Al día siguiente en la librería, Jade se despedía de Ámbar. Este era el último día de la castaña en aquel lugar porque de ahora en adelante le dedicaría más tiempo a su negocio propio: la pastelería.
-Te voy a extrañar aquí cariño, la chica nueva que tomará tu lugar no me agrada tanto- refirió Ámbar con cierta nostalgia.
-No te preocupes, sé que se llevarán bien, aunque dudo que sean buenas amigas como nosotras dos, además puedo venir de vez en cuando a traerte algún postre, para saciar tus antojos- la chica de mirada azulada sonrió.
-Me parece una idea perfecta y espero que tengas razón o tendré que conseguirme un trabajo nuevo para no tener problemas con nadie- indicó la rubia frotando su pequeño vientre.
-Tú no te preocupes, piensa en tu tranquilidad y si necesitas ayuda emocional o económica sabes perfectamente que puedes contar conmigo.
-En verdad estoy muy agradecida contigo, Jade.
-No hay nada que agradecer, sabes que siempre estaré para ti y para ese pequeño baby.
-Muchas gracias amiga. También nosotros con gusto iremos a visitarte.
-Y para mi será un placer tenerles en casa o en la pastelería, sólo me avisas que día irás y a dónde para que yo éste pendiente- declaró extendiendo sus brazos para despedirse de la rubia con un cálido abrazo.
En ese instante las chicas escucharon las puertas de la librería abrirse, pero a pesar de ello ninguna deshizo el afectuoso abrazo.
-Buenas tardes- una voz familiar retumbó el lugar, lo cual provocó que el cuerpo de Ámbar se tensara de inmediato.
-Cielos- susurró Ámbar tratando de ocultar su temeroso rostro.
-Yo lo atenderé, tranquila- musitó al oído de su amiga intentando calmarla.
Las chicas se separaron para que Jade se dirigiera a Michael.
-Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?- la castaña volteó su rostro y Ámbar se paralizó a su lado.
-Necesito hablar con Ámbar- afirmó.
-¿Conmigo para qué? ¿qué es lo que quieres Michael?- la rubia preguntó asombrada, sin apartarse de su amiga.
-Necesito saber si el hijo que estas esperando es mío.
-¿Quién te dijo que estoy embarazada?- preguntó la chica con la voz entre cortada, sin poder ocultar su nerviosismo.
-Entonces sí es verdad- aseguró Mike cruzándose de brazos.
-¡Claro que es verdad! Yo no podría inventarme un embarazo- respondió Ámbar, con la voz titubeante pero tomando todo el valor posible para confrontarlo.
-No es mío, ¿verdad?- él cuestionó, enarcando una ceja.
-Sí lo es- declaró la rubia con seguridad.
-Pues yo no lo creo- el chico negó con la cabeza.
-Yo creo que los dejaré solos porque al parecer tienen mucho de que hablar- Jade trató de darles espacio para que ellos confrontaran la situación.
-No te vayas- indicó Ámbar cogiendo la mano de su amiga- quiero que escuches todo, por favor.
-Pero...
-Por favor- suplicó la rubia.
-Está bien- la castaña asintió y permaneció callada en su lugar.
-Michael intenté decírtelo antes, pero...- a ella le resultó imposible concluir la frase porque él la interrumpió.
-Sabes... no me convences para nada. Yo no pienso darte ni un centavo porque dudo que ese hijo sea mío, así que si deseas demostrarme lo contrario exijo una prueba de ADN.
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El Chico De Negro
Roman d'amourFranco Smith y Jade Bridge intentaban pasar desapercibidos de las flechas de cupido, sin embargo, todo apuntaba a que el hilo rojo del que muchos hablaban, los entrelazaba. Ambos poseían una personalidad peculiar. Él, serio pero a la vez carismático...