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65. [@ParkYeol]

Mis manos sudaban y mi cuerpo temblaba a medida que mis pasos me llevaban dentro de aquel lugar. Estaba a punto de cruzar las puertas de la iglesia y Yoora posó su mano en mi hombro, intentando tranquilizarme.

—Piénsalo bien, Chanyeol, no entres.

Necesitaba de aquellas palabras para entrar ya que sabía que si hacía caso toda mi familia estaría hundida cuando en mis manos se encontraba la posibilidad de salvarlos de aquel destino.

La iglesia se encontraba llena de gente de empresas, socios de Suho, amigos y familiares, aunque ninguno de ellos lucia precisamente feliz. Lo más irónico fue divisar al amante de mi "futura esposa" sentado también allí. Nadie estaba de acuerdo con esa boda, ni siquiera yo, pero no había otra manera de solucionar todo. Me paré en el altar, esperando por Sojin sin moverme ni cambiar mi expresión pese al saludo del sacerdote. Cada vez tenía más miedo, más arrepentimiento y ganas de salir de allí.

Pero todos mis pensamientos se interrumpieron al ver las grandes puertas del lugar abrirse, dando paso a mi prometida, cubierta con un blanco vestido y un velo que tapaba apenas su rostro. Caminó lentamente hacia el altar, con la música de fondo y Suho, el único emocionado por aquella celebración, llorando.

Se colocó a mi lado, observándome una última vez con una sonrisa. No podía creer semejante falsedad. Hacía años hubiera sido el hombre más feliz al tenerla conmigo, casarnos era nuestro sueño, pero me había decepcionado tanto que ya era repugnante para mi verla. Pero tenía que olvidar eso, íbamos a unirnos y tendría que estar atado a ella por el resto de mi vida.

—Estamos aquí reunidos para celebrar el santo matrimonio de Park Chanyeol y Park Sojin...

Las palabras del sacerdote poco podían importarme, mi mente estaba perdida en otro lugar, más precisamente, en Baekhyun. Extrañaba tenerlo conmigo y en ese momento deseaba que la persona que estuviera a mi lado fuese él pero no era posible. En estos momentos seguramente me odiaba y ya no querría verme ni como amigos. ¿Cómo ser amigo de la persona a la que más amas y con quien deseas estar? Era una tontería pensar en ello así que lo descarté de mi mente.

Sentí la mano de Sojin tomar la mía, devolviéndome a la realidad.

—Park Sojin, ¿Acepta a Park Chanyeol como su legítimo esposo y se compromete a serle fiel, amarlo y respetarlo, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

—Si, acepto.

Sentía como mi mundo daba vueltas, estaba asustado y oír como poco a poco iba uniéndome a alguien que no quería me causaba miedo, tristeza, no quería hacer esto aunque debía. Sojin colocó el anillo en mi dedo, produciéndome ardor y ganas de querer tirarlo lejos.

Volteé mi vista, observando a todos los presentes hasta que lo vi. En una de las esquinas, junto a uno de los pilares, se encontraba Baekhyun envuelto en un traje que lo hacía ver aun más hermoso. Su cabello, rasgos y ojos resplandecían en aquel lugar. Mi mente trajo recuerdos de todos los momentos juntos, de cómo amaba despertar junto a él, tomar sus manos, besarlo, hacerle el amor. Amaba cada parte de Baekhyun y estaba dejándolo ir todo por algo que no era culpa mía. Quizás me sentía responsable por mi familia pero no quería una vida infeliz con Sojin. Quería a Baekhyun. Deseaba de una vez por todas tenerlo conmigo, luego de tantos años esperándolo nuestro amor había sobrevivido. ¿Qué más necesitaba para probarme a mí mismo que estaba destinado a él?

—Park Chanyeol, ¿Acepta a Park Sojin como su legítima esposa y se compromete a serle fiel, amarla y respetarla, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

Observe a Sojin quien lucía algo nerviosa al igual que Suho quien se encontraba cerca para luego volver mi vista a Baekhyun quien mantenía baja su mirada, dirigiéndose hacia la entrada para luego dedicarme una débil sonrisa antes de abrir la puerta.

—Lo siento —susurré antes de quitarme el anillo, entregándoselo.

Mis piernas eran cortas para la velocidad que requería en aquel momento pero antes de que saliera de aquel lugar tome la muñeca de Baekhyun, tirando de él para que fijara su vista sorprendida en mi.

—Chanyeol...

—Ya te deje ir muchas veces como para tener que seguir resignándome a perderte. No necesito dinero, de alguna manera mi familia lograra salir adelante, no lo sé, pero de algo estoy seguro. Te amo, Baekhyun, y de una vez por todas quiero dejar de ser un idiota para luchar por ti. Te he perdido tantas veces por miedo, me he dejado manipular y eso nos ha dañado a los dos pero eso se acabó. —tomé el rostro del mas bajo entre mis manos, el cual se encontraba empapado en lagrimas para luego besarlo, juntando nuestros labios en un beso lleno de amor, intentando trasmitir todos nuestros sentimientos, dejando ir nuestros corazones, contándonos nuestros miedos y liberándolos al viento para que se los llevara.

—Te amo, Chanyeol. —pronunció, juntando nuestras frentes y clavando sus ojos en los míos. — Huye conmigo, seamos felices juntos.

—No tienes que pedirlo dos veces, cariño. —mostré una cálida sonrisa, tomando su mano y entrelazando nuestros dedos para salir de allí.

En aquel momento poco me importaron las miradas de los presentes, los comentarios sobre el "engaño" del futuro esposo de Sojin y está saliendo de la iglesia hecha una completa furia. Suho había salido tras nosotros, intentando alcanzarme para que cambiara de opinión. Mis amigos gritaban de alegría desde el interior pero yo solo me dedique a meterme a mi auto con Baekhyun pero este cargaba con algunas maletas.

— ¿Pensabas irte?

Negó ante mí preguntar, mostrando una cálida y amplia sonrisa.

—En caso de que te negaras a casarte prepare ropa para ambos, no me agradezcas.

— ¿Aun tenias esperanzas de que yo te eligiera?

Encendí el auto mientras Baekhyun se recostaba en mi hombro, cerrando sus ojos.

—Siempre confié en tu amor por mí, incluso en momentos así. Ahora solo calla, conduce y llévanos a ser felices.