mayoría de edad y he decidido que después de su fiesta de cumpleaños me mudaré, porque ya no tolero que mi madre me diga a cada rato lo que debo o no hacer. Sin embargo, todavía debo hablar seriamente con Valentina, porque las dudas por dejar a nuestra madre aún la afligen. Además, estoy casi seguro que a mi madre le dará un ataque cuando se entere que me iré de la casa y quizás sufra un infarto cuando sepa que mi hermana se va conmigo.

-No quisiera estar en tu lugar... conozco a tu madre y ahora comprendo porque estás preocupado. Solo espero que salgas de ese lío en el que estás metido...

Minutos después, ambos amigos se despidieron ya que una de las "amigas" de Mike había llegado a visitarlo. Él le ofreció a Franco quedarse porque podrían invitar a otra "amiga" a que los acompañara, pero él declinó la invitación. En realidad ya no le agradaba las noches ardientes en los brazos vacíos de una mujer interesada. Él ya se había cansado de eso, por eso intentó hacer las cosas bien con Allison pero aquella mujer resultó ser peor que las otras con las que había compartido su cama.

Aquel recuerdo de la infidelidad de la mujer que amó llegó como un trago amargo que le provocó nauseas y un vacío en la boca del estómago.

«Maldito alcohol», pensó tratando de negar la repugnancia que le causaban sus malos recuerdos.

No se demoró en llegar a casa y guardar su Camaro en la cochera. Se dirigió a la cocina por algo de cenar debido a que su estómago le suplicaba por alimento, ahora si el culpable era el alcohol que había ingerido.

Al llegar a su destino pudo escuchar los pasos de alguien bajando por las escaleras.

-¿Eres tú, Franco?- preguntó Valentina.

-Sí, acabo de llegar- respondió mientras buscaba algo en el refrigerador.

-Madre no está y yo saldré con mis amigas- refirió entrando en la cocina.

-Que bueno que madre no está, así podré descansar un poco de sus reclamos- aseguró con alivio.

-Jajajajaja... Ay Franco- su hermana rió por lo bajo.

El Chico De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora